Justo cuando la carrera de Fito Páez había despegado y se encontraba de gira por Río de Janeiro, una noticia lo hundió en la más profunda depresión: su abuela y su tía abuela, Belia Delia Zulema Ramírez y Josefa Páez, respectivamente, habían sido asesinadas en Argentina. ¿El autor? Walter de Giusti, un excompañero de colegio del cantante argentino. Este terrible momento, que el músico llevaría a la música con “Ciudad de pobres corazones”, fue retratado en la serie “El amor después del amor” de Netflix.
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Justo cuando la carrera de Fito Páez había despegado y se encontraba de gira por Río de Janeiro, una noticia lo hundió en la más profunda depresión: su abuela y su tía abuela, Belia Delia Zulema Ramírez y Josefa Páez, respectivamente, habían sido asesinadas en Argentina. ¿El autor? Walter de Giusti, un excompañero de colegio del cantante argentino. Este terrible momento, que el músico llevaría a la música con “Ciudad de pobres corazones”, fue retratado en la serie “El amor después del amor” de Netflix.
¿Pero qué llevó a aquel muchacho, que conocía y había compartido carpeta con el intérprete de “Circo Beat”, a acabar con la vida de ambas mujeres? En los siguientes párrafos te contamos todo lo que se sabe del caso. Cabe señalar que, junto a ellas, también murió otra persona embarazada que trabajaba en su casa.
UNA TRAGEDIA QUE MARCÓ LA VIDA DE FITO PÁEZ
Al mediodía del 7 de noviembre de 1986, Walter De Giusti y su hermano menor Carlos tocaron la puerta de la casa de Fito Páez. Ni bien entraron, se abalanzaron sobre sus víctimas: Belia Delia Zulema Ramírez, de 76 años, abuela del cantautor; Josefa Páez, de 80, su tía abuela; y Fermina Godiy, de 33, empleada de la casa que en ese momento estaba embarazada. Las dos últimas fueron acuchilladas, mientras que la primera recibió un disparo en la cabeza.
El momento en el que se produjo el triple asesinato, Rodolfo estaba de gira en Brasil, por lo que le dieron la terrible noticia vía telefónica. En aquel entonces tenía 22 años y sintió cómo su vida se derrumbaba; y no era para menos, ya que un año antes su padre había fallecido. Como se recuerda, tras la muerte de su madre Margarita Zulema cuando él tenía sólo ocho meses, él fue criado por su progenitor, su abuela Belia y su tía abuela Josefa.
“Ya no había ningún sentido: mataron a tu familia, ya está”, dijo Fito Páez en una entrevista con el periodista Julio Leiva. Gracias a su entonces pareja, la cantante Fabiana Cantilo, logró ponerse de pie y sacó su cuarto álbum “Ciudad de pobres corazones” en junio de 1987, en el que reflejó sus sentimientos de ira, rabia e impotencia tras estos terribles sucesos.
WALTER DE GIUSTI, EL ASESINO
Aunque en aquel momento no se pudo dar con la identidad del asesino, varios meses después se descubrió quién era tras ser delatado por un travesti que tenía puesto un collar que pertenecía a las abuelas del artista.
La sospechosa contó que el accesorio era un regalo de su “novio Walter”; al día siguiente, la policía allanó la casa de De Giusti, donde encontraron el grabador que Fito le había regalado a su abuela. Tras ser hallado responsable de los asesinatos, él confesó haberlas matado, pero había más.
¿QUIÉN FUE EXACTAMENTE WALTER DE GIUSTI?
Walter Alfredo De Giusti fue el hombre que acabó con la vida de la abuela y tía abuela de Fito Páez, el 7 de noviembre de 1986; no sólo ello, pues también mató a la empleada de ambas, quien estaba embarazada. Pero antes de cometer este triple crimen, también asesinó a otras dos personas solamente una semana antes, el 31 de octubre.
Ángela Cristofanetti de Barroso, de 86 años, y a su hija adoptiva Noemí, de 31, fueron sus otras víctimas, a quienes mató -en complicidad de su hermano menor Carlos Manuel- a golpes y puñaladas tras entrar a su domicilio haciéndose pasar por plomeros. Walter tenía 23 años y su hermano 18.
¿Quién es? Walter de Giusti nació en 1962 en Rosario. Estudió en la escuela secundaria Dante Alighieri, donde conoció a Fito Páez. Al igual que el intérprete de “A rodar mi vida”, a él también le gustaba la música, por lo que perteneció a un grupo de heavy metal, aunque no tuvo mucho éxito. Se dedicó a la plomería por varios años.
Sin embargo, cuando ya había cometió los cinco asesinatos, el 4 de diciembre de 1986, ingresó como agente de policía a la Subcomisaría de Pueblo Esther. Nadie sospechaba que uno de sus nuevos miembros era un criminal hasta que fue delatado por una trabajadora sexual travesti.
LA CONDENA DE WALTER DE GIUSTI
Tras confesar todo, De Giusti fue sentenciado a cadena perpetua el 24 de agosto de 1987; en tanto, su hermano Carlos quedó con libertad condicional. Debido a que perteneció a la Policía, Walter pasó a retiro obligatorio de la fuerza, algo que fue muy cuestionado, pues debió ser directamente exonerado. Debido a ello, él pudo seguir cobrando el 70% de su sueldo por seis años más; es decir, hasta noviembre de 1993.
Cerca de nueve años después de su condena, en mayo de 1996, su defensa pidió reducir la pena a 25 años; en agosto de 1997, le disminuyen todo a 24 años y siete meses. Pero al haber contraído VIH en prisión, su abogado solicitó prisión domiciliaria, a esto se sumó el argumento de que De Giusti estaba perdiendo la visión, por lo que accedieron a su demanda.
En 1998, descubren que Walter estaba en perfectas condiciones: manejaba un coche, salía con normalidad a la calle e iba a bares, por lo que debía volver de inmediato a la cárcel. El 3 de junio de ese mismo año reingresó a prisión, pero cinco días después se descompensó y fue llevado al hospital. Él dejó de existir el 12 de junio a causa del VIH.
¿POR QUÉ MATÓ A LA ABUELA Y TÍA DE FITO PÁEZ?
No se saben las razones exactas por las que Walter De Giusti acabó con la vida de la abuela y tía abuela de Fito Páez. Solamente que aceptó haber cometido los tres crímenes, al igual que el de las otras dos mujeres.
Fito Páez era muy apegado a su abuela y su tía, pues fueron las mujeres que lo criaron, tras la muerte prematura de su madre. Desde que era un niño, vivió con ellas y su padre en su casa en Rosario. Además, cuando tenía discusiones con su progenitor, eran su abuela y su tía quienes salían en su defensa.