Viajar siempre significa abrevar de nuevas experiencias que enriquecen a todo ser humano. Es igual al cambio, a animarse a vivir lo distinto y a tener al frente puertas que se abren hacia nuevas posibilidades.
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Viajar siempre significa abrevar de nuevas experiencias que enriquecen a todo ser humano. Es igual al cambio, a animarse a vivir lo distinto y a tener al frente puertas que se abren hacia nuevas posibilidades.
Y gracias al arte que emana de sus manos, Alejandro Condorí supo sostener la abundancia que le regaló el universo para permitirse trascender fronteras con talento creativo.
La experiencia de viajar por Latinoamérica y contemplar la belleza de murales únicos fue la motivación para que este joven docente recorra con su perspectiva aquel contexto que lo hace descubrir la inspiración constante.
La aventura comenzó a tomar forma a través de una invitación en el mes de octubre para ser parte de un encuentro mundial organizado por el Movimiento Internacional de Muralistas "Ítalo Grassi".
Entonces en México, el escenario comenzaba a prepararse para el intercambio cultural, a fin de revalorizar la calidad artística del creador de "La tejedora" y "La juguetería", que participó con entusiasmo del certamen integrado tanto por artistas emergentes como renombrados de otros países.
"El Movimiento me nombró delegado internacional para representar a Argentina en el viaje desde el 6 y hasta el 25 de noviembre, con muchas vivencias hermosas", explicó.
Como la idea de viajar siempre está presente en su vida a fin de adquirir nuevos conocimientos y experiencias, se animó a cruzar las fronteras para llegar a tierra azteca.
"Por la devaluación del peso y a la situación actual del país, fue complicado decidirme porque debía cubrir el pasaje aéreo hasta el lugar del evento. Lo que me animó fue el apoyo de mi familia y amigos. También agradezco al Ministerio de Educación el aval para poder viajar y al Ministerio de Cultura por el pasaje terrestre hasta Formosa, para partir desde Paraguay", destacó el artista.
Y entonces la sensibilidad se puso de manifiesto entre las almas creativas que se unieron en Morelos. "Ser parte del movimiento significa aportar a la cultura de cada lugar a donde vamos, promoviendo el arte, la solidaridad y la hermandad entre países; trabajando temáticas que revalorizan las raíces", comentó este jujeño que lleva a donde quiera que vaya un pedacito de su tierra querida.
"Poder transmitir el pensamiento andino a distintos lugares es algo que me llena el alma y es un sueño cumplido", dijo. Y es que cada viaje es un aprendizaje que nunca deja de asombrarlo, ante la calidad de plásticos que logró conocer siempre que la posibilidad se le brinde.
"Querían que me quede a hacer más murales y me iban a reconocer todo. Igualmente, quedamos que el año que viene voy a ir a realizar esas obras, pero vamos a ver cómo se da todo", expresó.
Entonces, bajo el lema "Impulsando la transformación social a través del arte", hizo buenos amigos que lo invitaron a Canadá, Nueva York y España. "Aunque a mí me gusta viajar, me gusta más volver. Lo lindo de esto es que pude pasear por varios países como Paraguay, México y Brasil. La noche de São Paulo sí la vi peligrosa", comentó Condorí.
"Hay de todo para ver y el turismo y los museos están muy bien organizados", indicó sobre la "Galería a cielo abierto más grande de México" de la que fue parte, situada en la colonia Morelos del municipio de Mixquihuala de Juárez - estado de Hidalgo.
Unificando similitudes con la cultura mexicana, relató que la cocina es muy rica y que los tejidos son parecidos a los de Valle Colorado.
"Los testimonios de los artistas me emocionan. Los mexicanos son muy creyentes de la Guadalupe. Me arrepentí de no haber llegado a la Basílica, pero unas amigas me trajeron agua bendita en una figura de la Virgen", aseguró el artista que logró disfrutar de las grutas y aguas termales de Tolantongo.
"Nos recibieron con una banda de música y un desfile por la avenida principal donde participó la comunidad y los niños de las escuelas llevan banderas de los distintos países que lo integran. Es muy lindo sentir el cariño y la admiración de la gente", relató Condorí, que compartió esta hermosa vivencia con artistas de países como Canadá, India, Francia, España, Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Bolivia y Honduras, entro otros.
"Fue muy enriquecedor artística y culturalmente ya que cada artista es una ventana a cada lugar de donde proviene", aclaró. De esta manera, la obra con la creatividad jujeña quedó en una de las paredes del centro comunal, con la técnica de esgrafiado que trabajó junto a María Sosa y representa los pilares de la comunidad, como la educación, el trabajo, la religión y en la parte inferior se observa el agave o maguey que es la planta típica del lugar, como así también el maíz y el trigo.
"Nuestra obra es parte de un conjunto de trabajos que busca dejar otras técnicas como mosaico, esgrafiado, esculto esgrafiado y mural cerámico", reveló feliz de haber estado entre pares, con las ideas a flor de piel.