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La paridad alimenta la incertidumbre

Lunes, 13 de noviembre de 2023 00:46

Debemos aprovechar este momento: en primer lugar, prepararnos a conciencia para ejercer responsablemente la oportunidad de votar; en segundo lugar tendremos desde hoy seis días para tratar de interiorizarnos de las propuestas de los candidatos que llegan a la final; y en tercer lugar, buscar entre los saldos y retazos del debate de anoche, los pros y los contras que cada sector de la grieta dejó expuestos, como última contribución antes del domingo.

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Debemos aprovechar este momento: en primer lugar, prepararnos a conciencia para ejercer responsablemente la oportunidad de votar; en segundo lugar tendremos desde hoy seis días para tratar de interiorizarnos de las propuestas de los candidatos que llegan a la final; y en tercer lugar, buscar entre los saldos y retazos del debate de anoche, los pros y los contras que cada sector de la grieta dejó expuestos, como última contribución antes del domingo.

El primer punto obligará a un alto grado de honestidad en el balance que nos exijan la memoria y las expectativas. Unión por la Patria y su candidato, Sergio Massa, llegan con una carga de gestión que arrancó en el 2003 con el acceso a la Presidencia de Néstor Kirchner, luego del fallido balotaje con el expresidente Carlos Menem. Después sucedieron dos mandatos de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner primero, y de Cristina viuda de Kirchner después. Y no se trata de citar un mero cambio de estado civil de la jefa política del sector, sino de marcar toda una diferencia entre un mandato y el siguiente.

Luego, la continuidad fallida que dejó a Daniel Scioli en el camino, para ceder la presidencia a un Mauricio Macri, quien a su vez, envuelto en llamas dejó el sillón de Rivadavia a un abogado moderado, profesor de Derecho, hijo de un juez, como le gusta autopercibirse, Alberto Fernández. Un repaso a vuelo de pájaro podría hacer estallar la memoria en un minuto. íTan recargados están esos veinte años de historia reciente! Tan recargados y controvertidos, que encienden odios y amores dentro del propio oficialismo, que sin embargo, mantiene su capacidad de dejarlos debajo de la alfombra para llegar a la elección con una pátina de unidad y una nueva propuesta de gobierno de acuerdo nacional. Los libertarios, sin historia y con limitados antecedentes políticos, ofrecen todo nuevo convocando a una jugada de alto riesgo. Enorme acertijo. Alto desafío.

El segundo punto obliga a realizar un buceo profundo en los mensajes e ideas que lanzaron los candidatos. Será difícil: ambos, tanto Sergio Tomás Massa y Javier Gerardo Milei, han dedicado casi el 90 por ciento de sus campañas a mostrar los defectos, las debilidades y los peligros a que se expone la sociedad si vota por "el otro". Los estrategas se pintaron la cara y con el casco puesto, atacan, golpean, bombardean, y en muchos casos (la mayoría) sobrepasan los límites de la razonabilidad, la ética y hasta del buen gusto. Caen en el agravio, hasta en el recurso bajo de mostrar supuestas intimidades degradantes del otro candidato. Se entiende que es mucho lo que está en juego, pero también se puede pedir que no se derriben los límites del respeto y la calidad institucional. Inclusive subestimando la inteligencia del ciudadano de a pie. Hasta aquí, desde ambos bandos, se esforzaron por dejar al votante frente a una disyuntiva de hierro: elegir lo menos malo. Triste.

El debate al que los candidatos se vieron obligados por ley a sostener anoche, quizás, ninguno de los dos, lo hubiese querido. La imposibilidad de analizarlo desde estas líneas quedará reemplazada por los comentarios y las interpretaciones de quienes, con más tiempo y serenidad, elijan ganador y perdedor. O qué parte de victoria y derrota se lleva cada uno. Lo que sí se puede afirmar es que la ajustada paridad que se advierte obligó a los candidatos a enfrascarse dos o tres días en tediosas sesiones de "coacheo", instrucciones, sugerencias, y de marcaciones de tonos de voz, gestualidades, inflexiones del discurso, actitud corporal y un entrenamiento superlativo para un "acting" lleno de golpes de efecto, chicanas y frases de impacto, y para aprender a contener reacciones indeseadas propias y provocárselas del adversario. Poca riqueza para una elección en la que se decidirá la colocación de una bisagra en la vida nacional. Y la calidad y la fuerza de esa bisagra para aguantar lo que venga, después del 10 de diciembre.

Tanto se mostró y se habló de corrupción explícita, de espionajes ilegales y conspiraciones a cargo de personajes "orgánicos e inorgánicos"; tanto se revuelve la crisis, la inflación, los altibajos del dólar y del riesgo país; tanto se menean las chances de una dolarización; tanto se ataca a la casta y a la vez, se la busca para sumar votos; con tanta liviandad se amenaza con recortar con una motosierra la realidad nacional (como si eso fuese posible), como se agita el pánico por la suba de tarifas y servicios a precios siderales (como si no fuese una realidad hoy naturalizada). Tanto, que todo ha sido una generosa contribución a la desorientación de la gente.

Será interesante mirar cómo se comportan las dos vertientes importantes que participarán el 19-N. Una de ellas es la poderosa Unión Cívica Radical, autodefinida neutral, donde sin embargo pocos radicales están dispuestos a la imparcialidad. Comenzando por su presidente, nuestro gobernador Gerardo Morales, que milita abiertamente con una honrada virulencia en contra del libertario, que lo llevó a afirmar que Jujuy hasta dejaría de pagar sueldos públicos si ganara Milei, concepto que compartieron los gobernadores peronistas Osvaldo Jaldo de Tucumán, Ricardo Quintela de La Rioja y Raúl Jalil de Catamarca, pero que fue rebatido por Gustavo Valdez, de Corrientes, entre otros popes ucerreístas. Y que detonó una fortísima ironía a Mauricio Macri (quien tampoco tiene a todo el PRO alineado con Milei).

"País raro este, parece que Milagro Sala y Gerardo Morales van a votar al mismo", dijo por la red X. De todos el GM se quedó con la última palabra de este round: "Tenés que estar muy enfermo para sacar un tuit así a esta hora...". "País normal este con Cristina y Mauricio libres cuando tendrían que estar presos". La otra enorme vertiente de votantes, que puede terminar volcando el fiel de la balanza hacia UxP o hacia LLA, es esa que no participó ni de las Paso ni de las generales de Octubre, y hasta hoy, es una pasiva espectadora del show de la política nacional, sus guionistas, sus protagonistas, sus actores de reparto y sus respectivos titiriteros. Lo que ocurra desde el domingo en adelante ya no será responsabilidad de Sergio Massa o de Javier Milei, gane quien gane, será responsabilidad de todo un país que haya concurrido a votar y que deberá hacerse cargo de apoyar, sostener y fortalecer la democracia, durante los cuatro años que comenzarán el 10 de diciembre.

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