La Corte Suprema de Justicia envió un mail que fue un mimo, un latigazo, o un indeseado nuevo problema según donde se leyó: por unanimidad, confirmó el fallo en contra de la jefa tupaquera Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, hallada culpable de corrupción, liderar una asociación ilícita y de defraudación en perjuicio del Estado, con una condena de 13 años de prisión. La CSJ rechazó un recurso extraordinario, consolidó la decisión de las juezas jujeñas Alejandra Tolaba, Claudia Cecilia Sadir y Ana Carolina Pérez Rojas tras probar que Sala había armado y liderado una asociación dedicada a cometer delitos entre los años 2013 y 2015, y cerró así la causa "Pibes Villeros". Aquel fallo tipificaba conductas delictivas que en su variado menú abarcaba cooperativas ficticias, fraudes, presiones, extorsiones, amenazas, lesionados y otros males que lograban una suerte de temor y obediencia irrestricta a la conductora de la organización barrial Tupac Amaru.
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La Corte Suprema de Justicia envió un mail que fue un mimo, un latigazo, o un indeseado nuevo problema según donde se leyó: por unanimidad, confirmó el fallo en contra de la jefa tupaquera Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, hallada culpable de corrupción, liderar una asociación ilícita y de defraudación en perjuicio del Estado, con una condena de 13 años de prisión. La CSJ rechazó un recurso extraordinario, consolidó la decisión de las juezas jujeñas Alejandra Tolaba, Claudia Cecilia Sadir y Ana Carolina Pérez Rojas tras probar que Sala había armado y liderado una asociación dedicada a cometer delitos entre los años 2013 y 2015, y cerró así la causa "Pibes Villeros". Aquel fallo tipificaba conductas delictivas que en su variado menú abarcaba cooperativas ficticias, fraudes, presiones, extorsiones, amenazas, lesionados y otros males que lograban una suerte de temor y obediencia irrestricta a la conductora de la organización barrial Tupac Amaru.
El correo explotó primero con la feliz potencia de mil fuegos artificiales multicolores, en San Martín 450, San Salvador de Jujuy. En la Casa de Gobierno, el gobernador Gerardo Morales, a quien se le siguen alineando los planetas, recibía así, y en el mejor momento que pudo haber soñado, un anticipado regalo navideño que coronaba con un triunfo monumental, su pelea contra Milagro Sala. GM henchido de satisfacción habló del fin del "estado paralelo" que el kirchnerismo había instalado en Jujuy. Aquello fue un experimento, que incluía el manejo sin límites y sin control, de los dineros públicos, el empoderamiento de una agrupación social propia, y lo más importante, la aparición de una líder: la "Nueva Evita negra, coya y pobre", como bautizaron a quien crecía identificada con el modelo K, y a quien el GM, en un acierto estratégico irrebatible, había declarado la guerra desde su campaña a gobernador.
Él advirtió que mientras la Tupac detonaba sus torpedos por debajo de la línea de flotación del gobierno de Eduardo Fellner y del PJ local, la mayoría de los jujeños rechazaba los métodos violentos, y las actitudes de resentimiento y agresividad con que el estado mayor tupaquero manejaba la provincia. Las obras de la Tupac (que las hubo y muchas están en pie) quedaban así sumergidas debajo de la altanería, la prepotencia y la generalizada sospecha de grosera corrupción que ahora la Justicia confirmó. Con el kirchnerismo en retirada y el peronismo jujeño licuado, impotente y sin candidatos atrayentes (estigma que enfrenta todavía hoy), GM llegó a Casa de Gobierno surfeando sobre la ola amarilla. Y maniobró con astucia y rapidez para encarcelar a Sala y darse a la tarea de disolver la poderosa organización que lideraba. Muchos criticaron sus métodos, pero muchos más los aprobaron y el GM hasta hoy (quizás ahora más que nunca), afirmó sus campañas en el logro de haber recuperado la paz en Jujuy, y arrasó en las elecciones que tuvo que atravesar.
El correo de la CSJ se leyó luego en Rodríguez Peña 80, Caba, sede del Instituto Patria, cuartel general del cristicamporismo, donde la rabia y el dolor por el latigazo que azotó sus espaldas, y en el peor momento imaginable, se magnificó por caer tan cercano y tan espejo, de la reciente durísima condena a la jefa real del Gobierno y del Frente de Todos, la vicepresidenta, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. La pesadumbre es total. Nadie sabe qué actitud tomarán ahora las decenas de funcionarios del kirchnerismo que durante años desfilaron por la cárcel de Alto Comedero y por la prisión domiciliaria de Milagro. ¿Reaparecerán hoy que la desgracia es mayúscula? Irán a las marchas y los acampes que el reducido núcleo duro de tupaqueros está convocando desde mañana en la Plaza de Mayo. La propia Milagro no parece estar muy convencida: "Sólo un senador amigo y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, me llamaron. Nadie más", dijo con notable sufrimiento. Pero recuperando su postura clásica contraatacó: "Es un mensaje disciplinatorio de la Justicia aliada de la derecha. Sólo muerta me van a callar".
Y el imaginario mail de la Corte Suprema recaló en Balcarce 50, la puerta principal de la Casa Rosada, donde el presidente Alberto Fernández recibió un nuevo revés por las amistades que elige y las cosas que dice, justo en el momento más álgido de su debilidad. AAF estuvo en junio visitando a Milagro en Jujuy en su lecho de enferma. Una mañana apareció en una clínica privada jujeña abrazando con cariño a la jefa tupaquera. "Visito a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como lo hice siempre. He planteado una y mil veces desde que empezó este ciclo de lo que yo llamo ´persecución a Milagro Sala´", que se trata de "una práctica de persecución y de invento de causas".
¿Ahora cómo sigue la película? GM hizo lo obvio: abrazó a la CSJ y sacudió al kirchnerismo con una carta abierta: "Durante más de 15 años, Milagro Sala fue la fiel expresión de la matriz de corrupción que instaló el Kirchnerismo en la Argentina". Y aumentó la apuesta: ordenó que el Fiscal de Estado inicie los trámites para que Sala cumpla su condena en una cárcel común, lo que sería totalmente ajustado a la ley. El beneficio de la prisión domiciliaria, tenía andamiento en tanto la condena no estaba firme. La propia Milagro lo sabe y anticipó: "Se cumplirá el sueño de Morales". Desde el cristinismo, los notables abogados que defendieron a Sala, entre ellos la exministra de Justicia Eli Gómez Alcorta, ¿intentarán recursos? Pero las miradas se vuelven al Presidente, a quien Andrés "Cuervo" Larroque (voz de CEFK y de La Cámpora) y el inefable Luis D'Elía le exigen a Alberto que indulte a la condenada. Dicen los constitucionalistas que no tiene facultades, porque la condena no es federal, sino de la Justicia de Jujuy, pero muchos comenzaron a pensar que quizás se anime, considerando la extraña y caprichosa manera de interpretar a la Justicia que ya demostró en varias oportunidades el profesor de Derecho Penal.
Dos causas distintas y parecidas, dos personalidades contrapuestas y sin embargo afines: Cristina y Milagro. Ambas esperaban que el Gobierno, con el que habían vuelto para ser mejores, arreglara muchas cosas (especialmente sus cuitas con la Justicia). Pero el Gobierno no supo, no pudo o no quiso hacerlo. Y la CSJ que hoy parece dispuesta a ejercer su situación de poder y su cualidad de independiente seguirá enviando desde el remitente de Talcahuano 550 (Caba) noticias buenas y malas, según el destinatario. El momento de futbolera felicidad celeste y blanca de hoy dará a todos una pausa.