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Ramificaciones del fallido magnicidio

Lunes, 05 de septiembre de 2022 01:00

La impericia del autor del atentado, la suerte, y seguramente la Providencia, confluyeron para evitar el repudiable intento de magnicidio en contra de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. El país, por sobre los credos políticos y las simpatías, el amor y hasta el fanatismo por las ideas, reaccionó atónito frente a las pantallas de TV que mostraban un brazo y su mano ejecutora, gatillando una pistola a centímetros de la cabeza de la Vicepresidente. Ese país segundos después se estremeció cuando la memoria colectiva activó automáticamente los recuerdos de épocas de sangre y fuego. Cuando se superó el estupor inicial, se instaló el lógico alivio por el fracaso del intento, y lentamente creció la conmoción que aún hoy vibra en cada argentino.

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La impericia del autor del atentado, la suerte, y seguramente la Providencia, confluyeron para evitar el repudiable intento de magnicidio en contra de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. El país, por sobre los credos políticos y las simpatías, el amor y hasta el fanatismo por las ideas, reaccionó atónito frente a las pantallas de TV que mostraban un brazo y su mano ejecutora, gatillando una pistola a centímetros de la cabeza de la Vicepresidente. Ese país segundos después se estremeció cuando la memoria colectiva activó automáticamente los recuerdos de épocas de sangre y fuego. Cuando se superó el estupor inicial, se instaló el lógico alivio por el fracaso del intento, y lentamente creció la conmoción que aún hoy vibra en cada argentino.

En el país hiperpolitizado, arrancaron todo tipo de reacciones y análisis, cada cual con sus ramificaciones y derivaciones que durarán meses y quizá años en decantar. En tanto, hoy, todos los argentinos ya recibimos por televisión, cursos acelerados de manejo de pistolas Bersa, de balística, clases de estrategia en custodia de personas, de perfiles psicológicos de pretendidos asesinos, justicieros, locos sueltos o sicarios, y también aproximaciones acerca la responsabilidad de los servicios del Estado en materia de prevención y seguridad de los funcionarios, su comportamiento y control de multitudes. Pero absolutamente todo, hoy es hojarasca. Y lo más fuerte que queda, es una revalorización del trabajo de la Justicia. Porque como debe ser, en éste y en todos los casos sometidos a ella, con sus investigaciones y conclusiones, que deberán exhibirse de manera más rápida y concluyente, se podrá esclarecer, castigar y ayudar a recuperar la paz social y fortalecer la democracia. Lo demás son suposiciones o todo tipo de ensayos paranoicos o malintencionados.

No será fácil. Después de horroroso intento felizmente fallido, muchos comenzaron con sus generosos aportes a la confusión general y al fortalecimiento de las divisiones que no se puede dejar de analizar. La primera insensatez provino del Presidente de la Nación, cuando en aquella medianoche, lejos de ponerse por encima de la grieta, y convocar a todos a la unidad nacional y racional, eligió el libreto equivocado: se paró en la vereda partidaria, atacó a la oposición, la prensa y la Justicia, virtualmente culpándolos de lo ocurrido. Completó su actuación decretando un insólito feriado nacional y convocando a una movilización parcializada. Después de sus conceptos, sólo sus partidarios podrían haber concurrido a ese llamado y así ocurrió. En Jujuy -y en Mendoza- los gobernadores radicales rechazaron el decreto presidencial. Es cierto que el sistema constitucional federal le asigna a Gerardo Morales, la facultad de oponerse, pero su decisión fue tan tardía, como inoportuna y dislocada. Se conoció a las 2 de la mañana del viernes y generó innumerables situaciones complicadas y enojosas en los jujeños. Planteadas como estaba la situación, tampoco fue feliz contrariar una decisión presidencial, sólo para marcar un desacuerdo político. Una declaración del GM, que siempre tiene fuerte repercusión nacional, acompañando su condena del episodio, hubiera bastado, y evitando dar otra vuelta de tuerca a la grieta, en este caso, la local. El PJ jujeño igual se expresó masivamente. Hubo un importante acto institucional, convocado por Rubén Rivarola en la sede de calle 19 de Abril, y la militancia ganó las calles masiva y pacíficamente para expresar repudio a la violencia y solidaridad con CEFK.

Y como no podía ser de otra manera, ocurrió lo esperable: el Frente de Todos se abroqueló y se solidificó. Con razonables críticas a los ministros de Seguridad y al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, (Instituto Patria, Bonafini, Grabois, entre los más notables) piden la cabeza de Aníbal Fernández y Agustín Rossi, que seguramente, deberán dar explicaciones convincentes, si es que las tienen, del monumental "descuido" y del extraño reseteo del teléfono secuestrado al detenido. La CGT, reaccionó solidaria con CEFK, sin embargo la interna con "los gordos" abortó un paro nacional que exigían los gremios ultraK, pero permanecen en alerta y sesión permanente. Y las bases, fieles y fortalecidas, ya marcaron el futuro del FdT: "Cristina presidenta", algo que se veía venir, y que pasó del larvado operativo clamor, a una realidad que será difícil de revertir. A menos que la doctora determine otra cosa, porque habrá seguro más ramificaciones.

Y como tampoco podía ser de otra manera, el Frente Juntos por el Cambio, volvió a mostrar que su unidad y que los "desencuentros superados", son un acting pour la gallerie, que jamás nadie creyó. Ni ellos mismos. La reacción de los gobernadores frente al feriado fue disímil, (la acataron Rodríguez Larreta y Valdez); de la sesión especial del Congreso que repudió el atentado, el PRO se retiró tras haber logrado que el oficialismo acceda a retirar del documento original frases que hablaban del odio recargando las responsabilidades en la prensa, la oposición y la Justicia. Los radicales permanecieron en sus bancas. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, aprovechó para mostrarse más "halcón" que nunca y minimizó al atentado como un acto de "violencia individual", en las antípodas del mensaje de solidaridad del propio Mauricio Macri. Lilita Carrió, sólo tuiteó "El camino es la no violencia", pero sus diputados bardearon a Bullrich de manera grosera. Cada día es más obvia la mala comunicación dentro del estado mayor de JxC. Y sus miradas contrapuestas que se profundizan y tendrán más ramificaciones.

Como todo tiene que ver con todo, nada de lo que está ocurriendo está ajeno al cronograma electoral. En el FdT imaginan que las ramificaciones del episodio los ayudarán a recuperar su histórica unidad monolítica. Y que a pesar de las encuestas, volverán a posicionarse al tope del podio. Hoy es una expresión de deseos con gran base de certeza. Pero si persisten en sobreactuar políticamente lo que pudo ser una tragedia como si fuera carne de fuerza electoral, corren el riesgo de desinflar todo a poco de andar y que se les vuelva en contra. En el Frente JxC, sus relatos no tapan los tabiques de su segmentación interna. O reaccionan y muestran un direccionamiento común sin chicanas y torpedeos entre ellos, o verán pasar el tren parados en el andén.

En Jujuy, los peronistas tienen ante si otra oportunidad de desmontar la artillería con que se agreden y hallar la forma de acomodarse para enfrentar en el 2023 al hombre fuerte, el GM. Los radicales, más tranquilos podrán seguir aprovechando su status de privilegio, y mientras el jefe siga sacando agua de las piedras con su gestión personal y reflotando las causas de Milagro Sala. Y si la líder tupaquera sigue poniéndolo en su mira (dijo que Morales es uno de los culpables del odio porque en Jujuy nació el lawfare), el GM seguirá sumando adhesiones. Pero no deberá descuidar ni un segundo de su futuro político propio, si quiere seguir entre los top ten, en medio de las ramificaciones que se vendrán.