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23 de Abril,  Jujuy, Argentina
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El Gobierno, descolocado ante el avance de la crisis

Domingo, 24 de julio de 2022 01:04

La falta de consenso político en la cúpula del poder está provocando una crisis financiera sin precedentes en la Argentina, que amenaza con espiralizarse aún más si no se toman medidas de fondo en el cortísimo plazo. A diferencia de la semana anterior, y pese al avance furibundo del tipo de cambio, los últimos días se acentuaron las diferencias entre Alberto y Cristina por el tamaño del ajuste que deberá realizar el Ministerio de Economía. Ese debate, claro está, trascendió las puertas de la Casa Rosada y se instaló con fuerza en los mercados, que dudan sobre la capacidad del Frente de Todos para enderezar la situación antes de que explote definitivamente.

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La falta de consenso político en la cúpula del poder está provocando una crisis financiera sin precedentes en la Argentina, que amenaza con espiralizarse aún más si no se toman medidas de fondo en el cortísimo plazo. A diferencia de la semana anterior, y pese al avance furibundo del tipo de cambio, los últimos días se acentuaron las diferencias entre Alberto y Cristina por el tamaño del ajuste que deberá realizar el Ministerio de Economía. Ese debate, claro está, trascendió las puertas de la Casa Rosada y se instaló con fuerza en los mercados, que dudan sobre la capacidad del Frente de Todos para enderezar la situación antes de que explote definitivamente.

Que el dólar blue haya aumentado cien pesos en tres semanas puso a todos en alerta menos al Gobierno nacional, que salió a minimizar la importancia del mercado paralelo y a relacionar la disparada con "movimientos especulativos y turistas extranjeros". Se trata de un análisis demasiado simplista e infantil para el tamaño de la crisis, que está generando un derrumbe histórico en los ingresos de la población y un incremento descomunal en los índices de pobreza.

La comunicación oficial del Gobierno, que debería concentrar todos sus esfuerzos en llevar tranquilidad a los operadores financieros y a los ciudadanos de a pie, se dedicó esta semana a atacar a los medios por "generar zozobra" y a los productores agropecuarios por no liquidar sus exportaciones. Nuevamente se buscaron culpables pero no soluciones, ya que estos días no trascendió una sola medida tendiente a ir acomodando los desequilibrios de la macroeconomía, que según todos los economistas de fuste son la causa principal de la depreciación permanente del peso.

¿Cuánto será la emisión monetaria para la segunda parte del año? ¿Qué estrategia usará Economía para incrementar las reservas sin descuidar el control de la moneda? ¿Cuál será el porcentaje de déficit fiscal que se aspira tener para este año y qué gastos se recortarán para cumplirlo? ¿Habrá algún ingreso de emergencia para compensar la pérdida del poder adquisitivo que se dio en los últimos veinte días? ¿Se está evaluando ofrecer un tipo de cambio más tentador al campo para que liquide los dólares de la cosecha? ¿Es cierto que podría reducirse la venta de dólar ahorro para cerrar otro grifo de salida de divisas? ¿Cuándo se hará efectiva la suba de las tasas de interés por encima de la inflación como se acordó con el Fondo Monetario? ¿De qué forma se incentivará la actividad económica en medio de las trabas a las importaciones? ¿Hasta cuándo se mantendrá planchado el dólar oficial, que genera una brecha cambiaria insoportable para la actividad económica?

Son tantas las preguntas sin respuesta que están en el aire que son pocos los que se sorprenden ante un escenario de tanto dramatismo como el actual, teniendo en cuenta que la economía se mueve en base a expectativas y las expectativas se producen en base a certidumbre. Hoy por hoy, la palabra certidumbre está prácticamente borrada del vocabulario nacional.

En las filas del oficialismo, tanto cerca de Alberto Fernández como de Cristina Kirchner, hay coincidencia en que el problema central es la fuerte desconfianza que reina entre los principales dirigentes del oficialismo, y ponen en duda cómo seguirá la gobernabilidad si esto no se logra revertir rápidamente.

Entre el miércoles y el jueves hubo movimientos en las segundas líneas de ambos grupos políticos tratando de generar las condiciones para un encuentro público entre el Presidente y la vice, aunque por ahora los esfuerzos fueron infructuosos. Parece increíble que las máximas autoridades del Estado no sean capaces de mostrar una mínima señal de unidad, aunque sea cosmética, para tratar de calmar a los mercados.

La reunión de ayer entre el jefe de Estado y su vice volvió a tener un formato incómodo para Alberto, ya que no se conoció un solo detalle de la charla y, como de costumbre, no trascendió ninguna imagen a la prensa. ¿Señal de acuerdo? ¿Señal de discordia? Imposible saberlo. 

Las demoras del Presidente para realizar anuncios generaron, además de restarle aún más autoridad, mucho ruido innecesario en la economía, que se sumó a una ola de rumores que circularon durante toda la semana sobre quién es realmente el que toma las decisiones en Argentina. La lectura es simple: si una brecha cambiaria superior al 150 por ciento no genera una reacción inmediata del Palacio de Hacienda, ¿qué cosa debería pasar para que eso ocurra? Gobernar es tomar decisiones y eso es justamente lo que no se estuvo haciendo en las semanas más críticas de los últimos veinte años.

¿Qué sucedió en julio para que la devaluación del tipo de cambio paralelo tome esta dinámica tan frenética? La salida de Martín Guzmán, que era un ministro bien visto por los mercados, fue un detonante importante, pero la causa principal se dio por la falta de apoyo que tuvo su reemplazante Silvina Batakis.

Consultado por El Tribuno de Jujuy, un alto dirigente del Instituto Patria negó que Cristina esté apostando a un fracaso de Alberto, pero señaló que la vicepresidenta "no pronunciará ningún respaldo público a la ministra Batakis hasta que no se conozca cuál es su plan económico". "La lapicera la tiene el Presidente y Cristina siempre repitió eso, es ridículo que quieran culparla de complotar contra Alberto. Se sabe que la jefa cree en la expansión monetaria y no en el ajuste fiscal. Deberían agradecer que no se suma a las críticas de Juan Grabois o Hebe de Bonafini", agregó la fuente de trato cotidiano con la expresidenta que pidió reserva de su identidad.

El solo hecho de que el Gobierno haya barajado otorgar un dólar más alto para que el campo liquide sus dólares en el Banco Central fue la admisión más evidente de que ningún productor puede verse tentado a exportar a un dólar de $87. Si bien la situación parece obvia, el oficialismo siempre acusó al campo de especulador y nunca analizó cuáles eran las causas de esa presunta especulación.

La medida, que ubicaría el dólar soja cercano a los $122, tampoco garantizaría una rápida liquidación de divisas, pero lo más grave sería que -en los hechos- se le quitarían las retenciones a la soja. Una política de este tipo provocaría inmediatamente una nueva grieta en las filas del Frente de Todos, ya que desde el kirchnerismo son partidarios de subir los impuestos, no de bajarlos.

Con el dólar a 338 pesos, la inflación estimada para julio en alrededor del ocho por ciento, las reservas del Banco Central en rojo y un desabastecimiento creciente en las góndolas por la falta de insumos, se necesita mucho más que una foto de unidad para dar una señal de esperanza a la población.