Con la felicidad en su mirada, pequeños yungueritos aprendieron de la fauna y de la flora silvestre en tiempo de vacaciones.
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Con la felicidad en su mirada, pequeños yungueritos aprendieron de la fauna y de la flora silvestre en tiempo de vacaciones.
Es que el parque botánico municipal "Barón Carlos María Schüel" se ofreció como el escenario ideal para que los niños experimentaran la observación de especies autóctonas a partir de la concientización y el respeto ante los seres vivos que habitan este ecosistema natural.
Desde los primeros pasos hacia el sendero, atendieron a la voz de Adriana Vergara, quien como guía de contingente y accesibilidad, se encargó de dirigirlos como visitantes. Allí, mientras caminaron juntos, las reflexiones sobre valorar la existencia de otros seres y su importancia como especies en el planeta que compartimos, fueron constantes, así como también el hecho de descubrir la gran flora apta para contemplarse a simple vista.
"Estuvieron motivados y con ganas de saber la vida de un árbol desde que es semilla hasta que va creciendo y se hace grande. En el parque tenemos muchos árboles, cada especie está identificada", aseguró Vergara, cuya función la entusiasma cada día porque los niños, en toda ocasión, se muestran con la curiosidad encendida.
"Se diferencia a los animales silvestres de los animales domésticos o mascotas", indicó la guía que también aportó recomendaciones sobre el cuidado de aquellos animales que son necesarios y bioequilibradores de nuestro ecosistema, como por ejemplo, la comadreja. Y es que ante la aparición de este ejemplar, no se lo debe matar, si no colocarlo en un árbol ya que se alimenta de arañas, alacranes, cucarachas y evita las plagas en áreas urbanas.
"A través de la charla también desmitificamos que el pico de tucán es afrodisíaco, ya que lo real es que es más lindo apreciarlo tal como es y dejarlo libre", expresó Vergara acerca de esta magnífica ave que se puede ver en el parque, como también a las bellas corzuelas que se mostraron en calma ante la presencia de los "yungueritos".
"A veces se encuentran corzuelas en las rutas y las traen. Si están lastimadas, les damos primeros auxilios y luego cáscara de banana que les encanta", comentó, asegurando que estos mamíferos silvestres están bien cuidados, en un lugar donde la biodiversidad es única.
Otra de las maravillosas presencias a destacar es la de la marmosa, un marsupial que posee una cola de gran tamaño. "Llama la atención porque almacena grasa en su cola para que en épocas difíciles, no le falte alimento", explicó la guía que no olvidó resaltar a los niños sobre las más de 300 especies de aves que sobrevuelan los árboles de aquel mágico lugar durante todo el año.
Especial ofidios
“Los yungueritos” se despedirán de las vacaciones participando de una charla especial sobre las serpientes, en la que podrán conocer a este ofidio particular. La iniciativa del parque botánico incentiva a que los pequeños desarrollen un espíritu de investigación entre juegos y caminatas de exploración. “Les gusta conocer sobre la naturaleza y se comprometieron a cuidar a animales y plantas”, afirmó Adriana Vergara, la guía de esta didáctica actividad.