El glaucoma es una de las causas de ceguera más comunes. Comprende un conjunto de enfermedades que provocan un daño progresivo e irreversible del nervio óptico. Esta estructura es clave para la visión ya que, a través de ella, las imágenes que capta la retina (convertidas en impulsos nerviosos) se transmiten al cerebro para que este las interprete y se genere la visión.
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El glaucoma es una de las causas de ceguera más comunes. Comprende un conjunto de enfermedades que provocan un daño progresivo e irreversible del nervio óptico. Esta estructura es clave para la visión ya que, a través de ella, las imágenes que capta la retina (convertidas en impulsos nerviosos) se transmiten al cerebro para que este las interprete y se genere la visión.
El glaucoma se produce por una muerte precoz de las células ganglionares de la retina, cuyos axones forman el nervio óptico y este empieza a quedar vacío por su ausencia.
Como consecuencia, se produce una pérdida de funcionalidad y el campo visual del paciente va reduciéndose, si la enfermedad no se trata a tiempo, puede llevar a ceguera.
¿Por qué se produce el glaucoma?
El principal factor de riesgo que puede desencadenar un glaucoma es la hipertensión ocular. Por lo general, esta condición ocurre porque, por diferentes causas, el humor acuoso (líquido que baña el interior del ojo) no drena correctamente y se acumula, ejerciendo una presión excesiva sobre el nervio óptico y causándole un "estrés" que no puede soportar.
Sin embargo, hay personas con la presión intraocular elevada que no tienen glaucoma (hipertensos oculares) y pacientes con valores normales (menos de 21 mm Hg de presión) que, por el contrario, desarrollan la patología.
Hay que tener en cuenta que el glaucoma no es solo la consecuencia de un defecto "mecánico" del sistema de drenaje del humor acuoso, sino que se trata de una enfermedad multifactorial cuyo origen todavía es poco conocido. Se está investigando en este campo y se sospecha que los problemas vasculares pueden estar asociados a los casos de glaucoma con presión intraocular normal, ya que los vasos sanguíneos del interior del globo ocular son de los más finos del cuerpo y, por tanto, especialmente frágiles.
Por otro lado, la predisposición genética es un factor de peso en determinados tipos de glaucoma, como el primario de ángulo abierto (familiar), el congénito (que aparece en los primeros meses de vida) y el juvenil.
Algunas personas corren un mayor riesgo de padecer glaucoma: Mayores de 40 años; Familiar con glaucoma; Ascendencia africana, hispana, o asiática; Presión ocular alta; Miopía; Trauma ocular; Uso prolongado de corticoids; Córneas delgadas en el centro; Diabetes, hipertensión arterial, migrañas, mala circulación de la sangre u otros problemas de salud que afectan a todo el cuerpo.
Diagnóstico
La única manera segura de diagnosticar glaucoma es con un examen ocular completo. La toma de la presión ocular de manera aislada no es suficiente para detectarlo.
El examen debe incluir los siguientes puntos: Toma de presión ocular; Gonioscopía (para ver el ángulo de drenaje del humor acuoso); Fondo de ojo: para ver las características del nervio óptico.
Generalmente si se tiene una sospecha de glaucoma es necesario realizar los siguientes estudios para confirmar en diagnóstico: Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) posterior, es el estudio más específico y sensible para la detección de glaucoma; Paquimetría, permite medir el grosor de la córnea; Campimetría, para valorar la visión periférica del campo visual (esta es la primera que se altera).
La mayoría de pacientes con glaucoma presenta los siguientes síntomas: Pérdida de la visión periférica o lateral del campo visual; en algunos casos, existe pérdida de la visión central, en las primeras fases; Caídas, ya que el glaucoma multiplica por cuatro el riesgo de padecer este tipo de accidentes; Los ataques agudos de glaucoma pueden producir Ojo rojo; Dolor intense; Visión borrosa; Halos alrededor de las luces; Náuseas o vómitos.
Objetivo: reducir la presión intraocular
El único método efectivo para frenar el glaucoma es la reducción de la presión intraocular, los tratamientos más habituales son los siguientes: Gotas hipotensoras; Láser; Cirugía.
Dependiendo de factores como estadio de la enfermedad, edad del paciente, tipo de glaucoma, etc., el oftalmólogo indicará una u otra terapia, muchas veces incluso combinadas.
Real Visión recomienda el control una vez al año, aunque no existan síntomas, considerando que esta enfermedad es asintomática hasta estadios avanzados y que el daño es irreversible es muy importante diagnosticarla a tiempo.
Contacto
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