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Polarización diluida, autoridad monolítica

Domingo, 06 de noviembre de 2022 23:58

A nivel país, en medio de fuertes escándalos, más propios de la farándula que de la política, que el oficialismo y la oposición le ofrecen a los argentinos, (y hacen las delicias de editores y tituladores de la prensa), muchos parecen no advertir que la polarización que construyeron y por la que ambos tanto trabajaron durante años, se está diluyendo aceleradamente. Contrariamente, a nivel provincial, la potente supremacía oficialista y su conducción más potente aún, dejaron atrás, al menos por ahora, la posibilidad de una contienda entre fuerzas iguales, (o entre más o menos parecidas), para el año 2023. Ambas situaciones pueden llegar a provocar sorpresas de alto voltaje. Y no podrán decir que no se les advirtió.

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A nivel país, en medio de fuertes escándalos, más propios de la farándula que de la política, que el oficialismo y la oposición le ofrecen a los argentinos, (y hacen las delicias de editores y tituladores de la prensa), muchos parecen no advertir que la polarización que construyeron y por la que ambos tanto trabajaron durante años, se está diluyendo aceleradamente. Contrariamente, a nivel provincial, la potente supremacía oficialista y su conducción más potente aún, dejaron atrás, al menos por ahora, la posibilidad de una contienda entre fuerzas iguales, (o entre más o menos parecidas), para el año 2023. Ambas situaciones pueden llegar a provocar sorpresas de alto voltaje. Y no podrán decir que no se les advirtió.

Los últimos pasos de tragicomedia en el Frente de Todos, se produjeron entre el viernes y ayer y sirvieron para dejar varios puntos muy claros: 1) Que Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, jamás dejó de ejercer el mando y el comando de la fuerza. Sus prolongados silencios nunca fueron ni repliegues ni cesión de espacios, sino simplemente detalles de una estrategia que la consolida dentro de su núcleo duro, donde casi con devoción religiosa hoy claman por su tercera candidatura a Presidente, y dentro del resto de la coalición instala la advertencia que siempre tuvo y tiene, el poder y la capacidad de pasar la escoba y borrar del mapa a quien le caiga demasiado pesado. Desde cualquier cuatro de copas que no funcione, hasta el mismísimo Presidente, y al que piadosamente, le asignó un lugar decorativo y decoroso al decir que no se arrepiente de haber sido su única electora y por vía Twitter, en aquel lejano 2019.

Pero urgió correcciones, "en la redistribución del ingreso, como lo hacíamos en nuestro gobierno" (¿?). 2) El pobre Presidente maniobra como puede, y en estas horas se limitó a responderle a Máximo Kirchner, quien, el sábado, también lo atacó con menos elegancia que su madre. Alberto apeló a una frase del General (clásico de los peronistas que no tienen otros recursos para exponer): "Cuando un compañero empieza a criticar a otro, deja de ser peronista".

De aplicar esta máxima en el FdT, hoy sería difícil encontrar a aquellos peronistas legítimos que otrora conducían el Movimiento. 3) Sergio Massa, a quien dentro del FdT nadie quiere con sinceridad, sigue cosechando sin embargo, el silencio agradecido de AAF, (porque le pateó los posibles estallidos hacia adelante), y la incómoda tolerancia de CEFK, que hoy le reconoce "esfuerzos", pero sin garantías de seguir haciéndolo mañana. Al exsuperministro, el jueves próximo, se le termina "el changüí", los 100 días que había pedido al asumir, para que lo dejen maniobrar a su antojo las riendas del país. Hoy sólo se ven los parches sobre los parches de su gestión, la inflación que lo doblega, las fracasadas recetas del control de precios y las embestidas contra las empresas y su notable realineamiento debajo del paraguas K, al que antes despreciaba con dureza.

Desprecios que se disimulan, nunca se olvidan, pero siempre se facturan. 4) Otros temas de la segunda línea de prioridades oficiales, son el presupuesto dibujado con una inflación estimada en 60%, la pelea por las Paso entre Olivos y el Instituto Patria, la suma fija de aumento para los trabajadores en relación de dependencia, la inseguridad, la pobreza, etc. Todos son motivo de más y constantes enfrentamientos entre el Senado y la Casa Rosada. El FdT juega con su futuro. Y no podrá decir que no se les advirtió.

Los Juntos por el Cambio son más patéticos. Deberán hacer esfuerzos mayúsculos para recuperar la credibilidad en su unidad. Desde la UCR Gerardo Morales le disparó munición gruesa al PRO. "Fracaso" fue la palabra que resonó tremenda. Los halcones radicales no estuvieron de acuerdo con el golpe, disparado en medio del homenaje al Padre de la Democracia, Raúl Alfonsín. Cuando todo hacía presumir una escalada de peleas en la UCR, Patricia Bullrich, le prometió a Felipe Miguel, jefe de gabinete de la Caba, que le iba a romper la cara si volvía a decirle "funcional al kirchnerismo" y el episodio GM/Macri quedó en segundo plano.

El "show" del PRO acaparó las luces, y desnudó las internas sin piedad que el propio Mauricio tratará de controlar mañana en una suerte de "desayuno por la paz". En tanto arrecian las versiones: ¿acuerdos por la fórmula Larreta/GM?, ¿Acuerdos para entregar el gobierno de la Caba a Lousteau?, ¿Arreglos para la fórmula Bullrich/Cornejo?, ¿María Eugenia Vidal vuelve a ser presidencial?. El GM fiel a su estilo redobló su apuesta presidencial: "Que Bullrich o Larreta tiren la moneda a ver quién me acompaña como vice", dijo con irónica esperanza. Como si todo fuese poco, la jefa de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, puso la cereza sobre la "melange": "Si no garantizan una lista honesta, iré de candidata. En JxC hay gente honesta, pero también hay corruptos...". El espectáculo que ofrecieron los aleja de la unidad pregonada. Y no podrán argumentar que no se les advirtió.

Un resumen de cinco encuestadoras nacionales (Rouvier, IPD, Solmoirago, CIGP y Giaccobbe) arrojó estos datos el viernes: JXC 34% y FDT 23,50%, estancados; Libertarios 18% y subiendo; Peronismo no K 4%; Izquierda 3,5%. Indecisos 14%. Según algunos los libertarios podrían dejar de ser terceros y fuera del balotaje al FdT. Nada es definitivo, pero si la polarización sigue cayendo, cualquier figura podrá surgir para capitalizar el descontento y la bronca general.

Contrariamente en Jujuy se afirma cada día la monolítica conducción de la Provincia en manos de la UCR, sostenida casi exclusivamente por la figura del gobernador Gerardo Morales. Aún sin ser candidato a una rereelección, el GM tiene el control de absolutamente todos los botones de la consola. Varios quieren ser candidatos, algunos se vienen preparando, (y soñando) hace años, pero ninguno se anima a plantear un cruce firme. Off the record, reconocen los deseos pero aclaran que no habrá ni planteos ni internas: "El que decidirá es Gerardo" afirman sin ponerse colorados y hasta orgullosos de la nueva matriz de conducción partidaria que instaló en la UCR jujeña.

Enfrente, el peronismo sigue fragmentado, a pesar de algunos tibios intentos en reuniones muy parciales, en esta capital y en el interior. Y de los que sobreviven "puenteando" Jujuy buscando bendiciones de algún padrino nacional o alguna agrupación K que les asegure víveres para soportar la intemperie. Y están los terceros y cuartos que buscan sobrevivir a como dé lugar. Ni aquello, ni esto, ni lo otro, son lo ideal para un sistema democrático, plural y fortalecido. Sin embargo, en muchos mentideros, comenzó a circular una alternativa de la que se habla con más frecuencia: ¿Sería posible la creación de un nuevo gran acuerdo provincial, con un proyecto que diseñe una provincia para dentro de medio siglo, más allá de los gobiernos nacionales? Dicen que la política es el arte de lo posible. Y lo es... tanto, que ya parece ser... íel arte de lo imposible!.