¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

12°
12 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Cuando desde el amor, se potencian otros sentidos

En la historia de Carlota López y Raúl Caliva no faltaron las tormentas, pero al final, triunfó su sentimiento.
Miércoles, 04 de octubre de 2023 00:50

Como toda calle principal de ciudad, la General Manuel Belgrano se resume en un constante ir y venir de personas que transitan sin cesar desde que el día amanece hasta que anochece.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Como toda calle principal de ciudad, la General Manuel Belgrano se resume en un constante ir y venir de personas que transitan sin cesar desde que el día amanece hasta que anochece.

El constante vaivén de almas hace que todo lo que suceda sea en simultáneo, sin dar lugar a descubrir algo puntual que en ese momento, acontece.

Es entonces cuando entre los ruidos citadinos de motores, vendedores ambulantes y diálogos ocasionales; nace en una libertad muy propia, la música de instrumentos ejecutados por personas que siempre brindan su arte desde un rincón urbano bien localizado.

Se trata de Carlota López y Raúl Caliva, el dúo de ciegos que regala en sus canciones, un talento potenciado en acordes listos para sentirse vivos, sin dejar que sea al pasar. A veces es un vals, otras, una chacarera; pero siempre tienen entre sus manos, alguna joya musical que logra permanecer el tiempo. Y que ellos -con un gran impulso- proponen en la interpretación más fluida para trasmitir ese don artístico, como una prolongación en el indagar con precisión de la verdad sobre cómo ellos la sienten.

Entonces, desde su lugar y ante la mirada de miles de personas que fluyen con las horas, armonizan su estancia, compartiendo sus historias de vida que se unieron en el amor real, en tiempos donde lo virtual de las redes pareciera tener mayor trascendencia.

Con cincuenta y nueve años, Carlota López es una mujer que vivió diferentes experiencias a lo largo de su vida. Desde su nacimiento, la condición de no vidente le impidió conocer su entorno, ya que nació en casa y fue asistida por sus abuelas que la auxiliaron en sus primeras horas de existencia. "Tengo una nube que me impide ver. La vida fue complicada", expresó esta jujeña que sólo se formó en estudios de nivel primario.

Gracias a una de sus tías, llegó a la escuela "Helen Keller". Allí, aprendió orientación y movilidad para que manejarse de manera independiente, fuera posible. "Al principio tenía algo de miedo, un mes, dos meses; me llevaban, me traían hasta que me acostumbré, hasta el año 1995", dijo.

Como su pasión era guiada hacia la música, se postuló en una convocatoria para armar una orquesta de gente ciega. "En cultura municipal, aprendí quena y bombo; y el piano y acordeón lo aprendí de otro compañero que me enseñó lo básico", indicó feliz de encontrar en el camino artístico, su rumbo. "Desde el sonido aprendí mejor", aseguró López que gracias a los sonidos conoció al amor de su vida, con quien comparte su talento.

En 1996 fue el año en que se conocieron, a través de una grata experiencia. Y es que compartir como integrantes de la misma banda la música, los unió más. Primero, fue en la plaza Belgrano, luego en la peatonal junto a más personas. Pero el amor entre ellos, nació en el año 2001.

"He tenido novios cuando era más chica. Una lo toma como juego, pero con Raúl, lo tomé como algo serio. Decidí compartir mi vida con él y estamos juntos", afirmó.

Con una sólida base en el amor, Carlota y Raúl son padres de dos hijos, el mayor de veinte años y la pequeña de dieciséis, ambos cursando estudios.

"Ellos desde chiquitos nos conocieron así y lo llevamos bien, por supuesto, que algunas cosas pedimos ayuda cuando eran bebés, sobre todo, pero como toda familia fuimos pasando por momentos buenos y malos", detalló con una emoción en su relato.

En su repertorio, lo que más suena es el potpourrí de ritmos donde la cumbia, los villancicos y las canciones que son hits, tienen su lugar sin falta a pedido de la gente.

De la zampoña y el bombo se encarga Raúl Caliva, quien escribe junto a Carlota, las páginas de un libro especial, donde ambos son felices y disfrutan día a día.

Para Caliva, haber nacido cincomesino le abrió la perspectiva de la lucha desde que nació. "Mi mamá se peleó con mi papá y en venganza, se tomó cosas por eso yo nací con este problema. Pero gracias a Dios, me siento bien y feliz por cómo soy y estoy", dijo con un ánimo encendido.

A pesar de que en su infancia tuvo inconvenientes notables, su condición de no poder ver le afectó la cabeza ya que no puede retener conceptos, ni asuntos vinculados a los estudios. "Antes me hacían bullying por ser ciego. Cuando aprendí zampoña y bombo, me volqué de lleno a la música", dijo este jujeño que instó a que la sociedad entienda mejor a las personas con discapacidad, a pesar de sus limitaciones.

No obstante, al cumplir los 18 años, sintió que el amor llegaría a su corazón. "La diferencia de edad con mi señora es de 14 años, pero nos complementamos al tocar música juntos", expresó Caliva, recordando que declaró su sentimiento en el día del amigo, llevándose un sí, en la Asociación Jujeña de Ciegos y Amblíopes "Héctor Ner". Y así, a pesar de las tormentas, había ganado el amor.

"Tenemos dos chicos que aprenden de nosotros y nosotros de ellos. Con mi chango vamos a la cancha por el 'Lobo' jujeño", comentó este papá orgulloso sin dejar de destacar que crear lazos con su hijo es fundamental para su familia.

Es que ellos se van perfeccionando en la música cada vez porque es el arte que los unió desde el escenario y en la vida misma.

"Hay gente que malinterpreta las cosas y piensa que lo que hacemos es pedir; pero no, nosotros tocamos instrumentos para ganarnos la vida para sumar porque todo está caro hoy en día", aclaró Caliva, rescatando a las personas que colaboran con su causa. Por eso, cada vez que los transeúntes caminen por cerca de ellos, la cualidad de su habilidad se percibe de manera especial, ya que las canciones que ejecutan son extraídas desde sus almas.