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Desde gomitas a gaseosas, los enemigos de tu sonrisa

A la hora de evaluar si un alimento perjudica, hay que tener en cuenta su composición y calidad.

Sabado, 07 de enero de 2023 01:02

Si has oído que los dulces pudren los dientes o que tu hábito de tomar un refresco (o dos o tres) al día erosionará tu esmalte dental, quizá te preguntes qué otras golosinas, bebidas, comidas y tentempiés pueden estar dañando tus dientes.

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Si has oído que los dulces pudren los dientes o que tu hábito de tomar un refresco (o dos o tres) al día erosionará tu esmalte dental, quizá te preguntes qué otras golosinas, bebidas, comidas y tentempiés pueden estar dañando tus dientes.

Aunque técnicamente es cierto que todos los alimentos y bebidas pueden provocar caries (o daños en la superficie, o esmalte, de los dientes), no todos los alimentos o bebidas causan el mismo daño y algunas personas son más susceptibles al deterioro dental que otras.

Según Apoena de Aguiar Ribeiro, odontopediatra y microbióloga de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, quien estudia el microbioma bucal y cómo influye en la caries dental, a la hora de evaluar lo perjudicial que es una comida o bebida para la salud dental hay que tener en cuenta dos aspectos principales: su composición y su calidad.

En nuestra boca viven más de 700 tipos de bacterias, algunas benéficas y otras perjudiciales. Las bacterias dañinas descomponen los azúcares de los alimentos y bebidas y los convierten en ácidos que, con el tiempo, pueden extraer minerales esenciales de los dientes y provocar caries.

Si no cuidas la limpieza, las bacterias también pueden formar una película blanda, o placa, en la superficie de los dientes, que puede exacerbar esa acidez y crear un entorno ideal para que proliferen aún más bacterias. Si la placa dental crece y se endurece lo suficiente, puede convertirse en sarro, que también puede irritar las encías y provocar gingivitis.

Según De Aguiar Ribeiro, los alimentos azucarados (y en particular los que contienen sacarosa o azúcar de mesa) son especialmente perjudiciales para los dientes porque en ellos proliferan las bacterias dañinas. La sacarosa suele estar presente en muchos alimentos procesados y bebidas azucaradas como dulces, pasteles, jugos concentrados de fruta y refrescos.

Además, cualquier alimento pegajoso, chicloso o masticable (como gomitas, frutos secos, jarabes y caramelos) se queda atorado en los recovecos de los dientes y en los espacios entre ellos. Cuando el exceso de azúcar se queda en los dientes, las bacterias dañinas lo almacenan en sus células, "como si tuvieran una despensa en su interior", explicó, y siguen produciendo ácido durante horas después de comer.

Ciertas bebidas (como los refrescos azucarados, los jugos, las bebidas energéticas y los batidos) también son perjudiciales. Enjuagan los dientes con soluciones pegajosas y azucaradas y además son ácidas. "Nuestros dientes empiezan a descomponerse cuando el nivel de ácido en la boca desciende por debajo de un pH de 5,5", señaló Rocío Quinonez, profesora de Odontopediatría de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, y "los refrescos suelen tener un pH de entre 3 y 4".

Otras bebidas carbonatadas, como las que tienen sabores de frutas, también son ácidas. Lo mismo sucede con el café y las bebidas alcohólicas, que a menudo se consumen con jarabes azucarados y mezclas.

Algunas frutas frescas, verduras o alimentos abundantes en almidón (como los cítricos, papas, arroz o incluso plátanos) suelen ser tachados de malos para los dientes porque pueden contener azúcares o ácidos que los desgastan, pero también contienen nutrientes que mejoran la salud general, lo que a su vez puede beneficiar a los dientes.

Incluso si se trata de alimentos azucarados o que tienden a quedarse pegados en los dientes, la compensación quizá valga la pena.

Si tienes surcos especialmente profundos en los dientes o dientes que están muy en contacto entre sí, los alimentos masticables y chiclosos pueden ser más preocupantes para ti que para los demás, añadió Quinonez. En ese caso, deberías prestar más atención no solo a tu dieta, sino también a tus hábitos de limpieza.

Mientras te cepilles los dientes dos veces al día (una por la mañana y otra antes de acostarte) y utilices hilo dental todos los días, las ventajas nutricionales de estos alimentos compensarán los riesgos de sufrir daños dentales. En cuanto a la fruta, es mejor comérsela que bebérsela, ya que muchos batidos de fruta que se compran en la tienda o incluso se preparan en casa contienen azúcares de sacarosa añadidos.

Cómo cuidar tu salud dental

La buena noticia es que, además de cepillarte los dientes y usar hilo dental con regularidad, puedes recurrir a otras estrategias respaldadas por la ciencia para mantener tu salud dental.

Evita picar y beber entre comidas: la saliva ayuda a eliminar las partículas de comida persistentes, es uno de los elementos que brindan más protección a los dientes. Esta remineraliza y refuerza el esmalte dental y contiene bicarbonato, que ayuda a neutralizar la acidez de la boca.

No obstante, cada vez que comes o bebes, la saliva tarda entre 20 y 30 minutos en alcanzar sus niveles de protección, por lo que picar o beber con frecuencia puede provocar un desequilibrio, explicó Quinonez.

Limita el consumo de alcohol: los bebedores empedernidos también deben tener cuidado, porque el alcohol puede inhibir la salivación regular, lo cual dificulta que el organismo elimine los residuos adheridos a los dientes.

Sustituir azúcar: los sustitutos del azúcar como el aspartame o los alcoholes de azúcar no son metabolizados por las bacterias como los azúcares normales, por lo que no contribuyen a la caries dental, pero ten en cuenta que los ácidos de los refrescos dietéticos seguirán desmineralizando los dientes.

Bebe ciertos tipos de té: también hay pruebas de que el té negro y el té verde pueden prevenir la caries dental, ya que contienen flúor y tienen niveles de pH más altos.

Hazte revisiones periódicas: la caries es la enfermedad no transmisible más común en todo el mundo. Para la mayoría de la gente basta con hacerse revisiones dentales periódicas cada seis meses para detectar cualquier caries antes de que sea demasiado grave. Es importante acudir a un profesional porque, una vez que la caries se ha formado lo suficiente como para que te des cuenta, ya está muy avanzada.