Una mujer fue demorada durante el fin de semana luego de dejar encerrado a su hijo de 8 años para ir a bailar, donde denunció que le sustrajeron las llaves de su residencia ubicada en el barrio Luján de la capital, por lo que tuvo que pedir intervención a la Policía para poder ingresar al domicilio.
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Una mujer fue demorada durante el fin de semana luego de dejar encerrado a su hijo de 8 años para ir a bailar, donde denunció que le sustrajeron las llaves de su residencia ubicada en el barrio Luján de la capital, por lo que tuvo que pedir intervención a la Policía para poder ingresar al domicilio.
El pequeño fue puesto a resguardo con su abuelo materno, mientras que la mujer de 26 años quedó demorada en la Seccional 31º del barrio Coronel Arias que intervino en el hecho, junto al personal de Bomberos y de la línea 102, quienes analizan la situación del niño.
El hecho tuvo lugar durante la mañana del domingo, cuando en la Seccional 31º de Coronel Arias se hizo presente la mujer de 26 años, quien indicó que no podía ingresar a su vivienda de la calle Cerro Aguilar del barrio Luján, donde se encontraba encerrado su hijo de 8 años.
La mujer relató ante las autoridades policiales que dejó a su pequeño encerrado durante la noche del sábado para concurrir a un boliche, donde le habrían sustraído dos teléfonos celulares además de la llave del inmueble en el cual reside con su hijo.
Inmediatamente, se hizo presente en el lugar el personal de la Seccional 31º, a quienes se sumaron los Bomberos del Cuartel Nº 2 del barrio Gorriti quienes, con la anuencia del ayudante fiscal del Ministerio Público de la Acusación, procedieron a la ruptura de la puerta para liberar al niño.
Posteriormente, se dio participación a la Línea 102, haciéndose presente una licenciada junto al personal del Same, quienes verificaron el estado de salud del pequeño niño.
La madre del infante quedó en calidad de demorada en la Seccional 31º, mientras que por disposición de los actuantes del servicio de atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes, el pequeño quedó bajo el resguardo de su abuelo materno, quien vive en Palpalá.