Jujeña por adopción y sentimiento, Valentina de Martini nos recibió en su refugio ubicado en Villa Jardín de Reyes con su sonrisa y un enharinado delantal en su amplia cocina donde elabora riquísimos productos que ya conocen del reconocimiento de una importante clientela que llega de distintos puntos del Gran Jujuy.
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Jujeña por adopción y sentimiento, Valentina de Martini nos recibió en su refugio ubicado en Villa Jardín de Reyes con su sonrisa y un enharinado delantal en su amplia cocina donde elabora riquísimos productos que ya conocen del reconocimiento de una importante clientela que llega de distintos puntos del Gran Jujuy.
"Es un emprendimiento familiar que nació en un difícil momento de mi vida, gracias al apoyo de mi hermana Andrea. Hacía poco tiempo que estaba radicada en la provincia nuevamente, después de haber vivido junto a mis padres que eran ingenieros agrónomos en la Quebrada de Humahuaca durante mi niñez y adolescencia, más exactamente en la Posta de Hornillos", recuerda Valentina en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
La charla surge de manera espontánea, un poco a los borbotones porque son muchas las preguntas y son infinitas las respuesta de alguien que pudo renacer de entre las cenizas.
"Todo fue muy difícil, con dos niños pequeños, Sofía y Franco", hoy de 27 y 24 años, dos fuertes pilares que le permiten continuar con ese largo camino iniciado allá por el 2003. "Quedé sola y había que arremangarse y salir adelante -agregó Valentina- y Reyes porque era el lugar indicado, a un paso de la ciudad y porque estás en otro mundo en diez minutos, el verde, la paz".
"Esto lo pude iniciar gracias a mi hermana que era la cocinera y es como comenzamos con un lemon pie, una pastafrola, unas maicenitas, sacando una mesita afuera con un toldito y de a poquito la gente nos fue eligiendo en un momento en que solamente éramos dos, una chica que hacía tartas de manzana y nosotras y con el tiempo quedé yo sola", comenta Valentina de Martini y sus ojos se iluminan, como si de repente los recuerdos la invadieran.
Al referirse a la elaboración de los productos indica que "de a poco fuimos aumentando algunas cositas y lo mejor fue que íbamos experimentando, yo no tengo experiencia en cocina, no me gustaba cocinar y a medida que uno ve que a la gente le gusta lo que uno hace le da más ganas de seguir innovando".
Desde aquella época a hoy pasaron un par de años y la pregunta es "¿ahora qué?". "Desde hace muy poco decidimos con mi hermana María Cecilia, que es la que me acompaña hoy, cambiar porque Villa Jardín de Reyes fue cambiando, creciendo y se llenó de gente que vendía lo mismo y yo soy más partidaria de lo natural, de lo más saludable y es así como comenzamos este cambio, esta transformación implementando e incorporando productos sanos, diferentes, como harinas integrales, azúcar mascabo, miel y si bien hemos perdido algunos pocos clientes que les gusta lo tradicional, ganamos una gran cantidad de nuevos clientes que les gusta cuidarse", afirma Valentina.
Uno de los secretos revelados por la emprendedora fue: "Nosotros comenzamos con la preparación de las harinas que posteriormente utilizamos en la producción de lo que elaboramos para la venta, por ejemplo harina de quinoa, de avena, adquiriendo la materia prima y posteriormente la procesamos", aclara satisfecha de su propio crecimiento.
Finalmente, cuenta que de las tartas la preferida en la de manzana que lleva nueces y avena; el lemon pie que la masa es con harina integral y el merengue con azúcar mascabo, que le da un toquesito de sabor a caña y una importante variedad de pan casero.
Al despedirnos Valentina comenta: "Yo cocino como me gusta comer a mí".