Recordar un nuevo aniversario de la inauguración de la Comunidad Terapéutica de Adicciones en contexto de encierro es inmediatamente traer a la memoria a la licenciada María Inés Codesido, motor y alma de un proyecto que tardó varios años en cristalizarse, pero que le supo ganar a la desidia, a la burocracia, al desinterés, logrando imponerse no solo a nivel nacional sino internacional ya que se trata de la segunda comunidad de Latinoamérica.
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Recordar un nuevo aniversario de la inauguración de la Comunidad Terapéutica de Adicciones en contexto de encierro es inmediatamente traer a la memoria a la licenciada María Inés Codesido, motor y alma de un proyecto que tardó varios años en cristalizarse, pero que le supo ganar a la desidia, a la burocracia, al desinterés, logrando imponerse no solo a nivel nacional sino internacional ya que se trata de la segunda comunidad de Latinoamérica.
En aquel momento y con la sensibilidad que la caracterizaba, María Inés Codesido nos decía: "Los internos a partir del momento que ingresan a la comunicad pasan a ser pacientes y reciben un tratamiento y una contención que incluye un taller laboral, donde trabajan con la madera y por el momento se abocarán a la confección de los muebles que nos faltan y posteriormente para la venta y así ayudar a la familia que está afuera".
El mensaje oficial era por aquel entonces que "Jujuy visualizó dos de los problemas más importantes que vive el sistema carcelario provincial, el primero la sobrepoblación en las cárceles y el segundo la drogadependencia de sus internos, por ello hoy se concretó la inauguración de tres pabellones, uno de los cuales funcionará como lugar de internación para la Comunidad Terapéutica de Adicciones en Contexto de Encierro", de aquel anuncio de tres pabellones solo se inauguró y se ocupó uno.
Hoy Carina Vanesa Solano, quien quedó a cargo por reconocido mérito, sigue los pasos de su antecesora y amiga, quien con el acompañamiento de diferentes organismos pudo concretar el ansiado proyecto de Codesido antes de alcanzar el sueño eterno el pasado 5 de junio de 2021, a los 54 años de edad víctima de una enfermedad incurable.
"Me quedé acá y me enamoré del Servicio Penitenciario. Los internos tenían el consumo de pasta base, cocaína, marihuana y psicofármacos, entonces no había ningún dispositivo, no había atención ni siquiera ambulatoria, las psicólogas simplemente hacían una visita. Y en el año 2013 entonces comenzó toda esta historia en la provincia", relató María Inés Codesido en una entrevista que se la recordará con profunda emoción.