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19 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Recuerdos y Conexión, ya se proyectan fronteras afuera

El primer video clip tiene marcado éxito en Chile, México y Bolivia. Fue creado en tiempos de secundaria. A Para este año, proyecta un trabajo discográfico centrado en la familia y el hecho de ser madre
Sabado, 04 de febrero de 2023 01:04


El ritmo cotidiano de la plaza Belgrano se ve modificado por un ritmo de caporal y un bailarín, que danza al compás de la música. Se trata del protagonista de “Conexión”, el nuevo video de la cantautora Ariadna Alabar, conocida en el ambiente ar‑
tístico como “La Flor del Chañi”.La joven folclorista, en su visita a El Tribuno de Jujuy, anticipó que, si todo marcha dentro de lo normal, este video será presentado en las plataformas digitales en el transcurso de la semana que viene.

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El ritmo cotidiano de la plaza Belgrano se ve modificado por un ritmo de caporal y un bailarín, que danza al compás de la música. Se trata del protagonista de “Conexión”, el nuevo video de la cantautora Ariadna Alabar, conocida en el ambiente ar‑
tístico como “La Flor del Chañi”.La joven folclorista, en su visita a El Tribuno de Jujuy, anticipó que, si todo marcha dentro de lo normal, este video será presentado en las plataformas digitales en el transcurso de la semana que viene.

Por lo pronto, disfruta de “Recuerdos”, el video clip que ya está publicado. También a ritmo de caporal, esta canción fue elaborada durante su formación secundaria. Inspirada en las emociones por las que se atraviesa durante esa etapa, como el amor adolescente, de vivencias propias y otras que transmitían sus compañeros. “Muchas canciones están escritas en el aula, con lo que me contaban mis compañeros”, contó la cantante.

Estos videos pertenecen “Puñuy”, su primer disco, el cual fue presentado en 2021 en el Teatro Mitre. Las canciones de ese disco llegaron a Chile, México, Bolivia y así surgió la demanda de grabar videos, para reproducirlos en canales de música. “Ary” Alabar, como la llaman habitualmente, comenzó su carrera siguiendo el camino de su tío, Federico Alabar, que era mariachi.

Luego, ya en el colegio Nuestra Señora del Huerto, integró el coro escolar y también el de catequesis. Para ese entonces, ya le “había picado el bichito” de la música y decidió ir por más. Es así que llegó a la escuela de muchos, donde la vida
estaba abrazada de música, la peluquería de los Hermanos Chañi. Ellos, la formaron en folclore con identidad jujeña.

Ahí la joven Ariadna se encontró con los bailecitos, cuecas y le tomó el gusto a lo nuestro. “Estaba buscando dónde aprender guitarra, hasta entonces solo había visto tutoriales, pero a la altura que se me ocurrió ya habían cerrado las
inscripciones en el conservatorio y busqué enseñanza particular y un amigo me sugirió a Los Chañi”, recordó respecto a ese tiempo. Fue así que, llena de incertidumbres, con sus radiantes quince años, fue rumbo al emblemático recinto.

Fue “Foro” Chañi quien la recibió e incluso, en primera instancia, le cerró la posibilidad, porque “no había cupo”. Ante la insistencia, Luis Chañi le dijo que le harían un lugar. Con el paso del tiempo, se dio cuenta que ese primer “rechazo” fue una prueba para “medir el interés”. Tenían el objetivo de ver si realmente la niña tenía intenciones de crecer con música.

Alabar sonríe cuando recuerda la anécdota que le marcó el camino. “La realidad es que solo quería tocar la guitarra, pero en el lugar había pocas chicas que cantaban; entonces me dijeron que yo tenía que cantar”. Los Chañi le facilitaron
cancioneros y herramientas necesarias para que pueda desenvolverse en ese ámbito.

Comenzó cantando con público en la peluquería, para romper el hielo y para que pueda soltarse. Hasta que llegó un momento bisagra, en su vida y su carrera.
“Participé del semillero de los hermanos Chañi. Fue la primera vez que canté en la tele. Nos decían que éramos la semillita de ellos. De ahí en más surgieron las contrataciones para peñas y festivales. Cuando le comenté esto a Luis, él expresó que
“esta semilla, ya no es una semilla, es una flor”, ahí nace el nombre artístico, bajo el cual grabé el primer disco y me presento en los escenarios”, manifestó Ary Alabar.

A los quince o dieciséis años comenzó a escribir. Para los diecisiete ya estaba en peñas y festivales cantando canciones propias.

En ocho años, la joven jujeña forjó una carrera sólida, que la tiene como parte de la cartelera de grandes festivales. Hoy es madre de dos niños (Ciro de 4 años e Índigo de 3 meses), pero siempre vuelve a la etapa de la secundaria, que allí comenzó a crear.

Las vicisitudes de esa etapa, plasmadas en papel, una suerte de autopsicología, se convirtieron en poemas, después tuvieron música y se transformaron en canciones autoreferenciales. Me di cuenta de que si las  leo voy a entender lo que siento y que algunas cosas rimaban”, expresó al respecto.

Sobre el comienzo profesional,  menciona a Matías Fernández (guitarrista) y a David Vacaflor (charanguista), con quienes golpeaba las puertas de todos los espacios posibles, para que los dejen ser escuchados.

Actualmente es directora musical del grupo que, además de los mencionados, está compuesto por Gonzalo Mamaní, en guitarra; Esteban Méndez, en percusión; Darío Cruz y Carlos Velázquez, en vientos.

Para este año Alabar anunció que “se viene un nuevo disco, familiar”.Esa producción ya cuenta con tres de ocho temas que irá lanzando en forma de sencillos.

Mamá, cantora y estudiante

Ariadna Alabar, además de cantar es madre, trabaja en sublimación y reparación de celulares y está decidiendo si estudiará pa‑ ra analista en sistemas o contadora pública. Respecto a esa multi‑ plicidad de tareas, expresó que “lo más difícil es compartir el tiempo. Ser mamá y ensayar. Por eso los ensayos se hacen en casa, para poder atender a los chicos”.

“Mis padres acompañan el proceso, siempre que es necesario, tienden una mano”, dijo en referencia a la relación familiar.

Consultada sobre qué le diría a sus colegas, mujeres, que son ma‑ más y aspiran a dedicarse a la música, Ariadna manifestó que “al principio el arte es una inver‑ sión que da frutos a largo plazo. Para mí, al comienzo fue difícil, pero hoy sé que salgo a tocar el fin de semana y tengo recursos para darle de comer a mi familia en la semana”.

Y respecto a qué es lo que más disfruta de su actividad, dijo que “lo más lindo es compartir, con colegas, con la familia en las jun‑ tadas, la alegría de ver bailar al público, el rescate de canciones que están guard