La fe, la devoción, la emoción y el recogimiento de los carmenses se pusieron de manifiesto la mañana de ayer cuando los feligreses seguidores de la Virgen del Carmen desde las 6 de la mañana se congregaron multitudinariamente en la iglesia de la localidad homónima para rendir honor a la Santa Madre.
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La fe, la devoción, la emoción y el recogimiento de los carmenses se pusieron de manifiesto la mañana de ayer cuando los feligreses seguidores de la Virgen del Carmen desde las 6 de la mañana se congregaron multitudinariamente en la iglesia de la localidad homónima para rendir honor a la Santa Madre.
El amor a la Virgen se hizo sentir en la mañana de ayer en la ciudad de El Carmen, que fue acompañada de un clima que a medida que avanzaba la mañana se tornaba cada vez más agradable y que permitía que los vecinos de esta pujante localidad y los devotos provenientes de toda la provincia acompañaran el programa religioso que se inició a las 6 de la mañana con una celebración litúrgica para los peregrinos.
A las 8 el presbítero Víctor Acchura, que tiene a su cargo la parroquia Nuestra Señora del Carmen, concluido el oficio religioso procedió a la bendición de los Santos Escapularios que en honor a la Virgen y que de acuerdo a la tradición el Escapulario del Carmen es una manifestación de la protección de la Madre de Dios a sus devotos. El 16 de julio 1251 la Virgen se apareció a San Simón Stock, y le dijo: "El que muera con él no padecerá el fuego eterno".
El padre Víctor Acchura, al momento de la bendición, recordó a los presentes que "no se trata de un amuleto y que por el contrario quienes lo porten deberán rendirle su devoción y respeto siguiendo los pasos de la Virgen con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: ´He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra´".
Actos centrales
Alrededor de las 9.30 se dieron cita en la plaza central de la ciudad de los diques Domingo Teófilo Pérez el titular de la comuna, Alejandro Torres, quien lo hizo acompañado de miembros de su gabinete, concejales de esa ciudad y los legisladores nacionales Silvia Giacoppo, Mario Fiad, Jorge Rizzotti, el diputado Rodolfo Nieto, el intendente de Monterrico Nilson Mendieta y otras autoridades.
El intendente Alejandro Torres al hacer uso de la palabra, además de agradecer a los vecinos por el apoyo brindado durante su gestión, indicó que "siempre quedará algo por hacer, pero que puso junto a su equipo todo lo necesario para estar al servicio de la comunidad, pese al tiempo de pandemia que le tocó enfrentar estando a cargo del municipio".
En su alocución agregó que "no sea necesaria una nueva pandemia para estar juntos" y parafraseando al padre Germán Macagno indicó que "la Virgen por la cual estamos todos convocados nos llama a amarnos no armarnos, amarnos los unos a los otros y que la Santa Patrona tenga la sabiduría y la fuerza para que encontremos los caminos de la paz, del diálogo, de las mesas de consenso dentro del disenso, pero siendo capaz de dialogar buscando el bienestar general y el destino común que necesitamos todos los argentinos, todos los jujeños".
En la misa central celebrada minutos después, el presbítero Víctor Achura en su homilía remarcaba la necesidad de una feliz convivencia entre los jujeños expresando en primer término el saludo enviado por el obispo diocesano de Jujuy, monseñor Cesar Daniel Fernández quien "llamó a la paz, la unión y la serenidad".
El sacerdote hizo hincapié en la necesidad de vivir en familia constituida por todos los miembros de la comunidad "la cercanía y la familiaridad se construye solamente estando, compartiendo, haciendo posible que el otro se atreva a estar al lado de alguien que por más que haya diferencias igual podemos estar juntos".
Finalmente, pidió por la paz y el diálogo entre los jujeños para así entre todos construir una provincia mejor para todos los jujeños. Llevandose a cabo una procesión por las calles del pueblo y un desfile cívico.