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El precio de los alimentos es una de las divisiones que conforman la canasta básica que más empujan la inflación cada mes, aunque la suba de los precios no impacta de la misma forma en todas las provincias, ya que los precios varían de una a otra.
Según los datos del Indec, en el mes de agosto el costo de vida en el país alcanzó el 7%, y las regiones más afectadas por la crisis fueron las del NOA y el NEA, que superaron la media nacional, alcanzando el 7,6%, mientras que la región con menor avance fue la Patagonia con 6,4%.
En este escenario, la disparidad de precios en un mismo artículo a lo largo de todo el país se acrecienta cada vez más. Uno de los productos que mayor diferencia de precios registra es el aceite de girasol, por botella de litro, que en el NOA se comercializa a $735, mientras en el NEA el precio es de $771, mientras que el precio más bajo se registra en la Patagonia ($534).
Otro ejemplo es el precio del pan, que en agosto tenía un valor de 288 pesos en el NOA, de $343 en Gran Buenos Aires y de $340 en la Patagonia.
En cuanto al precio de la carne, el monto más caro se paga en el sur. Un kilo de carne picada tiene un valor de $997 y de $787 en el NOA.
Por el contrario el kilo de papas en la región Noroeste tiene un valor promedio de $97,04, mientras que en la Patagonia está $145,63, una diferencia de casi el 50% por kilogramo.
Según explicaron los especialistas y comerciantes, los precios por región varían de acuerdo a la dinámica propia del lugar y los costos de vida. Pero además la Argentina tiene un problema con los costos de la logística, por lo caro que es transportar un producto de una región a otra, es decir, mientras más lejano está el producto del centro de producción al consumo, los precios aumentan fuertemente.