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Hay que aprender a aceptar lo que no puedo cambiar

Jueves, 30 de marzo de 2023 00:58

Nuevamente me encuentro con vos en esta columna, después de una pausa necesaria y suficiente. Hoy pasando por un sube y baja de mil emociones. Y en todo este tsunami, decidí parar un minuto y enfocarme en el tema de "aceptar lo que no puedo cambiar".

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Nuevamente me encuentro con vos en esta columna, después de una pausa necesaria y suficiente. Hoy pasando por un sube y baja de mil emociones. Y en todo este tsunami, decidí parar un minuto y enfocarme en el tema de "aceptar lo que no puedo cambiar".

Hay veces que en la vida uno quisiera tener una varita mágica y poner todo en el lugar que nos gustaría que esté, menos mal que no se puede, porque así uno va aprendiendo lo que necesita para crecer y ser una mejor versión de sí mismo.

A veces, nos surgen situaciones en la vida en las que no sabemos cómo actuar y nos movemos entre aceptar lo que nos sucede o evitarlo e incluso, negarlo. Pero, ¿qué es lo que más nos beneficia? La respuesta sería aceptar aquello que se nos presenta. Si nos resistimos o negamos, tan sólo se harán más fuertes esos pensamientos en nuestra cabeza, adquiriendo una mayor relevancia.

Afrontar una situación es buscar soluciones, es aprender a vivir con ella de la mejor manera posible, es comprender las cosas tal como son. Entonces nos sentiremos mejor con nosotros mismos y con la situación, aprenderemos a llevarla bien, por ejemplo, sin sufrimiento, sin desbordarnos, viéndonos capaces, con herramientas, aptitudes positivas y respeto por las demás personas implicadas.

La capacidad para aceptar lo que podemos y no podemos cambiar es una habilidad clave para mantener una buena salud mental y emocional, es una parte importante del crecimiento y la adaptación.

Además, contar con una red de apoyo personal, afectuosa, presente y si es necesario profesional, puede ser muy útil para ayudarnos a superar los momentos difíciles.

Si fuéramos dioses, podríamos hacer que el tiempo retrocediera, y que los demás cambiaran su actitud y actuaran según nuestros deseos. Pero no somos dioses. Somos personas. Nos afectan las leyes de la física, de la química y de las relaciones humanas. Todos tenemos deseos y expectativas, pero la vida es complicada, y no todo depende de nosotros.

Lo verdaderamente sano es hacer todo lo que está en nuestras manos y trabajar duro por lo que queremos, sin obsesionarnos con el resultado. En los momentos difíciles practiquemos la autocompasión, que es la compasión aplicada a nosotros mismos cuando sufrimos, tratándonos con amabilidad y comprensión. Aceptar la realidad presente tal y como sucede no supone resignarse con lo que nos está ocurriendo, significa verla tal como es para afrontarla mejor.

Aceptar es un verbo: es un proceso activo que debemos practicar conscientemente. Necesitaremos tiempo y trabajo: pero cada vez que practiquemos la aceptación de un aspecto concreto de nuestra vida, estaremos creando nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro, y nos iremos sintiendo mejor. Y no es debilidad, sino sabiduría.

Namasté. Mariposa Luna Mágica.

 

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