En línea con la tendencia mundial de nuevas variedades de frutillas, se incentiva a productores jujeños a adaptarse y cambiar no solo variedades sino el manejo. Un plan de desarrollo del sector frutillero busca identificar los motivos del retroceso del cultivo en los últimos años e implementar estrategias para su desarrollo con mayor capacitación, tecnificación y variedades, a través de un acompañamiento.
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En línea con la tendencia mundial de nuevas variedades de frutillas, se incentiva a productores jujeños a adaptarse y cambiar no solo variedades sino el manejo. Un plan de desarrollo del sector frutillero busca identificar los motivos del retroceso del cultivo en los últimos años e implementar estrategias para su desarrollo con mayor capacitación, tecnificación y variedades, a través de un acompañamiento.
La actualización fue una de las motivaciones de la participación de productores jujeños durante la presentación de las nuevas variedades de frutillas el pasado 2 en Tucumán. Las variedades son rábida, rociera, rikas que ya se probó tienen buen resultado y están disponibles en viveros debido a que se importan plantas madre de España para hacer la multiplicación comercial. Vienen cambiando de acuerdo a criterios de selección que apuntan a la tolerancia de enfermedades, variedades más rústicas y vigorosas, menor cantidad de productos químicos y fertilizantes, y mayor calidad poscosecha.
En Jujuy una de las que más se cultiva es camino real debido a que es muy productiva y precoz, en abril o mayo ya se cosecha la variedad plantada el año anterior, que hace que las característica de Jujuy fueran de variedades cortas y no se insistiera en otras como san andreas. También se cultiva rubygem, fronteras, monterrey, milsei y tudia.
Jujuy cuenta con más de 100 productores de frutillas, y pese a que la provincia tiene condiciones agroecológicas muy buenas para producirlas con mayor calidad industrial, más precoz y con mejor precio, retrocedió en su manejo, agronomía y en su tecnología mientras otras avanzaron como el caso de Tucumán.
Así lo explicó el director de Desarrollo Agrícola y Forestal, Federico Manero, quien informó que el Plan de desarrollo del sector frutillero previsto apunta a entender la realidad actual y determinar el camino para concretarlo. "Tiene que ver con una falta de industria que se lleve parte de la frutilla en los picos, falta de recursos humanos, no tenemos gente capacitada como en Tucumán que tiene la Estación experimental Obispo Colombres, Inta Famaillá y asesores privados que no tenemos, estamos hablando de tecnologías de cultivo", detalló e incluyó a la desinfección que no se hace en Jujuy y que se aspira implementar.
Al respecto, la secretaria de Desarrollo Productivo, Patricia Ríos, planteó que el Plan supone estrategias incluidas en la diversificación productivas y potenciar entre ellos el sector frutillero que apunta a mejorar la producción primaria, todos sus eslabones y apuntar a la industrialización.
Otra diferencia es que en Tucumán los productores son dueños de las plantineras y en Jujuy son pequeños productores, tampoco se cuenta con una industria que se lleve el volumen que baja el precio. Hay elevados costos de transporte y logística que le restan competitividad en el país y hay dependencia de insumos importados.
Sucede que en Jujuy la totalidad de la fruta se comercializa en fresco a nivel local. La oferta jujeña se extiende entre junio y diciembre cuyo volumen crece y termina disminuyendo el precio que obtiene el productor. En junio con bajo volumen tienen precios altos, a partir de julio disminuyen, en agosto crece la oferta y los precios bajan 50 a 60%, y en septiembre y octubre sigue bajando afectando su rentabilidad.
El plan apunta por ello no solo a mejorar los recursos especializados y la tecnología, sino introducir nuevas variedades con mayor precocidad y rendimiento con la antelación necesaria, combinarlas y ajustar el fertirriego para mejorar el rendimientos. Otra aspiración sería contar con una cámara de frío y modernizar la infraestructura para el acopio y procesamiento poscosecha.
Los centros de producción
En Argentina las variedades de cultivos de frutillas según los viveros, en Tucumán se produce san andreas, fronteras, camino real, benicia, Monterrey, petaluma y FMN; en Santa Fe san andreas, camino real, fronteras, splendor, Monterrey, otras como sabrina, savana, sayulita. En Corrientes se inclinan por camino real, fronteras, earlybrite, Sabrina, san andreas, petaluma, FMN y otras como sahara, savana, sayulita V2 y splendor (X5).
En Chaco cultivan camino real; en Buenos Aires Norte fortuna, san andreas, Albión, aromas, merced; en la costa atlántica, san andreas y aromas; y en Cuyo y Patagonia, albión y san andreas. Argentina cuenta actualmente con 1.400 hectáreas (has) de frutilla, con una producción aproximada de 45 a 50 mil toneladas anuales y se caracteriza por la disponibilidad del fruto durante todo el año, debido a la diversidad de climas que el país posee. La producción y rendimiento vienen en aumento, y la industrialización bajó con caída de exportaciones. Los polos frutilleros importantes son Coronda, provincia de Santa Fe, Lules en Tucumán, Área Metropolitana de Buenos Aires y Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. En menor medida, se destacan en los valles templados de Jujuy y Salta, especialmente en Perico, y en el Litoral especialmente la provincia de Corrientes; en la Patagonia principalmente Neuquén, en Cuyo Mendoza, aunque hay producciones aisladas en el resto del país.
Los productores de la provincia
Uno de los productores jujeños, Javier Bautista, junto a sus socios Omar Medina y Jeremías Tófolo, orientaron su producción este año a frutilla agroecológica buscando aprovechar los recursos naturales usando insumos biológicos, incorporación de abono verde y materia orgánica. “Hacemos supermagro, aplicación foliar y materia orgánica, del guano de chivo para incorporar al suelo”, afirmó. Lo hacen en una cuarta hectárea y ya iniciaron la cosecha en la primera semana de agosto y esperan poder hacerlo hasta diciembre.
Es un producto diferenciado, saludable y por el momento se destina al mercado local, y aspiran a llegar a otras provincias. Mientras Jacinto Vargas, de Perico, con su familia tiene una ha de variedad camino real desde 1978 que destina al mercado local. “Me gustaría mejorar, las variedades nuevas las conocíamos pero como no van hacer camino real que son resistentes al calor, ahora hay que adaptarse para seguir trabajando, que aguanten”, afirmó. En tanto, Julio Cardozo, quien produce tabaco y había iniciado hace 50 años, recordó que llegaron a producir 50 has de variedades pájaro, taff y camino real; y habían dejado para volver ahora con nuevo formato de trabajo, con multching, mecanizado y cinta de riego. Por ello buscaban nuevas variedades fuertes, de calidad y buen sabor, y explora mercados que suelen ser los de mayor consumo, Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba, pero podría ampliarse porque la jujeña era más temprana.