Esta semana murió uno de los cuatro pacientes que a fines de enero debió ser internado en la ciudad santafesina de Rafaela por un cuadro de neumonía bilateral derivado de la psitacosis, conocida como "la fiebre del loro". Para conocer de qué trata la psitacosis y qué síntomas provoca, El Tribuno de Jujuy dialogó con el infectólogo Raúl Román, quien señaló que es una enfermedad denominada "Zoonosis", causada por la bacteria Chlamydias psittaci que suele ser transmitida a las personas por loros, cotorras, papagayos, canarios y palomas.
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Esta semana murió uno de los cuatro pacientes que a fines de enero debió ser internado en la ciudad santafesina de Rafaela por un cuadro de neumonía bilateral derivado de la psitacosis, conocida como "la fiebre del loro". Para conocer de qué trata la psitacosis y qué síntomas provoca, El Tribuno de Jujuy dialogó con el infectólogo Raúl Román, quien señaló que es una enfermedad denominada "Zoonosis", causada por la bacteria Chlamydias psittaci que suele ser transmitida a las personas por loros, cotorras, papagayos, canarios y palomas.
Remarcó que se transmite de una especie animal hacia el ser humano y por sus síntomas se la define como una neumonía atípica. "Decimos que es atípica porque empiezan a presentarse muchos síntomas por fuera del pulmón, con fiebre, decaimiento, dolor en las articulaciones y en la cabeza", explicó Román.
Sostuvo que entre 3 a 5 días la enfermedad hace impacto en el pulmón. "Cuando el médico escucha el pulmón no siente muchos ruidos patológicos, pero cuando observa la radiografía encuentra la neumonía. Eso se llama disociación clínica", sostuvo.
Agregó que la psitacosis es una infección producida por un patógeno que es bastante virulento y tiene la capacidad de afectar a varios órganos. Además dijo que puede producir hepatitis, artritis, inflamación en el corazón y finalmente neumonía bilateral, que toma los dos pulmones. "Suele necesitar internación la persona para ser tratada, y en algunos casos hemos visto cuadros de inflamación meningoencefalitis en el cerebro", remarcó.
En este sentido Román recordó que el Ministerio de Salud de la Provincia cuenta con todas las herramientas de vigilancia epidemiológica para la detección de casos de psitacosis en la comunidad.
En el caso del animal, por ejemplo un loro enfermo, presenta síntomas de decaimiento, no tiene apetito, aumentan las secreciones, empieza a perder las plumas, algunas se lucen encrespadas y hasta cambian su color. En esta línea dijo que entre las aves que más transmiten la psitacosis se encuentran los loros y las catitas, cuando empiezan a circular en la calle a través de vendedores ambulantes o cualquier persona que no ha cumplido con los trámites y la regla sanitaria para venderlos.
Explicó que la forma de transmisión se presenta cuando las aves están enfermas y eliminan Chlamydias psittaci al medio ambiente, a través de secreciones oculares, excrementos secos, secreciones respiratorias y polvo de las plumas. Estas secreciones al secarse permanecen en el aire y son aspiradas por las personas, que de esta forma se infectan. Incluso señaló Román que hay personas que le dan "piquitos" al loro, y allí también se presenta la infección. "Entonces, la principal forma de prevención es no comprar animales en la vía pública o en lugares que no estén habilitados", indicó.
Cabe mencionar que la fauna silvestre está protegida por la Ley General de Medio Ambiente 5063 y sus decretos reglamentarios, la Ley de Caza 3014/73, y la Ley Nacional de Conservación de la Fauna 22.421/81, que prohiben la tenencia ilegal, exhibición, venta, tráfico, captura o caza de toda especie de fauna silvestre.
Indicó que la provincia de Jujuy es una zona endémica para estas aves, por ser una zona de paso desde Bolivia, de donde estos animales a veces son traídos en forma ilegal para la venta en diferentes lugares de Argentina.
En caso de aquellas personas que tienen a estos animales como mascotas en sus hogares, recomendó brindarles las mejores condiciones, no tenerlos en hacinamiento y desinfectar las jaulas. Por último dijo que el periodo de incubación, desde el contacto con el loro hasta que aparecen los síntomas, suelen ser de 14 a 21 días.