La grilla de piquetes en rutas que suma varias semanas en la provincia de Jujuy dispara pérdidas económicas en materia de turismo por entre $l20 millones y $200 millones diarios, a partir de la erosión que la protesta genera en el normal desarrollo de esta actividad clave para la provincia, con una caída del 50% en la ocupación hotelera.
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La grilla de piquetes en rutas que suma varias semanas en la provincia de Jujuy dispara pérdidas económicas en materia de turismo por entre $l20 millones y $200 millones diarios, a partir de la erosión que la protesta genera en el normal desarrollo de esta actividad clave para la provincia, con una caída del 50% en la ocupación hotelera.
Si la lupa se coloca sólo sobre el fin de semana XXL de junio, las pérdidas fueron de cerca de $700 millones. La preocupación se acrecienta de cara al ingreso a la temporada alta, a partir del receso invernal escolar de dos semanas de julio en todo el país.
La radiografía de protestas de ayer mostró 11 cortes de ruta en distintos puntos del territorio jujeño (afectan las rutas nacionales 9, 34, 52 y 40), protagonizados por miembros de comunidades originarias en rechazo a la reforma constitucional aprobada el 20 de junio, impulsada por el gobernador Gerardo Morales.
Entre los puntos de protestas se incluyen el cruce de la ruta nacional 9 y la 52, en la entrada a Purmamarca (con apertura al tránsito cada 3 horas); en Tilcara (también sobre la ruta 9) y en La Quiaca, Abra Pampa, Susques y el acceso a Cauchari.
Según datos difundidos desde despachos provinciales, el diagrama de cortes genera en la actualidad pérdidas diarias del orden de los $120 millones, un monto que se incrementa a $200 millones diarios si se trata de temporada alta. A tono con la incertidumbre entre los turistas el esquema de protestas, la ocupación hotelera registra una caída del 50%.
La erosión excede el ámbito del turismo. “Los cortes de ruta generan un impacto negativo en el normal desarrollo de las producciones locales, perjudican directamente los flujos de provisión de materia prima, el traslado del personal, los servicios agropecuarios y la comercialización”, enfatizó el ministro de Desarrollo Económico y Producción, Juan Carlos Abud, con el foco puesto en las necesarias actividades de logística y reaprovisionamiento de los sectores productivos. Además dijo que existe una fuerte preocupación entre empresarios y productores, en una provincia con un 70% de la actividad centrado en el comercio y los servicios.
“Las consecuencias son de una gravedad preocupante; hay empresas que decidieron posponer sus planes de inversión por la inseguridad que se ha generado”, subrayó.