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Dudas en los mercados por el apoyo a Batakis

Domingo, 17 de julio de 2022 01:04

Pese a los anuncios de moderación económica que realizó la ministra Silvina Batakis, los mercados profundizaron su inestabilidad ante el temor de que la funcionaria no tenga el respaldo político necesario para aplicar los ajustes que prometió. La duda sobre el rumbo del país no solo abarca al sector empresario y financiero, donde se escuchan los pronósticos más oscuros, sino también a trabajadores, jubilados y pequeños comerciantes que se encuentran atrapados entre la suba de precios y la falta de insumos.

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Pese a los anuncios de moderación económica que realizó la ministra Silvina Batakis, los mercados profundizaron su inestabilidad ante el temor de que la funcionaria no tenga el respaldo político necesario para aplicar los ajustes que prometió. La duda sobre el rumbo del país no solo abarca al sector empresario y financiero, donde se escuchan los pronósticos más oscuros, sino también a trabajadores, jubilados y pequeños comerciantes que se encuentran atrapados entre la suba de precios y la falta de insumos.

Esta incertidumbre no sólo se tradujo esta semana en una disparada insoportable del dólar paralelo, sino también en remarcaciones diarias en almacenes barriales y grandes supermercados del país, cosa que no ocurría desde principios de la década del noventa.

Los acercamientos entre Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa buscaron mostrar algo de unidad en la cúpula del oficialismo, pero la desconfianza entre los tres es tan grande que ni siquiera dejaron que trascienda una sola foto de sus reuniones ni mucho menos el contenido de las mismas. Cada uno cuida su quintita, eso no es ninguna novedad.

Es evidente que los socios principales del Frente de Todos continúan teniendo muchas más diferencias que coincidencias en el plano económico, de lo contrario hubiesen emitido algún mensaje conjunto a la sociedad para descartar los rumores de una crisis política todavía mayor en el oficialismo. Entre tanto hermetismo, hay una cosa que sí se sabe: los cambios en el Gabinete no habrían terminado con la salida de Martín Guzmán, ya que ahora suena cada vez más fuerte el descontento de Cristina hacia la titular de la Afip, Mercedes Marcó del Pont, y hacia el ministro de Trabajo, Claudio Moroni. Por ahora, el Presidente sigue resistiendo la presión de sus socios, pero nadie se anima a arriesgar hasta cuando lo hará.

La disyuntiva a la que se enfrenta el Gobierno es realmente dramática: paralizar la actividad con un recorte brutal en las obras públicas y un aumento en las tasas de interés para calmar la presión cambiaria o continuar expandiendo el gasto del Estado y potenciar aún más la inflación, que hoy ya estaría orillando el noventa por ciento anual. Ninguna de las opciones le servirá al Frente de Todos para mejorar su posición electoral de cara a 2023, aunque la estrategia que elija para hacer frente a la crisis determinará, ni más ni menos, de qué forma terminará el mandato Alberto Fernández. Elegir el segundo camino sería, para la mayoría de los economistas, un salto al vacío con consecuencias impredecibles para la economía del país.

"El Presidente necesita que se vea rápido alguna señal de esperanza, porque hasta nuestros propios votantes nos manifiestan que están desencantados con la gestión, pero más con nuestras peleas y desencuentros", señaló ayer a El Tribuno de Jujuy un cercano colaborador del jefe de Estado. Y agregó: "Las reuniones entre los tres líderes de la coalición son indispensables para exhibir que el Frente de Todos no está roto en medio de la hecatombe, pero sí luego no se salen a bancar públicamente las políticas del Gobierno todo se pone en duda y aumenta la inestabilidad política".

Las declaraciones del funcionario tienen que ver con que, hasta el momento, no hubo una sola palabra de respaldo de Cristina Kirchner o Sergio Massa hacia la nueva ministra, que se presentó públicamente con el mismo libreto que Martín Guzmán, aunque con un mayor nivel de ortodoxia económica. Este diario pudo confirmar que tanto la expresidenta como el titular de la Cámara de Diputados estuvieron al tanto de cada medida que lanzó la ministra, aunque algunas de ellas –como la tasa de interés positiva en relación a la inflación- todavía brillen por su ausencia.

"Que Cristina no haya cuestionado públicamente la política fiscalista de Batakis no quiere decir que la apoye. Ella sabe que este momento necesita de armonía interna, pero todos conocen lo que ella piensa del acuerdo con el Fondo Monetario y del déficit fiscal. Eso no cambió", afirmó ayer un diputado nacional que responde directamente a la vicepresidenta y que pidió reserva de su identidad.

La expresidenta se dio cuenta de que sus críticas públicas a la gestión no le hacían subir ni un punto en las encuestas, básicamente porque la sociedad no distingue entre Alberto y Cristina y responsabiliza a ambos por el eventual fracaso del Gobierno. Fue por ese motivo que la expresidenta comenzó a apuntar contra Mauricio Macri y Martín Guzmán pero dejó de atacar directamente a Alberto Fernández, que estaba empezando a quedar en una posición de víctima que no le gustaba para nada a la exmandataria.

Cristina y Máximo bajaron notoriamente su perfil contrario al Gobierno, pero dejaron esa tarea en manos de las organizaciones sociales que responden al kirchnerismo y también en manos de los gremios, que anunciaron una marcha recién para dentro de un mes. La CGT, hasta ahora, había sido uno de los sostenes principales del mandatario junto con el Movimiento Evita, aunque en estos momentos eso también estaría poniéndose en duda para lo que viene.

La ofensiva política por un Salario Básico Universal, que sería sumamente necesario en momentos críticos como éste, choca de frente contra el anuncio de Batakis de "no gastar más de lo que ingresa". Aplicar una medida de este tipo sin cancelar el resto de los planes sociales implicaría un aumento del gasto público exorbitante, sustentado por emisión monetaria y no por un crecimiento real de la recaudación.

¿Qué busca el kirchnerismo al incentivar este tipo de debates si sabe que no hay chance de que sea aprobado por el Congreso? Básicamente que la opinión pública pueda observar de qué lado está cada uno de las fuerzas de la coalición gobernante, si del ajuste o de la expansión monetaria. Se trata de otra forma de diferenciación de Cristina sin la necesidad de exponerse ella misma.