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18 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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"Me encanta leer poesía... tanto leí, que no escribo"

Julio del Valle es actor y recitador, y asegura con pasión: "La paso muy bien recitando". Conoció a su mujer, la actriz Rita Torena, en el grupo de teatro de Hernán Suárez. Ella le organizó un homenaje.
Sabado, 29 de abril de 2023 00:38

Ella invita a un recital de poesía, el de su marido. Esta vez es en su casa, en la intimidad, con amigos de la vida y afectos.

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Ella invita a un recital de poesía, el de su marido. Esta vez es en su casa, en la intimidad, con amigos de la vida y afectos.

Ella y él se conocieron haciendo arte y se admiran mutuamente. Ella es una de las actrices más reconocidas de la historia del teatro jujeño, Rita Torena, y él es actor también, pero sin dudas es uno de los grandes recitadores de Jujuy, Julio del Valle.

El del recitador es uno de los talentos poco elegidos para desarrollar. Julio está inquieto recibiendo a los invitados, y a la vez, accede a una charla con El Tribuno de Jujuy, medio infiltrado en esa velada especial.

La intención era homenajearlo por su trayectoria como recitador, reconocerlo y escucharlo nuevamente.

Hace ya un tiempo que no se presenta en escenarios, pero en su memoria guarda más de un centenar de poesías, que cada tanto pujan por salir a través de su voz.

Con sus recitados llegó al Festival Nacional del Folclore de Cosquín, en el año 1965, era la 5º edición, integrando la delegación de Jujuy, que también incluía a René Olaguivel con su cuerpo de danzas, el ballet "Huayra Muyoj", Jaime Centellas, entre otros; y también con sus recitados hizo presentaciones en salas teatrales de la provincia. La última fue el homenaje al amigo Hernán "Achilo" Suárez después de su fallecimiento, el director teatral que lo unió con su esposa en un escenario teatral.

"Nos conocimos haciendo teatro", dicen los dos casi al unísono, y sonríen, las ganas de presumirse y encantarse mutuamente, sigue ahí, en sus miradas.

El Colegio del Salvador, cuando cumplió 75 años en Argentina, lo convocó junto a Los Kererinkas y al Coro Santa Cruz, para ir a Santa Fe, donde se encuentra la casa matriz de la institución.

"Desde chico me gusta leer y decir poesía. La que me apoyaba era mi vieja (su madre) que le gustaba que yo recite, y me copiaba los poemas, porque antes había que buscarlos en libros. Yo cuando viajaba al sur, lo primero que hacía era ir a la librería a ver qué había llegado de nuevo. Y de cada libro sacaba una o dos poesías. Me encanta leer poesía, tanto leí, que no escribo. La paso muy bien recitando", dice.

Recuerda que en Cosquín hizo una poesía coya y una gauchesca.

Después, su profesión de visitador médico lo alejó un poco de los escenarios, pero hizo muchos años teatro con Rita, en el grupo Melpómene, de Hernán Suárez, y también tuvo su paso por el Radio Teatro con Salvador Medina.

Con el tiempo dejó de recitar en público, por trabajo, pero asegura que, si hubiera podido de vivir del arte, hubiera sido claramente con estas dos disciplinas, la actuación y el recitado.

Recordó también en esta charla al querido y recientemente fallecido Rubén "Chuña" Iriarte. "Él me ayudaba mucho en esto, me dirigía los momentos, las luces, etc.", cuenta.

Hace un tiempo dejó de recitar en los escenarios, pero no falta su voz en los encuentros con amigos, y tampoco falta la intención de Rita de organizar un nuevo recital en alguna sala teatral bien producido.

Hace todo tipo de poesía, y en su memoria, guarda un amplio repertorio, porque no le gusta la poesía leída. Él para desandar versos, mira a los ojos a sus oyentes.

Entre los autores preferidos están Pablo Neruda, y de las poesías gauchescas Yamandú Rodríguez, Arsenio Cavilla Sinclair, Osiris Rodríguez, Beckett.

Y más cercanos, las del tilcareño Germán "Churqui" Choquevilca, "que iba a la escuela Normal, uno o dos años más grande que yo", dice Julio. También Carlos Figueroa, Boris Elkin (de él era "El Overo", que recitó en Cosquín), etc.

Termina la charla, un brindis, y comienza la primera ronda de recitados, en este ámbito de clima agradable, con títulos como "Ofertorio" de Choquevilca, "La muerte del minero" de Carlos Figueroa, "En paz" de Amado Nervo y más.

Ya la noche promediaba, cuando llegó la segunda entrega, dedicada a la poesía gauchesca, y entonces se escucharon "El perdón" de Yamandú Rodíguez, y "El Malevo", entre otros tantos.

 

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