Allá, donde suena una guitarra o un pañuelo se eleva a los vientos en el danzar de una zamba; o donde un libro se abre para contar historias; o donde las tablas relatan sucesos, reales o no, allí hay un periodista del ámbito cultural, mirando, contando, aprendiendo. Y con el tiempo, hablamos de acrílicos y nuevas técnicas de tallado en madera como de música urbana o industrias culturales. Con lluvia, frío, calor, viento, desde temprano hasta tarde, estamos en festivales, aniversarios, inauguraciones, muestras, exposiciones, en Valles, Quebradas y hasta en la Puna.
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Allá, donde suena una guitarra o un pañuelo se eleva a los vientos en el danzar de una zamba; o donde un libro se abre para contar historias; o donde las tablas relatan sucesos, reales o no, allí hay un periodista del ámbito cultural, mirando, contando, aprendiendo. Y con el tiempo, hablamos de acrílicos y nuevas técnicas de tallado en madera como de música urbana o industrias culturales. Con lluvia, frío, calor, viento, desde temprano hasta tarde, estamos en festivales, aniversarios, inauguraciones, muestras, exposiciones, en Valles, Quebradas y hasta en la Puna.
En lo particular, siento que no elegí el periodismo cultural, sino que fue a la inversa, él me llamó, me fue llevando y un día, me puso con la persona indicada, en el lugar indicado, para poder volcar la pasión en las páginas del diario más leído de la provincia y uno de los más elegidos del norte argentino.
Y sí, estimado lector, es la pasión lo que moviliza y sostiene a un periodista en este universo profesional, que muchas veces nos ubica como el último orejón del tarro, que nos tiene alejados de paritarias justas y de derechos.
Y en lo cultural, es el compromiso con nuestros artistas y lo que sucede en la provincia lo que nos moviliza día a día, porque tenemos la misma sangre, el mismo deseo de hacer, transmitir.
Músicos, actores, poetas, pintores y periodistas, cada uno con su pluma, guardan un mensaje que se lanza a los vientos en cada encuentro, en cada página. Y nos sentimos (perdón si hablo por muchos) felices de compartir eso que pasó o está por pasar. Y caminamos las calles, andamos por teatros, centros culturales, bares, buscando la noticia, cultivando nuestra propia sensibilidad.
Ser periodista del ámbito cultural requiere de un amor tripartito, el propio, por las condiciones en las cuales nos toca trabajar en ocasiones; por la propia profesión, que nos da las herramientas; y por la tierra, lo propio, lo nuestro, que es lo que nos da el hecho noticioso y alimenta nuestra labor diaria.
Retomo lo personal, para contarles que ya recibí regalos en alusión a esta fecha. Un músico jujeño, joven y talentoso, envió un mensaje agradeciendo por la nota y afirmando que "están yendo a comprar el diario por docena". Una de las compositoras jóvenes con gran futuro mostró el video de su papá, orgulloso por la nota que lleva mi firma, en alusión a su hija. El director de un centro cultural llamó para decir que enmarcará la nota realizada en referencia al aniversario de la institución que coordina.
Trabajamos por nuestra pasión, sin imaginar o dimensionar lo que despertamos en otros. Esa, estimado lector, es la matriz, al menos en lo personal, de esta elección de ser periodista cultural. Por más compromiso, por mejor y más trabajo, por más periodismo real y de la calle, que surja de nuestra gente, íFeliz día, colegas, salud!