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Los fenómenos climáticos dejan escenas apocalípticas

Sabado, 31 de diciembre de 2022 01:00

Pakistán es ese país vecino que abraza a la India por el oeste. Como muchos otros, su población se ve afectada por problemas como el terrorismo, la pobreza, el analfabetismo y la corrupción.

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Pakistán es ese país vecino que abraza a la India por el oeste. Como muchos otros, su población se ve afectada por problemas como el terrorismo, la pobreza, el analfabetismo y la corrupción.

Y "sobre llovido, mojado": a estos males el 2022 trajo uno más devastador dado que en buena parte de Pakistán llovió el triple de lo habitual provocando uno de los desastres naturales más grandes del año que se va.

Muchos pakistaníes nunca vieron tamaño diluvio, dado que hace decenas de años que no caía tanta agua.

Los pluviómetros colapsaron, los ríos desbordaron, varias laderas se desmoronaron y el agua, que para la humanidad es vida, para Pakistán fue sinónimo de muerte.

Las correntadas se llevaron vidas, los aluviones taparon casas enteras y se calcula que unos dos millones de personas lo perdieron todo, no sólo sus casas, sino sus tierras cultivables.

Todo comenzó a mediados de junio, en el inicio de la temporada de monzones. Las lluvias torrenciales de las que no se tiene registro, al menos en los últimos 30 años, afectaron a 33 millones de personas.

Pueblos enteros quedaron inundados y la gente no tuvo otra opción que huir con lo puesto a lugares más elevados, como las orillas de las rutas y, en el mejor de los casos, a los refugios.

En muchos casos el agua se retiró dejando enfermedades, pero en otros, meses después, el agua continuaba presente, modificando todo el ambiente.

Organizaciones internacionales de ayuda humanitaria afirman que hubo gente que murió de hambre.

Pakistán, un país de 200 millones de habitantes, fue la más clara víctima de la furia de la naturaleza a causa del calentamiento global, calentamiento que genera extremas sequías o diluvios interminables en distintas partes del mundo.

Y mientras el exceso de agua se ensañaba con el sur de Asia, en otros puntos del globo se padecían las más extremas sequías, como la que ocurre en el oeste de Estados Unidos, donde los científicos afirman que un fenómeno de ese tipo no sucedía hace 120 años.

Oficialmente hay seis estados completamente en condiciones de sequía: California, Oregón, Nevada, Utah, Idaho y Dakota del Norte.

En este cuadro de escasas lluvias y calores extremos, los incendios forestales empezaron a proliferar en esos territorios.

"A medida que las condiciones de la sequía han ido empeorando, cientos de arroyos y ríos están experimentando un caudal inferior a la media. Más del 50 por ciento de las estaciones de control occidentales informaron de caudales inferiores a los habituales. También se han establecido restricciones a la pesca en muchos ríos de Montana debido a los bajos caudales y a las aguas cálidas.

Los cambios en el caudal afectan al suministro de agua para el uso municipal, el riego de cultivos y la generación de energía", señala un reporte periodístico de la cadena televisiva CNN.

Del otro lado del Atlántico, el cambio climático llevó a calores récords en Europa, superando los 40 grados en Londres, algo nunca visto.

En materia de sequías, uno de los territorios más afectados fue España, pero también Portugal y Francia. En Sudamérica también hubo países muy afectados por las llamas, como Brasil, Argentina, Bolivia y Paraguay.

En nuestro país, incluso finalizando el año, aún persistían lenguas de fuego en lugares insospechados como Tierra del Fuego.

Si sumamos los deshielos del Ártico y de algunos glaciares, podemos decir que con cada año que pasa el clima va dando más señales apocalípticas.