La historia de Patricia Villa es la de una madre que en una lucha denodada por buscar justicia encontró la manera de canalizar el dolor de perder a su hijo, Agustín Burgos, quien murió en un incidente vial. Este mes sintió un atisbo de alivio porque recibió la confirmación de una sentencia de nueve años para el responsable del incidente, que será un antecedente jurídico que podría ayudar a otras familias.
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La historia de Patricia Villa es la de una madre que en una lucha denodada por buscar justicia encontró la manera de canalizar el dolor de perder a su hijo, Agustín Burgos, quien murió en un incidente vial. Este mes sintió un atisbo de alivio porque recibió la confirmación de una sentencia de nueve años para el responsable del incidente, que será un antecedente jurídico que podría ayudar a otras familias.
La inesperada pérdida de su hijo Agustín, de 31 años, sucedió en Córdoba cuando fue a buscar equipos de unas amigas que quedaron varadas por un desperfecto, y mientras esperaban sentados en el paso una grúa fueron atropellados por un vehículo. El tema cobró relevancia como "la tragedia de circunvalación", ya que también se llevó la vida de Sol Viñolo y dejó en silla de ruedas a Fernanda Guardia.
"Fue espantoso, en estos casos no solo fue terrible la muerte de mi hijo joven, sino que se agrava con el horror, quedaron cuerpos destrozados y se le suma una serie de cosas horrorosas, ir por el juzgado, morgue, que solo el que la pasa comprende además de lo que significa perder un hijo", explicó Villa.
Las familias de las tres víctimas se juntaron y decidieron hacer juicio, dos años de difícil lucha con marchas acompañados de amigos, estudiantes de la facultad, del mundo del arte y cine, entre ellos León Gieco. En el Cosquín Rock se hizo el pedido de justicia y de conciencia vial; y la Facultad de Arte en Córdoba implementó que los 17 de mayo sea el día de la conciencia vial.
"Agustín era un chico muy valioso y Sol también, hacía un doctorado", explicó recordando lo duro que fue perderlo. "Siempre fue muy creativo, laburante. Estudió en Córdoba cine y se quedó porque hizo su familia, una pareja y su hija Vera", agregó y contó que participó de varios proyectos de cooperativas para hacer cine, con quienes filmó películas y cortos, debía trabajar en otros rubros. En el último tiempo, había logrado un trabajo más vinculado a su carrera en una productora donde editaba y operaba cámara, y en otra donde vendía insumos. "Nunca dejó de lado su parte creativa", recordó.
Por ello la movilizó la lucha por justicia. Buscaban evitar el juicio abreviado que se resuelva entre abogado y fiscal como homicidio culposo que es excarcelable, y con marchas y permanencia se logró un fallo histórico al revertir la carátula a "homicidio simple con dolo eventual". Se comprobó que el responsable tenía 2,7 gramos de alcohol en sangre, se estimó que había conciencia del daño y la sentencia fue de nueve años de prisión que ratificó el Superior Tribunal de Justicia luego de la apelación.
"Eso es muy importante porque queda como antecedente jurídico para las familias", explicó Villa y destacó que se logró por el apoyo de la sociedad. "No se trata de buscar venganza sino de hacer justicia, porque el dolor lo vamos a seguir teniendo pero es una paz, duelas tranquila", detalló.
Se incluyó un estudio criminalístico de la Universidad Siglo XXI que determinó que atropellar es igual a matar con un arma por el daño que genera, sumado a que no fue un accidente y datos estadísticos donde el mayor índice de muertes de jóvenes de 18 a 21 son producto de crímenes viales. El caso también se contempló al evaluarse la ley de alcohol cero; se incluyó en un spot con la sobreviviente; y en el Festival del Cine de las Alturas se hizo un homenaje para Agustín Burgos donde pasaron una película y dos cortos de los que participó, "El colchón", "La compañía" y "Los vendedores de tortuga", presentados en varios festivales latinoamericanos de cine independiente.
"Para nosotras las madres siempre se vuelve a bajar al infierno, luego sube. Si bien al principio se piensa que nunca vas a subir es por los hijos que uno sale", expresó Villa sobre su lucha, que recuerda fue importante porque es más doloroso cuando no se consigue justicia. "Desde el minuto uno lo hice por mi hijo y mi nieta, para que el día de mañana cuando pregunte se entere que hice todo para que se haga justicia", explicó.
Por ello viajó a Córdoba permanentemente y gracias a que el mayor de sus hijos, Daniel, decidió acompañarla allá y fue de mucha ayuda. Luego se sumaron su esposo Marcelo y su hijo Martín quienes participaron de marchas en Jujuy, por lo que reconoce que cada uno a su manera tuvo el duelo y la reacción que pudo.
Viendo hacia atrás entiende que el dolor no es fácil de comprender, pero asume que pudo seguir porque el inconsciente la protegió y le permitió seguir la lucha. Le dedicó a su hijo el fallo que se logró, "por tu vida, por vos y por tus amores".