Una importante labor desarrolla la Sección de Operaciones Especiales con canes (Soek) del Servicio Penitenciario de Jujuy desde su base en el establecimiento penitenciario de Alto Comedero donde cuenta con cómodas instalaciones destinadas al cuidado y entrenamiento de los 23 canes que forman parte de la estructura penitenciaria.
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Una importante labor desarrolla la Sección de Operaciones Especiales con canes (Soek) del Servicio Penitenciario de Jujuy desde su base en el establecimiento penitenciario de Alto Comedero donde cuenta con cómodas instalaciones destinadas al cuidado y entrenamiento de los 23 canes que forman parte de la estructura penitenciaria.
Está sección se encuentra dirigida en la actualidad por el 2º jefe oficial Ricardo Suárez quien es asistido, entre otros, por el ayudante principal Marcelo Ramos y los ayudantes de 5º Wesmar Melendres; Miguel Chaile y Gastón Carrasco quienes tienen a su cargo el adiestramiento de los canes en búsqueda de rastro; búsqueda de estupefacientes; seguridad y perros de exhibición, contando con caninos de las razas Ovejero Belga Malinois; Pastor Belga; Pastor Alemán; una perra Labradora y dos Cocker.
El Tribuno de Jujuy durante una visita realizada a esa sección se interiorizó de la labor que desarrollan tanto los canes como el personal penitenciario que cuenta con un considerable conocimiento y capacitación obtenida en diferentes cursos, charlas y seminarios a los que concurren en diferentes partes del país y que son dictados por personal perteneciente a secciones especiales de diferentes Fuerzas de Seguridad, policías provinciales, Policía Federal y de otros Servicios Penitenciarios.
Capacitación y trato
"En estos momentos nos encontramos adiestrando a dos cachorros de 4 meses, un Pastor Belga y un Cocker", acotando que "se los adiestra desde corta edad ya que ellos asimilan mejor la enseñanza y la preparación se da por concretada cuando el ejemplar cumple el año, aunque de manera permanente va desarrollando diferente etapas".
Uno de los guías que recibió a El Tribuno indicó que "la primera etapa está relacionada con la sensibilidad primaria y para ello se cuenta con el apoyo de la madre del cachorro quien le enseña donde se encuentra la canilera, a buscar la comida y recién a partir de los cuatro meses es cuando se produce el destete, se lo separa de la madre y es allí donde comienza el trabajo del guía quien debe presentarle al can diferentes escenarios a la vez que le enseña a sociabilizar teniendo en cuenta que en un momento dado y cuando se vaya de baja a los seis o siete años deberá ser adoptado por una familia y no puede ser agresivo".
En relación a la formación de los canes expresaron su beneplácito frente a los cambios que se fueron experimentando en ellos quienes, a través del entrenamiento, pierden la agresividad y tienen una actitud sociable aún siendo perros de seguridad como el caso de Drako, Lula o Delta.
En relación a la sanidad el personal penitenciario se encarga del seguimiento de cada uno de los perros que integran la Sección contando con su propio legajo donde se dejan asentadas la fecha de nacimiento, el plan de vacunación anual entre las que se encuentra la antirrábica y desparasitación que se realiza con el apoyo de la Dirección de Zoonosis de la Municipalidad de la capital, quienes además se encargan de la castración de algunos de ellos.
El personal del Soek se encarga, además, del control de todos los perros y gatos que hay en el Establecimiento Penitenciario Nº 7 que ascienden a unos treinta en total a quienes también se controla y se les brinda asistencia sanitaria.
Actividad social
En la actualidad los integrantes del Soek visitan escuelas especiales, hogar de ancianos donde, además de brindar un momento de esparcimiento a quienes se encuentran en esos lugares, posibilitan que estos seres sintientes no humanos sociabilicen y descubran lugares diferentes al contexto de encierro en el que se encuentran.