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Sericultura, desde el capullo de seda hasta su valioso hilo

Liliana Torres trabaja en la crianza de gusanos Bombyx mori y es artesana de prendas hechas con dedicación.
Viernes, 03 de marzo de 2023 01:04

Con una delicada labor, los hilos de seda se unen para entrecruzarse y formar un todo textil que se convierte en una bella prenda artesanal para lucir.

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Con una delicada labor, los hilos de seda se unen para entrecruzarse y formar un todo textil que se convierte en una bella prenda artesanal para lucir.

Y así, la metamorfosis que atiende a la transformación como eje de una labor natural, se revela a través de gusanos de seda que dejan ver su trabajo en capullos que fueron perfectos.

BOMBYX MORI | EN PERÍODO DE MUDA, POR LO QUE SE ENCUENTRAN ERGUIDOS.

Los ejemplares de la variedad Bombyx mori son hacedores de una magia especial, condensada en materia prima verdaderamente valiosa y noble, a la vez. Todo se inicia en la crianza de este gusano particular para el que lo fundamental es alimentarse de la planta de la mora.

Dedicada a su pasión que considera como arte, Liliana Torres contempló un espacio dentro de su hogar y en bandejas de madera, a fin de criarlos bajo techo y con los cuidados necesarios de temperatura y humedad. "Empiezan a hacer su capullo cuando han llegado a la edad adulta, luego de haber pasado por cinco mudas en 25 a 30 días más o menos", describió la especialista.

Es que el precioso capullo es elaborado en tres días, con la propia saliva de estos pequeños seres, por eso la seda es una fibra proteica. "El gusanito queda atrapado en su interior y en 14 días emerge una hermosa polilla para aparearse y dejar sus huevitos. Al terminar la deposición de los huevitos, la polilla muere", comentó Torres acerca de la muy corta vida del gusano, pero también realmente dinámica pues conlleva un gran aprendizaje.

"Cuando están en muda, tienen su cabecita para arriba y se quedan quietitos por 24 horas. Uno que otro sigue comiendo, pero la gran mayoría muda su piel, esto lo repiten cada cuatro días, luego se despiertan con un hambre voraz", expuso la jujeña que hace terapia junto a ellos.

El esfuerzo de días de vida queda inmortalizado en pequeños capullos suaves y etéreos de tan frágiles que perduran con una renovada función. Y es que gracias a dos técnicas de hilado -continuo y discontinuo o rústico- la innovación se vuelve fundamental en la tan preciada secuencia.

EL PRECIADO HILO DE SEDA

"La materia prima es de elaboración propia. El capullo que ya se transformó en hilo se tiñe; mientras que por otro lado, el capullo en estado original puede teñirse para usarlo en accesorios de manera directa", dijo Torres, devota de este quehacer único. Es entonces que -libre de químicos- el hilo extraído sigue otro procedimiento más que interesante. "Es teñido con tintes naturales que son colores de la naturaleza como cáscaras, hojas y cortezas. La cáscara de cebolla es mi favorita", explicó la artesana que realizó esta acción también con té, yerba, eucaliptus, tusca y nuez. Destacando a la paleta de colores otorgada por la grana de cochinilla, pero a la que no es tan fácil acceder.

"La parte de la seda es toda natural y desde mi parte, todo artesanal. Me fascina mi trabajo. Para trabajar el hilado continuo los capullos son remojados, se toman las puntas logrando una sola hebra y se pasa a un enmadejador donde se realiza una madeja", dijo Torres quien después torsiona el hilo para lavarlo y terminar la faena extrayendo la sericina. "El hilo dócil queda preparado para tejer pero antes del tejido se tiñen las madejas", explicó la jujeña que prepara cada paso con anticipación.

"Se macera la fibra por lo general en alumbre y se procede al teñido en la tintura, eso sí, en caliente. En el caso del eucalipto y de la nuez es recolectar el material, en cambio para el té uno lo compra directamente y los pasos son medianamente parecidos", indicó asegurando que todo requiere su tiempo.

ESPECTACULAR CHAL | CON ENCANTO PROPIO, RESULTADO DE UNA LABOR MINUCIOSA.

El extracto que libera la cochinilla logra tonalidades vibrantes y cautivadoras; desde el rojo intenso, fucsia, naranja, morado o rosa y toda la gama cálida, claro, dependiendo del modificador que se utilice. "No se deja de aprender porque son varios saberes que se van complementando en el mundo textil como creo que pasa en todos los rubros", explicó Torres que mediante el telar logró realizar con la seda una tela utilizando macramé industrial y tramada con seda para confeccionar un traje de color blanco natural.

"Al principio el hilo de seda se me deslizaba mucho y no lo podía dominar. Y con mucha paciencia y práctica se logra trabajarlo como uno quiere. Yo digo uno viene con dones de regalo, pero la habilidad se lo tiene que ganar uno mismo, se desarrolla a base de esfuerzo", reflexionó la artesana que se entusiasma cuando el hilo está preparado y listo para iniciar la labor del tejido. "Primero, es el urdido, enhebrado en los lisos y peine del telar y de allí se va tramando para lograr la tela. Años anteriores realizaba blusas, chalecos, chales. Ahora estoy haciendo chales y bufandas", dijo esta jujeña que emprendió Sueños de seda, con la crianza de estos espectaculares Bombyx mori. Asimismo, como impulsora de la sericicultura, promueve la difusión de esta acción en escuelas e instituciones a fin de reforzar la cultura de trabajo. "El año pasado se realizó una cría de gusanos en la penitenciaría de Alto Comedero a manera de terapia para los internos y fue muy beneficiosa", destacó con la esperanza de que esta tarea sea más valorada en Jujuy.