En la primera audiencia por el juicio oral y público en contra de Rodrigo Villanueva, joven acusado de asesinar a su pareja Alejandra Nahir Álvarez, se revelaron situaciones que posiciona al inculpado como el presunto autor del femicidio.
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En la primera audiencia por el juicio oral y público en contra de Rodrigo Villanueva, joven acusado de asesinar a su pareja Alejandra Nahir Álvarez, se revelaron situaciones que posiciona al inculpado como el presunto autor del femicidio.
Villanueva llegó al recinto del Palacio de Tribunales con un barbijo cubriendo su rostro, decidió no declarar ante el Tribunal y mantuvo su mirada gacha durante toda la audiencia. El joven llega a estas instancias judiciales acusado de asesinar a puñaladas a su pareja y madre de su pequeño hijo, el 9 de octubre de 2020, en un tramo de la colectora de la ruta nacional Nº 66, al frente del Suri Rugby Club en el barrio Alto Comedero.
En la jornada de este martes declararon siete testigos, entre ellos los padres de la víctima Alejandra Nahir Álvarez y otras dos personas que revelaron escalofriantes actos del inculpado, en el momento que la joven estaba desaparecida.
Uno de ellos fue el cuñado de la víctima, quien dijo que la noche del viernes 9 de octubre, llegó a la casa de sus suegros y no estaban ni Alejandra ni la pareja de esta, Rodrigo Villanueva.
El hombre manifestó que con el correr de las horas, el padre de la joven se empezó a preocupar y autorizó que él y Villanueva salieran en su motocicleta a buscarla por las plazas ubicadas en las inmediaciones de ese sector barrial.
La joven no era de ausentarse tanto tiempo de su casa sin avisar y mucho menos dejar solo a su bebé, que por ese entonces tenía apenas 6 meses.
Villanueva le pidió a su concuñado que recorrieran hasta el sector del Suri, donde hay una rotonda y una pasarela que atraviesa la ruta nacional Nº 66 y miró varias veces hacia el lugar en que horas más tarde iba a ser hallado el cuerpo de su pareja.
Previo a la búsqueda en moto, alrededor de las 22.30, Rodrigo Villanueva había llegado a la casa de su suegro nervioso, con su canguro azul echo un bollo, se metió a la pieza donde dormía con Alejandra Nahir, se fue a bañar y se cambió de ropa.
Días después del crimen, los efectivos de la Brigada hallarían oculto entre la ropa del bebé, el canguro azul bañado en sangre.
Villanueva no se llevaba bien con sus cuñados, es que estaba hacía más de 2 meses viviendo con ellos y nunca salió a buscar trabajo. Dos semanas previas al femicidio, su suegro le había conseguido trabajo, como ayudante de repartidor en una sodería.
La noche del 9 de octubre, cuando Villanueva salió al comedor, preguntó por su pareja y sus cuñados le observaron heridas de rasguños en el rostro.
Ese 10 de octubre, Villanueva se despertó más temprano que todos, le dijo a su cuñada holgadamente que Alejandra no había llegado a dormir, dejó a su bebé y se fue a trabajar.
El camión repartidor se iba a Tilcara y él le pidió a su jefe que antes pasaran por la rotonda del Suri, donde pudo observar por segunda vez la escena del crimen y que todavía el cuerpo de Alejandra no había sido hallado.
Alrededor de las 18.30, cuando regresaba de la jornada de trabajo, se puso a llorar y le dijo a su jefe "que algo le huele mal", minutos después vio a los efectivos de la Brigada en la puerta de su trabajo.