Con la ilusión a flor de piel y un entusiasmo que le está abriendo caminos, un grupo de jóvenes de localidad de Barrancas -departamento de Cochinoca- se puso al hombro la menuda tarea de mejorar la calidad de las artesanías de su comunidad, su principal fuente de ingreso.
inicia sesión o regístrate.
Con la ilusión a flor de piel y un entusiasmo que le está abriendo caminos, un grupo de jóvenes de localidad de Barrancas -departamento de Cochinoca- se puso al hombro la menuda tarea de mejorar la calidad de las artesanías de su comunidad, su principal fuente de ingreso.
Haciendo uso de las técnicas ancestrales y acompañados por sus familiares que son quienes le transmitieron como herencia viva este oficio, los emprendedores llevan adelante el proyecto "Jóvenes artesanos de Barrancas", a través del cual producen prendas y accesorios tejidos con lana de oveja y fibra de llama que luego comercializan en Purmamarca.
Por la distancia en la que se encuentran y principalmente por la difícil situación económica por la que atraviesa la comunidad, los jóvenes no cuentan con los herramientas necesarias para ampliar su producción tal y como lo sueñan. Pero para ellos este no fue un impedimento.
Con mucha astucia e imaginación, al igual que sus ancestros, recurrieron a una planta llamada toji de la que convierten sus ramas en agujas ya que tejen a dos, cuatro y hasta cinco agujas.
Para orgullo de sus familias los jóvenes no sólo se dedican al tejido, que también lo hacen con telares, sino que además son protagonistas desde el inicio del proceso. Todos por igual, aunque cada uno tenga su rol, se dedican al criado de llamas y ovejas, al esquilado, al hilado con puska, al preparado de la lana, teñido y todo el proceso hasta llegar al tejido de las prendas.
Además de fabricar sus propias agujas, para mejorar sus técnicas de producción lograron comprar con mucho esfuerzo algunos telares que usaron de modelo y guía para ellos mismos construir más unidades, optimizando la producción.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, la coordinadora del proyecto y mamá de una de sus integrantes, Estela Lamas, destacó el orgullo que siente por los jóvenes por su deseo de perpetuar estas prácticas que son transmitidas de generación en generación.
"Saber que ellos saben hacer estas artesanías para mí es algo muy valioso para poder seguir revalorizando la cultura de nuestros ancestros a la que nosotros estamos acostumbrados", dijo tras destacar que si bien en el grupo cada uno desempeña un rol distinto, cuando uno puede, tranquilamente, suplantar a un compañero porque todos saben hacer todas las actividades.
Remontándose a su niñez, Lamas recordó que "a los 13 años aprendí el hilado y cuando perdí a mi madre me fui a vivir con mis abuelos, me enseñaron la esquila de llamas, de ovejas como así también su pastoreo. Y a medida que fui creciendo, aprendí muchas más cosas de la mano de mis tíos, como el tejido", y es gracias a toda esa experiencia adquirida que ahora acompaña a los jóvenes en este proyecto.
Atentos a las oportunidades que pudieran llegar a impulsarlos como nuevos emprendedores, a las que calificaron como "muy pocas", participaron del concurso Emprender+ de la fundación Semillas y gratamente formaron parte de los diez proyectos ganadores obteniendo como premio el 50% del monto de inversión para el desarrollo de su emprendimiento. Y por el cual se expresaron solo con palabras de agradecimiento y gratitud.
Sin embargo, por la gran cantidad de necesidades que todavía les resta por cubrir, apelan a la solidaridad de los jujeños. "Solicitamos ruecas a algunas familias que las tengan y a empresarios algunas mesas o mostradores para poder exhibir los productos en un espacio fijo", solicitó Estela quien además hizo saber a los interesados en colaborar o comprar sus productos pueden llamar al 388-4637399.