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4 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Se realizará el 1° Festival Nacional del Carnavalito

Descendientes de Edmundo Zaldívar hijo, el autor de "El Humahuaqueño", visitaron El Matutino.
Lunes, 06 de febrero de 2023 01:02

La proximidad de esta fecha festiva podría ser referida con acepciones tales como "se acerca el carnaval" o "estamos en", "ya viene el". Pero, desde 1941, la gran mayoría de los jujeños y también de otras provincias decimos "llegando está el carnaval" y es inevitable completar la expresión con "quebradeño mi cholita".

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La proximidad de esta fecha festiva podría ser referida con acepciones tales como "se acerca el carnaval" o "estamos en", "ya viene el". Pero, desde 1941, la gran mayoría de los jujeños y también de otras provincias decimos "llegando está el carnaval" y es inevitable completar la expresión con "quebradeño mi cholita".

Es que la composición de Edmundo Zaldívar hijo caló hondo en el corazón provinciano y se desparramó con los vientos, como el talco carnestolendo.

Para compartirnos esos recuerdos, visitaron El Matutino de El Tribuno Plus, Carlos Edmundo Zaldívar (hijo de Edmundo) y Carlos Edmundo Zaldivar (hijo), nieto del compositor.

Mañana se cumplen cuarenta y cinco años de la desaparición física de Zaldívar y, en su memoria, se realizará en la ciudad histórica de Humahuaca, el 1° Festival Nacional del Carnavalito.

Previamente, en horas de la mañana, será el homenaje en el cementerio "San Antonio", luego el acto por el día del carnavalito, en el Monumento a la Independencia y por la tarde el encuentro musical.

Ambos descendientes del compositor, acompañaron a la intendenta de Humahuaca, Karina Paniagua, a realizar gestiones para la realización del festival, ante el ministro de cultura de nación, Tristán Bauer.

De ese encuentro destacan el especial pedido de la funcionaria local, de que no envíen un numero nacional, sino que destinen esos recursos a mejorar las condiciones de contratación de artistas locales.

Parte de una quinta generación de músicos, los Zaldívar se muestran orgullosos y felices de volver a Jujuy y de compartir los sentimientos que los abordan por estos tiempos.

Carlos Edmundo padre, rememoró que "hace veinticinco años que venimos a Humahuaca y nos sentimos muy felices, ya que mi padre y mi madre descansan acá; ahora trajimos los restos de mi hermano Julio, que fue quien me trajo por primera vez y recuerdo estar sentados los dos en una tribuna y la gente hablaba de mi padre y ahí dimensionamos lo grande que era por aquí".

El legado Zaldívar tiene asegurada la perpetuidad, por esa obra, por lo que el significó y por la forma en la que se ramificó el árbol.

Carlos Edmundo Zaldívar hijo, en este caso el nieto del autor, manifestó que "en mi casa el juguete era la guitarra, teníamos más de diez. Sin darnos cuenta, mis hermanas y yo, nos hicimos músicos. A los 11 años conocí Humahuaca y comprendí porque Edmundo se enloquecía tanto por este lugar; de ahí en más, salvo para la pandemia, vine todos los años".

La nueva generación tiene composiciones dedicadas a Jujuy, pero es difícil competirle a Edmundo, por tantas cosas maravillosas que hizo para Jujuy, según ellos mismos lo expresan.

"Mi padre tocaba la guitarra como los dioses", dice Carlos Edmundo y su hijo complementa "cuando mi abuelo trabajaba en Radio El Mundo, eran cuatro o cinco músicos que tocaban todo. En ese contexto era difícil no aprender. Edmundo tocaba guitarrón, guitarra y arpa, extraordinariamente bien. Lo repetimos nosotros porque lo decía Roberto Grela, uno de los mejores guitarristas del mundo. También lo afirmaban Edmundo Rivero y Anibal Troilo".

La entrevista mutó a charla en la cual se comparten anécdotas. En ese hilo, surge la incógnita sobre otras obras del guitarrista que podrán haber sido tan o más exitosas que el carnavalito y Carlos, padre, le pide a Carlos, hijo, que interprete "El bagualero", bailecito preciado en el seno familiar.

Carlos Zaldívar hijo se sigue emocionando cuando habla de su padre, pero también se muestra molesto por otras, por ejemplo, la no introducción de música identitaria (bailecitos, cuecas) en eventos masivos en los que pone a consideración la cultura jujeña. Estos ritmos son reemplazados por sayas, tinkus. "Se pierde la identidad musical. Mandan a Cosquin música boliviana, hace dos años que veo lo mismo", expresó y acotó que "vi a muchos grupos de baile interpretar carnavalito, pero a ninguno como lo hacen en Humahuaca". Su hijo agregó al respecto que "no está mal tocar la música de otros lados, pero no hay que dejar de tocar la música del propio lugar, sino, desaparece".

Del tranvía al mundo, la historia del carnavalito más famoso de todos

Es inevitable recordar la anécdota que dio nacimiento al Humahuaqueño. La historia es la misma, pero la impronta que surge de la propia voz de su hijo, siempre la cubrirá de matices distintos.

"Mi padre trabajaba como músico estable en Radio El Mundo. Tomaba un tranvía desde la calle 25 de Mayo en donde vivían en aquel tiempo y, llegando a la radio, el tranvía hacía un ruido especial cuando frenaba. Mi padre golpeteaba en la caja de la guitarra ese sonido y al bajar expresó 'fiesta de la quebrada humahuaqueña, erque, charango y bombo, carnavalito para bailar'. Esto se le ocurre a pesar de que, por ejemplo, el bombo no se usaba en la Quebrada, si tambores y otros sonidos", recordó Zaldívar hijo.

Cabe recordar que, en 1941, a los 24 años, Zaldivar hace el carnavalito, sin conocer ni Jujuy ni Humahuaca.

Quizás no fue solo el traqueteo del tren lo que lo inspiró, seguramente habitaba en él algún duende quenero o las cadencias de un melodioso charango.

Su hijo contó que "a la casa de mi abuelo iban todos los plásticos y músicos argentinos que llegaban a Buenos Aires. En ese contexto, Dalmacio Castrillo , oriundo de Uquía y que tenía un negocio de ramos generales en Humahuaca, hablaba y contaba de los vientos bravos. Mi padre tenía seis o siete años por ese entonces. Fue ese hombre quien le enseño a tocar la quena, el siku y el charango. Supongo que esa fue la semilla que germinó en el para crear el humahuaqueño, para todos los jujeños".

Dos años después (1943) de la tan pintoresca como descriptiva composición, Edmundo Zaldívar viene a Jujuy por primera vez," invitado por los Hermanos Aramayo, los primeros músicos del altiplano que bajaron a Buenos Aires. Tuve la suerte, en un carnaval, de conocer a uno de ellos", contó su descendiente.

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