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La única encuesta estará en las urnas

Lunes, 31 de julio de 2023 00:52

A doce días del 13-AG, paradójicamente, casi nadie mira las encuestas con confianza o con expectativas de asomarse a un resultado confiable. Hay tantas, y para todos los gustos, que es más que obvio que el 90% de ellas responde claramente a quienes las encargan. A veces, no sólo pidiendo obtener un primer puesto en el sondeo, sino, buscando que el rival directo quede muy por debajo de sus perspectivas. La prueba es que dichas encuestas han comenzado a fracasar estrepitosamente desde un par de elecciones atrás, y lejos de corregir la mira, aumentaron la distorsión de sus resultados.

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A doce días del 13-AG, paradójicamente, casi nadie mira las encuestas con confianza o con expectativas de asomarse a un resultado confiable. Hay tantas, y para todos los gustos, que es más que obvio que el 90% de ellas responde claramente a quienes las encargan. A veces, no sólo pidiendo obtener un primer puesto en el sondeo, sino, buscando que el rival directo quede muy por debajo de sus perspectivas. La prueba es que dichas encuestas han comenzado a fracasar estrepitosamente desde un par de elecciones atrás, y lejos de corregir la mira, aumentaron la distorsión de sus resultados.

A pesar de los elevados costos: las encuestadoras más importantes piden un adelanto de 100 mil dólares y contra el resultado cobran el 70% ciento restante. Otras más modestas, que se usan en provincias, alcanzan el millón de pesos mensuales y en muchos casos se disfrazan de "informes de gestión". Pero lo que no reflejan las encuestas, se percibe en la calle: la tensión en la gente acompaña al grado de incertidumbre, la distancia de los precandidatos a sus votantes sigue intacta o aumentando. A nivel nacional es clave: el oficialismo promete que hará desde diciembre todo lo que no quiere, no sabe o no puede hacer ahora, mientras la inflación sigue haciendo estragos en su propia campaña electoral. La oposición promete que desde diciembre esta vez sí, hará todo lo que había prometido cuando fue gobierno y tampoco supo, quiso o pudo hacer.

La izquierda dura se para lejos de los dos y vuelve a mostrar los dientes ofreciendo una realidad desde las antípodas de ambos, lugar al que tampoco pudo, quiso o supo llegar hasta ahora. La derecha dura hace lo mismo en las mismas condiciones: jamás pudo cumplir sus sueños apalancada desde el voto popular. Pero estos dos últimos ofrecen algo que les puede sumar votos: captar la bronca, la desilusión y el descreimiento, particularmente, de la gran clase media que hoy tambalea al borde del abismo que la bajaría de categoría social.

Los candidatos reman dentro de los remolinos que ellos mismos generan: Sergio Massa, en su triple condición de precandidato a presidente, ministro de Economía y presidente a cargo de un gabinete virtualmente paralizado, promete una realidad diametralmente opuesta a la que conduce desde su triple función. Juan Grabois, mientras lo ataca, para no perder la línea dura del cristicamporismo que lo sostiene, asegura que es un soldado que está encolumnado y disciplinado dentro de Unión por la Patria. Horacio Rodríguez Larreta jamás habla sin serruchar el piso, con extrema elegancia y sin agresiones directas, de su adversaria interna. Patricia Bullrich se enredó torpemente hablando de un "blindaje" a cargo del FMI para sustentar la dureza de su eventual gobierno. Para cada uno de ellos, hay encuestas y sondeos que les doran la píldora. Pero, seguramente, con cada amanecer, también cada uno lee durante el desayuno, qué dicen los resultados que encargaron los otros, como para conocer la realidad, o al menos para equilibrar la balanza. Aún así, como nunca, el 13-AG puede traer sorpresas mayúsculas. La gente, cada vez, se siente dueña real de sus decisiones y se reserva el derecho de contestar la verdad, recién dentro de las urnas.

En Jujuy el precandidato vicepresidencial, jefe de la UCR y gobernador, estuvo en las últimas horas revisando los temas de la gestión local. Seguramente el GM se instalará al lado de su compañero de fórmula en estas dos semanas para echar el resto en pos de su triunfo. Sin perjuicio, claro, de volver a la provincia si lo requieren las urgencias. O para hacer correcciones de campaña según sean los avances del bulrrichismo que conducen con sobriedad y justeza Narda Cordero y Pori Agostini. Los cortes de ruta, cada vez menos concurridos por miembros de comunidades originarias, y más sostenidos por "profesionales de los bloqueos", van perdiendo fuerza y seguro que la perderán totalmente el 14 de agosto. Queda pendiente el viaje de la versión 2023 del denominado "Malón de la Paz" que planteará sus reclamos en la mismísima sede del poder central. En tanto, los gremios irán siendo convocados a paritarias con el protagonismo de los ministros Carlos Sadir, gobernador electo, y Normando Álvarez García, de Gobierno. Un enorme sentimiento de alivio se produjo ayer cuando el congreso de Adep resolvió que, aún bajo protesta y con quite de colaboración, los maestros primarios e iniciales volverán hoy a las aulas. Contrariamente, los profesores del Cedems sostienen el paro para hoy y pasado mañana a la espera de noticias desde San Martín 450.

La intervención del peronismo local, dijo convocar a todos, abrió las puertas con una amnistía general. En realidad, la convocatoria amplia quedó en diálogos restringidos, y concluyó oficializando la representación de la fórmula presidencial Massa-Rossi a los sectores de la diputada nacional cristinista María Carolina Moisés y de la diputada nacional Leila Susana Chaher, militante camporista. Rubén Rivarola sigue trabajando con la estructura provincial construida durante años, y disputará las Paso con "boleta corta". Las primeras conclusiones son: 1- el equilibrio anunciado no fue tal, fue selectivo; 2- la amnistía incluye de suyo, el reconocimiento que hubo sectores que le trabajaron en contra al peronismo y se esmeraron por no ayudarlo ganar en alguna elección y por hacerlo caer en otras; 3- instaló nuevamente, una clase de "moratoria" como aquellas que premian a los incumplidores seriales y terminan castigando a los que se esmeraron, aún con errores, por cumplir. Si de todos modos la gestión de Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez tiene éxito, deberá ser no sólo en la performance electoral, sino, ir buscando una salida hacia el soñado trasvasamiento generacional, con la oportunidad para una dirigencia renovada y con ideas modernas. Hoy, la campaña parece centrada en mostrar con qué precandidatas jujeñas aparecen más sonrientes en las fotos los "padrinos" nacionales. Eso, obviamente, hoy no es garantía de éxito. Hay otro peronismo corriendo por fuera: Rodolfo Tecchi con el cordobés Juan Schiaretti y con Guillermo Moreno Oscar Agustín Perassi. Y nadie les podrá negar o cuestionar un auténtico justicialismo.

La izquierda corre detrás de su "nave insignia" Alejandro Vilca y Javier Milei, logró una breve cabecera de playa, que quizás logre instalarse mejor en los próximos días. Pero las encuestas, amable lector, hoy son apenas un dato más. Y no el más confiable. Entre pureza ideológica versus apertura, y la razón versus el sentimiento, la única encuesta verdadera la revelarán las urnas.