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“La alimentación del tercer milenio descarta totalmente las dietas shock”

La nutricionista especialista en obesidad, diabetes y trastornos alimentarios hizo un análisis de la alimentación durante fin de año y advirtió sobre los riesgos de la búsqueda del descenso rápido de peso. Abordó también el concepto de nutrición del tercer milenio que propone una alimentación del estilo de vida, el cuidado del cuerpo y un acercamiento a los productos naturales de la Madre Tierra.
Miércoles, 06 de diciembre de 2023 00:22

¿Cómo abordar las cenas de fin de año y toda la emocionalidad que hay detrás de ellas?

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¿Cómo abordar las cenas de fin de año y toda la emocionalidad que hay detrás de ellas?

Con diciembre comenzaron los festejos y los brindis, que son preciosos por ser momentos de reencuentro, pero debemos saber que ahora contamos con una nueva propuesta respecto a la alimentación. Sin embargo, durante este tercer milenio, en el que hay una modernización en todos los aspectos de la vida, todavía pretendemos continuar con una alimentación "vintage", las tradicionales cenas opíparas.

La nutrición del tercer milenio insta a permitirnos sembrar en nuestras cabezas la idea de una alimentación con una connotación nueva. Que en nuestras reuniones podamos empezar a homenajear a nuestros invitados con una comida deliciosa pero saludable. A diferencia de lo que hacemos hoy que pensamos en mucha comida, gaseosas, helados, etc. Un menú absolutamente tóxico. Por eso es importante proponernos cambiar de a poco esta concepción.

¿Respecto a la ingesta de bebidas alcohólicas?

Esa es otra propuesta. También podemos divertirnos sin intoxicar el cuerpo de ese modo. Ojo que tomarse un vaso de la bebida que te gusta está perfecto. Pero hemos pagado con muchas vidas los festejos de todo el año con los accidentes protagonizados por personas alcoholizadas. Entonces empezar a cambiar el pensamiento que el alcohol es sinónimo de diversión es necesario. Hagamos festejos que nuestro cuerpo realmente pueda disfrutar porque sufre mucho con todos estos embates de comidas y bebidas.

Yo propongo que a la hora de programar un menú, pensemos cuántos vamos a ser para saber qué cantidad de comida preparar. Respecto a la bebida, un buen ejercicio es ponerla toda arriba de una mesa, es ahí donde queda en evidencia la cantidad. Si en la mesa hay tres botellas de fernet y diez six pack de cerveza, algo no está funcionando. Por tanto, el primer enfoque de diciembre es verificar las cantidades.

Diciembre tiene también otra situación, el qué me quiero poner en las fiestas y el cómo quiero estar para las vacaciones...

En esto tenemos que ser cautelosos y compasivos con el propio cuerpo. En la alimentación del tercer milenio se descartan totalmente las dietas shock. Desde mi postura personal pienso que si hay un tipo de alimentación que se indica aplicar por 14 días para bajar "X" cantidad de kilos, pero advierte que no se haga más días de los indicados... yo digo que no la apliquen nunca porque está diciendo que en esos 14 días te va a hacer daño. Hoy se propone medicina del estilo de vida, es una especialidad médica y ya hay profesionales de la salud que son especialistas. Entonces, hacer una alimentación saludable que permita llegar a un peso también saludable es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, porque será siempre desde el marco de la salud.

Una alimentación que, además de permitirnos llegar a cierto peso, sea fundamentalmente desinflamatoria que permita evitar diabetes, que sea anticancerígena y que nos favorezca y colabore.

¿Cómo considera que venimos con esta transición?

En general, en este proceso de transición veo que hay una cuestión bien polarizada. Hay una parte de la sociedad que está muy consciente y se plantea: "Lo que me hace bien a mí les hace bien a todos" y "lo que me hace mal a mí, les hace mal a todos". Además, hace actividad física, no consume alcohol y no contamina el planeta con botellas de plástico. Y hay otro sector de la población que, por ejemplo, pese a los sellos que ahora se les pone a los alimentos, no logró bajar el consumo de los productos tóxicos.

Hoy en día tenemos a los pediatras que a las mamás les piden e imploran que en cuanto el bebé deje la teta, no le den gaseosas, productos refinados y harinas blancas, pero las recomendaciones llegan hasta ahí. Se está bregando bastante desde la salud.

¿Qué opina sobre la ley de etiquetado frontal?

Ponerles etiquetas a los alimentos me parece un gran acierto, pero para mí la ley está incompleta porque a mi consideración le faltan varias más, pero avanzamos en algo. Pero también es cierto que hecha la ley hecha la trampa. En Argentina tenemos algunas fábricas de turrones que como le tenían que poner los sellos de calorías, grasas e hidratos de carbono -porque son cero saludables-, le han agregado vitamina A y D de muy dudosa absorción, lo que les permitió hacerlos pasar por el Código Alimentario como suplementos alimentarios y ya no pertenecer a la categoría alimentos, por consiguiente, no tienen sellos. Pero siguen teniendo cantidades de industriales de harina refinada y azúcar. Un alimento pésimo, que para nada puede considerarse como una buena colación porque tiene todas las desventajas de una galleta.

Noto que la concepción de dieta se va modificando. Está pasando de ser considerada un régimen restrictivo para bajar de peso con alimentos que nunca antes consumimos y hasta "feos", a la incorporación de una dieta cotidiana saludable...

Totalmente. Además, la comida tiene que ser una fuente de placer. Ya no funcionan más las dietas que implican matarnos de hambre. La propuesta hoy es alimentar al cuerpo con salud, bienestar y con placer y lograr así los objetivos que uno se proponga. Hacer actividad física de sobrecarga en los gimnasios con un profesor de guía es fantástico, pero el famoso "me mato en el gimnasio" no está bien. Hay que hacer algo que nos haga bien, revitalice y nos haga sonreír.

Teniendo en cuenta que los niveles de estrés van aumentando a fin de año, ¿podemos ayudarnos desde la alimentación?

Totalmente, la alimentación tiene mucho que ver porque nuestro cuerpo es alimento transformado, entonces la alimentación es el combustible. Por ejemplo, si a nuestro auto le ponemos kerosene en vez de nafta, va a empezar a andar mal y hasta podemos arruinarlo. En cambio, el cuerpo es mucho más noble porque se banca todo lo que le metemos. Pero si le ponemos un combustible saludable y antinflamatorio, enseguida se notan las mejoras. Se van los dolores de cabeza y de las articulaciones, veo estas situaciones todos los días de mi vida. La comida cambia la performance del cuerpo y disminuye los niveles de estrés. Tengo documentado casos de mujeres a las que los dolores menstruales las tiran a la cama porque no pueden sostenerse en pie, y con el cambio de alimentación desaparecen los cólicos.

¿En líneas generales cuál es el grupo de alimentos a descartar primero de la alimentación?

Lo primero que tenemos que descartar de la dieta es el azúcar -que implica todos los ultraprocesados, snacks, todo lo que venga envasado tipo salsas, gaseosas, hasta las que dicen 0% azúcar, y todo lo que sea harina refinada y panificados. Y es en este punto que entramos en un problema con la alimentación porque harina refinada es todo lo que tenga que ver con arroz blanco y fideos. Entonces aquí ya hay un grupo gigante de alimentos que queda afuera. Y es en este punto que la gente se pregunta ¿entonces qué comemos? Y es ahí que yo destacó que en Jujuy tenemos el privilegio de tener acceso a legumbres y verduras a costos inferiores al los del resto del país.

Respecto a los panificados industrializados, hay que tener en cuenta que los denominados "salvado doble" que compramos porque son de color marrón oscuro, son teñidos a fuerza de malta, no es fibra.

A los dueños de las fábricas no les importa nuestra salud, su prioridad es ganar dinero. Se ven cosas muy graciosas, por ejemplo, ponen agregados de vitamina C en una pasta. En una pasta es imposible que la vitamina C se absorba. Si realmente la llegan a poner, no sé para qué lo hacen porque se pierde.

En conclusión, la Pachamama tiene el secreto, mientras más cerca estemos de la tierra más saludable va a ser nuestra comida.

Que diciembre sea un mes de festejo, pero de festejo también para nuestro cuerpo porque es el templo en el cual viaja el ser maravilloso que somos. Este fin de año festejemos con comida un poco más saludable, con bebida mesurada y que no le cobre factura al otro día a nuestro cuerpo y que esta conducta se convierta en un continuo. Hagámosle el favor a nuestro cuerpo de acercarnos más a la Pachamama, a las comidas cada vez más naturales y beneficiosas para la salud.