La sequía recrudece la crisis en el campo jujeño. En Palma Sola algunos pequeños productores se ven obligados a migrar en busca de trabajo a otras provincias y otros a poner a la venta tierras, porque la falta de agua y altos costos de insumos les impide sembrar. En 2022 muchos perdieron cultivos, otros animales, por lo que temen invertir y perder nuevamente.
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La sequía recrudece la crisis en el campo jujeño. En Palma Sola algunos pequeños productores se ven obligados a migrar en busca de trabajo a otras provincias y otros a poner a la venta tierras, porque la falta de agua y altos costos de insumos les impide sembrar. En 2022 muchos perdieron cultivos, otros animales, por lo que temen invertir y perder nuevamente.
"Como viene la cuestión climática estamos empezando a migrar, pensando en irse a otro lado. Hay gente que se ha ido a la campaña de aceitunas, al sur. Yo también estoy prácticamente emigrando, tengo que buscar trabajo en otro lado", afirmó el productor de Palma Sola Adrián Armella, anunciando otra consecuencia de la sequía. "No se está sembrando nada y el citrus, digamos, está todo perdido; ahora se empezaba a plantar tomate y zapallitos, pero estamos complicados porque no hay agua", dijo y aseguró que tras perder su producción de alfalfa no quiere arriesgar otra siembra, porque no hay para regar, y estimó que este será un año perdido.
Detalló que llovió 24 milímetros, pero las precipitaciones vienen con un déficit de 300 a 400 mm del último año y más de años anteriores, sumado a que no hay agua en los canales y el calor de 40 grados no le sirve a la planta, por lo que no se puede sembrar. Además, los tiempos se les acortan porque esta es época de siembra y no se puede retrasar, ya que en la de frío se helarían.
"Pequeños y grandes productores están poniendo su campo en venta", agregó, y explicó que en la zona hay quienes tienen tierras propias, otros arrendatarios y medieros, algunas con tres familias en 5 has, por lo que ya se ve que directa o directamente habrá gente sin trabajo y de hecho aseguró que la mano de obra que esperaba la campaña que inicia en enero a mayo, debido a que los citrus se secaron, tuvo que emigrar.
Planteó que este parate en la siembra va a impactar también en los consumidores, porque la verdura que no se produzca faltará luego en los mercados. De hecho, explicó que en Palma Sola el 80% son pequeños productores, son más de 500 con menos de 5 has y aunque reclaman desde siete meses, llenaron papeles, hubo relevamiento, no lograron soluciones de fondo, pozos u otra obra de infraestructura.
Oscar Vargas, productor de Palma Sola, también coincidió en que hay gente que está emigrando. "Tengo vecinos con 5 has y se han ido a Mendoza, y otro al frente que hacía hortalizas, y como no hay plantas, ha emigrado; otros changarines que me ayudaban en la cosecha, poda y limpieza, la mayoría ha emigrado porque aquí no hay vida para ello", dijo, y aseguró que quedaron dueños, los mayores y algunos se fueron a sembrar a otro lugar, porque solían arrendar las tierras.
"Estamos paralizados con la siembra por la falta de agua y los insumos, las semillas son caras, están en dólares y no se consigue", señaló. Explicó que ahora sólo está regando con el agua que obtiene del arroyo mediante bombeo y se centra en plantas de palta Hass y mango, mientras antes solía hacer almácigos de tomate, sandía, pimiento, zapallito y batata, pero ahora no puede aventurarse ni retrasarlo.
En tanto, el productor de Aguas Calientes Cristian Segovia explicó que si bien en la zona aún hay algo de provisión, es escasa, no pueden sembrar porque los canales de agua bajaron mucho el nivel, y sus vecinos de zonas más alejadas tampoco pueden plantar, por lo que preveían pedir al consorcio de riego llevar maquinarias para canalizar. La zona solía ser tomatera y en esta época debían plantar remolacha, perejil, repollo, pero no pueden encararlo ante la escasez de líquido elemento y el riesgo de invertir en insumos de costo dolarizado.
En tanto, Osvaldo Cazón, de la misma zona, explicó que aunque allí hay algo de agua el problema se da para comenzar a sembrar, porque los canales que tenían agua no tienen la suficiente para regar y necesitarían la mejora de la infraestructura. Es que no llega a algunas fincas, que se vio en la última etapa de los tomates en la cual faltó agua.