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Otro año complicado para el transporte público de pasajeros

Martes, 27 de diciembre de 2022 01:03

Las dificultades para el acceso a los subsidios, la desigual distribución de los fondos entre las provincias del interior y el Amba, el retraso en los salarios, fueron algunas de las complicaciones que atravesó el transporte público de pasajeros y que hicieron del 2022 un año difícil para el sector, signado por constantes medidas de fuerza que dejaron a miles de usuario varios días, sin servicio. Si bien hacia fin de año hubo una recomposición salarial que trajo cierto alivio, la crisis en el sector continúa latente y no hay grandes expectativas de mejora para el 2023, por lo menos hasta tanto no se dé luz verde a una ley que fomente una distribución equitativa de subsidios en todo el país.

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Las dificultades para el acceso a los subsidios, la desigual distribución de los fondos entre las provincias del interior y el Amba, el retraso en los salarios, fueron algunas de las complicaciones que atravesó el transporte público de pasajeros y que hicieron del 2022 un año difícil para el sector, signado por constantes medidas de fuerza que dejaron a miles de usuario varios días, sin servicio. Si bien hacia fin de año hubo una recomposición salarial que trajo cierto alivio, la crisis en el sector continúa latente y no hay grandes expectativas de mejora para el 2023, por lo menos hasta tanto no se dé luz verde a una ley que fomente una distribución equitativa de subsidios en todo el país.

El histórico reclamo de las provincias del interior en la distribución de los subsidios nacionales, donde todavía se ven favorecidas las empresas del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) con un mayor volumen de fondos en detrimento del resto de las jurisdicciones, fue nuevamente un punto clave en la crisis del transporte y el tema vigente de discusión.

Y es que esta desigualdad es el puntapié de una serie de complicaciones que impiden a los empresarios, entre otras cosas, hacer frente a sus obligaciones, cumplir con el pago de salarios en tiempo y forma, sumado a que obliga a las provincias del interior a tener un precio de boleto más elevado que les permita a las empleadores incrementar la recaudación.

Varias jornadas de paro y otras tantas amenazas de suspensión del servicio que finalmente no se concretaron, fueron el escenario recurrente que permitió este año a la Unión Tranviarios Automotor (UTA) lograr nuevos acuerdos que beneficiaron a los trabajadores.

Pese a las complicaciones que pintaron un panorama poco alentador durante el año, en el mes de octubre el sindicato alcanzó un aumento de los subsidios, y con ello logró convenir con los empresarios de las cámaras nucleadas en la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) una revisión paritaria que estiró al 100% el incremento salarial acumulado desde enero, equiparando los salarios en todo el país.

Con vistas al 2023 también hubo buenas noticias para el sector, aunque no colmaron del todo las expectativas. El Gobierno nacional aceptó aumentar los subsidios para financiar el transporte del interior elevando el monto de 66.000 millones de pesos que se habían fijado inicialmente en el Presupuesto, a 85.000 millones de pesos. De cualquier manera, el monto quedó por debajo de los 113.000 millones que reclamaron las provincias.

Si bien comenzaron a encenderse algunas luces a favor del sector, todavía restan varios puntos a corregir para que el transporte del interior salga a flote y cese la crisis que pone en jaque tanto a trabajadores como a usuarios.