Como cada inicio de septiembre, el paraje El Lapachal vive sus fiestas patronales en honor a la Virgen de los Remedios. Esta vez no fue un peregrinar más, sino agradecer y pedir por la salud de las familias en estos tiempos difíciles y complicados que está atravesando el mundo entero. Benjamín Rueda con mucha fe y devoción recibe a todos los feligreses que llegan de distintos lugares, de la zona, que no tan solo son jujeños, sino también de otras provincias, entre ellas Salta y Catamarca.
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Como cada inicio de septiembre, el paraje El Lapachal vive sus fiestas patronales en honor a la Virgen de los Remedios. Esta vez no fue un peregrinar más, sino agradecer y pedir por la salud de las familias en estos tiempos difíciles y complicados que está atravesando el mundo entero. Benjamín Rueda con mucha fe y devoción recibe a todos los feligreses que llegan de distintos lugares, de la zona, que no tan solo son jujeños, sino también de otras provincias, entre ellas Salta y Catamarca.
En diálogo con los familiares expresaron su emoción y agradecimiento por participar y acompañar la sagrada imagen, que todo el año se preparan para recibirlos. En sus relatos expresaron que la devoción por la Virgen es una promesa de la familia que luego cada día y cada año fueron más los promesantes que comenzaron a peregrinar desde Palma Sola, Caimancito, Vinalito, El Talar y otros que vienen a la fiesta, porque la imagen es muy milagrosa y única en la provincia.
Durante la jornada se realiza la misa, con bautismos, procesión y las familias comparten todo el día en el paraje.
El Lapachal pertenece al municipio de Palma Sola, dista alrededor de unos 14 kilómetros de la localidad cabecera. La capilla fue construida por una promesa de Pacho Rodríguez, ya fallecido, quien fuera intendente de Yuto, en aquel entonces.
Los devotos no solo se llegan los primeros días de septiembre, sino todo el año están acercándose a la capilla donde se encuentra la sagrada imagen. Benjamín Rueda, quien vive allí y está a cargo de la imagen de la Virgen de los Remedios, junto a su familia, recibe a cientos de católicos con fe y devoción que llegan al altar a pedir y a agradecer. Cada vez son más los fieles que se congregan por el lugar.