Cada año se celebra el último sábado de marzo La Hora del Planeta. Una fecha que brinda a las personas de todo el mundo la oportunidad de demostrar su preocupación por la naturaleza y ayudar a otros a comprender su importancia vital para nuestras vidas, así como sus amenazas devastadoras. Resulta un momento para celebrar y para resaltar la necesidad de actuar.
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Cada año se celebra el último sábado de marzo La Hora del Planeta. Una fecha que brinda a las personas de todo el mundo la oportunidad de demostrar su preocupación por la naturaleza y ayudar a otros a comprender su importancia vital para nuestras vidas, así como sus amenazas devastadoras. Resulta un momento para celebrar y para resaltar la necesidad de actuar.
Este año, la Hora del Planeta tendrá lugar en un momento muy difícil debido al conflicto en Ucrania y la crisis humanitaria que está provocando. El gesto se creó precisamente para unir al mundo y apoyar a las personas y el planeta. Para lograr paz y armonía entre los seres humanos y la naturaleza.
Por eso, la Hora del Planeta ofrece este 2022 otro momento para la solidaridad y la oportunidad de unirnos y cuidar el hogar que todos compartimos. Desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), alientan a "movilizarnos en todo el mundo para exigir un futuro más seguro, más justo y más sostenible".
El sábado 26 de marzo de 20:30 a 21:30 celebramos una nueva edición de Hora del Planeta, según WWF. Durante ese horario, deberás apagar todas las luces de tu casa como símbolo permanente hasta que deje de ser necesario reivindicar la necesidad de encontrar otra forma de relacionarnos con el Planeta.
La Hora del Planeta nació en 2007 en Sídney como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Consiste en un sencillo gesto de apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora.
Un símbolo con el que queremos recordar que la naturaleza es el sistema de soporte vital del planeta, que nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Además de que debemos defenderla para salvaguardar la salud de nuestro planeta y, a su vez, nuestra propia salud y bienestar.
Desde su primera edición en 2007, la campaña se ha convertido en uno de los movimientos ambientales más grandes del mundo, ofreciendo un altavoz a millones de personas y a miles de empresas e instituciones que se suman en más de 200 países.