La elección en Jujuy será dentro de 50 días. Es oportuna una mirada desde nuestra provincia hacia el país, para repasar cómo está influenciando la política nacional el comportamiento de los frentes, partidos, y por supuesto del electorado jujeño. Para el Frente Justicialista, la situación es quizá la más incómoda. El Frente de Todos y el Gobierno nacional nada o casi nada le aportan a una campaña. Las tensiones crecientes, y sin solución entre la Casa Rosada/Olivos y el Senado/Instituto Patria, abren todos los días un poco más la brecha entre el presidente Alberto Ángel Fernández y la vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.
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La elección en Jujuy será dentro de 50 días. Es oportuna una mirada desde nuestra provincia hacia el país, para repasar cómo está influenciando la política nacional el comportamiento de los frentes, partidos, y por supuesto del electorado jujeño. Para el Frente Justicialista, la situación es quizá la más incómoda. El Frente de Todos y el Gobierno nacional nada o casi nada le aportan a una campaña. Las tensiones crecientes, y sin solución entre la Casa Rosada/Olivos y el Senado/Instituto Patria, abren todos los días un poco más la brecha entre el presidente Alberto Ángel Fernández y la vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.
AAF empecinado en su cada día más lejana reelección, rodeado de cada día menos figuras relevantes, soporta el asedio de los espadachines del cristicamporismo que ni se cansan ni se miden en desgastarlo, e incluso en ofenderlo, no sólo en su laxa investidura sino hasta en sus calidades personales. Casi olvidados de la pretensión reeleccionista del elegido por Cristina, trabajan en consolidar su final y en potenciar el operativo clamor por "la vuelta" de la jefa.
Es tal el enfrentamiento que desde el kirchnerismo han instalado definitivamente que el gobierno no es de ellos, que no comparten los desaguisados de Alberto y que trabajan casi desde la oposición para diferenciarse y sepultarlo definitivamente. Claro, hasta ahora, no han renunciado a ninguno de los resortes de poder real, las "cajas" del estado, desde donde financian sus campañas sin pudor y sin medida.
Saben que el Presidente no tiene el poder, y quizá tampoco la voluntad, para descabezar los innumerables organismos que controlan y es tan poco el tiempo que queda de gobierno, que si llegara a pasar, eso tampoco parece importarles. Sin embargo, cada día de la semana pasada se reforzó la versión de la posibilidad de un retiro del camporismo de todos los escalones que ocupa en el Estado: sería el golpe de gracia para vaciar el gobierno de Alberto, pero ¿se animarían a ir a elecciones desde el llano y sin un plan platita? Otro que camina por la cornisa es Sergio Massa, el que jamás pudo asumir su soñado rol de "superministro" y cada día ve desmoronarse el castillo de naipes que construye con su verba inflamada y sus recursos de siempre: "el vamos viendo" y "sigamos parchando".
Ya desde La Cámpora se alzan voces muy críticas, como las de Máximo K y de Axel Kicillof y sólo la tolerancia de CEFK no permite que le empujen el sillón. Por ahora, con 6,6% de inflación nacional de febrero, anualizada de 102,54%, del 6,9% en Jujuy (donde una familia tipo hoy necesita más de 178 mil pesos para no ser pobre), el ministro permanece en silencio y casi desaparecido de la vida pública. En este clima, crece el "luche y vuelve" y mañana mismo habrá una importante acto en el emblemático Centro Cultural Kirchner, donde el Grupo Puebla debatirá por "La Voluntad Popular y la democracia: del partido militar al partido judicial".
Estarán Eugenio Zaffaroni, Evo Morales, Ernesto Samper, José Luis Rodríguez Zapatero, y por supuesto el exjuez Baltasar Garzón. Clausurará el encuentro la palabra de Cristina. Este es el panorama que al peronismo de Jujuy, ya sea del Frente Justicialista, o de los grupos disidentes que se inscribieron para participar el 7 de mayo, les vuelve oscuro el horizonte, no habilita a hablar de realidades, ni planes ni proyectos, a excepción, por supuesto, de lanzar acaloradas promesas del regreso de algún utópico tiempo feliz. Para los peronistas en Jujuy, desde la intemperie, les será complicada la campaña.
Hablando de los frentes disidentes, tampoco cayó bien en Jujuy la noticia de que el Partido Piquetero nacional y la Unidad Piquetera expresaran su adhesión al frente provincial que lidera el hoy también senador disidente, o al menos díscolo, Guillermo Snopek. Formalizó la adhesión el dirigente Juan Marino, que hoy ejerce la diputacía nacional en la banca libre que dejó Sergio Massa. Marino cobró notoriedad cuando el día de su juramento lo hizo: "Por el salario básico universal, porque la deuda la paguen los que la fugaron, viva la lucha estudiantil, viva la lucha piquetera de todas, todos y todes".
Tampoco cayó bien en Jujuy la noticia de que el Gobierno nacional ha seguido sosteniendo a la agrupación barrial Tupac Amaru durante los últimos años. Se informó que el Estado le entregó a la Asociación Civil "Judith Presente, Centro Comunitario", con sede en Buenos Aires, cuya principal referente sería Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, $ 465.979.909, y sólo en el año 2022, habría recibido 137 millones de dólares. Voces en el cuartel de Gerardo Morales celebraron la noticia: "íGerardo tenía razón!", festejaron eufóricos y a la vez indignados, pensando en usar la noticia como eje de campaña. Más difícil para él explicar desde el oficialismo.
Tampoco es fácil para los radicales y para Cambia Jujuy. Aumentan las tensiones entre el larretismo y el bulrrichismo, mientras Mauricio, recién regresado al país, anuncia que estirará su decisión sobre su candidatura para abril o mayo. Cabe preguntarse si es "tiempismo" dilatar tanto con las cosas como están. Para mayo, quizá no quede nada sobre qué decidir. Sólo el GM por ahora está seguro de qué hace y adónde va (siempre lo estuvo, al menos desde marzo del 2022). Todavía recoge aplausos por el acto del Gran Rex, donde intentó despertar la antigua mística de la UCR. Lo aplaudieron Negri, Tetaz, Lousteau, Storani, Cornejo, De Loredo, Suárez Lastra, Valdez y Gil Lavedra entre los más notables. Lilita fue temprano a saludar y se fue, algo que querría haber hecho Facundo Manes, pero no fue invitado.
GM fue intenso y prudente, productivista y federal, pero atacó con fiereza a Cristina, la mandó a cuidar nietos en El Calafate, tuvo piedad de Alberto, de quien sin entrar en detalles lo acostó diciendo que es el peor presidente que pudo haberle tocado a Argentina, y a Sergio Massa, su amigo desde hace mucho tiempo, lo dejó casi a un costado. El lanzamiento fue brillante, pero como los radicales son ácidos y difíciles, ya dieron vuelta la página y cada sector volvió a pensar en sí mismo.
El GM sigue su campaña: deberá ganar en Jujuy de manera sonora, para seguir demostrando que el pequeño ejemplo que construyó en el ángulo noroeste del país se puede extender a toda Argentina.
En las próximas horas, comenzarán a conocerse los nombres de las fórmulas para gobernador y vice, de intendentes, y las copiosas listas de diputados, concejales y convencionales. Hay cientos, miles de nombres y ponerlos hoy en el tapete puede ser muy bueno o muy malo para cada uno de ellos. Es mejor, y más respetuoso, un silencio comprensivo y una espera prudente.