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Todos los testigos identificaron a alguno de los rugbiers

Entre ellos a Máximo Thomsen y Enzo Comelli como dos de los responsables de haberlo golpeado con saña.

Miércoles, 04 de enero de 2023 01:01

Varios amigos de Fernando Báez Sosa señalaron ayer a los rugbiers que agredieron al joven hace tres años, hasta provocarle la muerte a la salida de un local bailable en Villa Gesell, en el segundo día del juicio que se desarrolla en la ciudad bonaerense de Dolores.

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Varios amigos de Fernando Báez Sosa señalaron ayer a los rugbiers que agredieron al joven hace tres años, hasta provocarle la muerte a la salida de un local bailable en Villa Gesell, en el segundo día del juicio que se desarrolla en la ciudad bonaerense de Dolores.

Nueve testigos, quienes habían viajado con Báez Sosa de vacaciones en aquella ocasión, identificaron a los rugbiers, entre ellos a Máximo Thomsen y Enzo Comelli, como dos de los responsables de haberlo golpeado con saña.

De hecho, alguno de ellos -Lucas Begide- señaló directamente a Thomsen por haberle dado una patada en la cabeza a Fernando, cuando este ya estaba indefenso, ante el ataque grupal.

En ese momento, la madre de la víctima, Graciela Sosa, quien estaba en la sala, sufrió una descompensación y debió ser atendida por el personal médico, aunque poco después pudo recuperarse.

Ayer pasaron por la sala Juan Besuzzo, Santiago Corbo, Julián García, Lucas Begide, Lucas Filardi, Federico Tavarozzi, Tomás Dalessandro, Fernando Raulera e Ignacio Vaudagna, amigos de Fernando, y testigos de lo ocurrido la noche del 18 de enero de 2020, cuando los acusados perpetraron un ataque feroz contra el joven fallecido.

Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, le preguntó a Besuzzo lo que había sucedido en la puerta del boliche Le Brique esa noche, a lo que el chico respondió sin dudar: "Fue una emboscada".

Por su parte, Raulera identificó a Luciano Pertossi y Ayrton Viollaz como integrantes del grupo que agredió a Báez Sosa: "Cada vez que les pedíamos que paren, le pegaban con más saña. Fue un ataque feroz, sin piedad", dijo el testigo.

Asimismo, y mientras hablaba Tavarozzi, dos de los acusados intercambiaron unas palabras con su abogado defensor, Hugo Tomei, en la primera reacción que mostraron los acusados desde que este lunes se inició el juicio en el Tribunal Oral Número 1.

Tavarozzi expresó que la noche del episodio se alejó del grupo para hablar por su celular y por eso vio el ataque desde otra posición: "Vi a Fernando tirado, y también a mis otros amigos lastimados".

Otro de los testigos, Juan Bautista Bezzuso, sostuvo que Máximo Thomsen le dio tres patadas en la mandíbula a Fernando.

Bezzuso dijo que él vio cuando uno de los atacantes le dio "una piña a Fer que lo sienta y cae de rodillas" y al instante le daban "patadas en la cabeza". "Estaba como inconsciente", fue el recuerdo sobre su amigo cuando cayó al piso por los golpes.

"Una bermuda marrón y una camisa blanca" tenía quien le pegó, a lo que el fiscal le pidió si podía identificarlo, y el testigo ratificó: "Enzo Comelli".

Al terminar la audiencia, Graciela Sosa, ya respuesta de su descompensación, aseguró que "siempre" quiso escuchar "cómo fue que mataron a Fernando y hoy -por ayer- fue ese día". Señaló, además, que pudo comprobar que su hijo "pidió clemencia levantando un brazo para que dejaran de pegarle".

"Es muy difícil para una madre ver todo eso. Los testigos relataron todo, los chicos querían salvar a Fernando", señaló Graciela, quien se encontraba junto a su esposo Silvino Báez.

Momentos de tensión en la sala

FERNANDO BURLANDO

Se vivieron momentos de tensión dentro de la sala del TOC 1 de Dolores luego de que uno de los amigos de Báez Sosa en varios tramos de su declaración volteó su cabeza y se quedó por minutos mirando al grupo de rugbiers que estaban con sus barbijos. El hecho ocurrió cuando el abogado le pidió si podía reconocer a uno de los agresores y la presidenta del Tribunal se lo impidió. “¿Quiere que me de vuelta?”, fue la pregunta que el joven Thomas D’Alessandro le hizo al abogado Fernando Burlando. Su intención era reconocer al acusado Lucas Pertossi, a quien el testigo lo había mencionado previamente como agresor.

Thomas D’Alessandro estuvo cerca de la víctima Fernando Báez Sosa cuando los rugbiers lo atacaron, lo tiraron al piso y le pegaron tanto hasta matarlo. Al declarar en el juicio por el caso, señaló que Lucas Pertossi había sido uno de los agresores de toda esa situación. Cuando el joven testigo se paró a señalar su ubicación en la pantalla de televisión donde se exhiben videos del lugar y de aquella noche, el testigo volteó su mirada, y con bronca, se les quedó mirando por segundos. Lo hizo en dos ocasiones y fue evidente en toda la sala que se generó un silencio rotundo.