¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

24°
19 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Cristina logró su objetivo: la centralidad

Domingo, 06 de noviembre de 2022 01:00

Cristina Kirchner logró con creces su objetivo de recuperar la centralidad política en momentos en donde se intensificaron las internas en el oficialismo y luego del lanzamiento de Alberto Fernández a la reelección. Lo hizo con un discurso menos virulento del que muchos esperaban y en el que dejó abierta la posibilidad de competir por la presidencia en 2023, cosa que ya había hecho hasta mayo de 2019 cuando declinó esa candidatura y postuló por Twitter al actual mandatario.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Cristina Kirchner logró con creces su objetivo de recuperar la centralidad política en momentos en donde se intensificaron las internas en el oficialismo y luego del lanzamiento de Alberto Fernández a la reelección. Lo hizo con un discurso menos virulento del que muchos esperaban y en el que dejó abierta la posibilidad de competir por la presidencia en 2023, cosa que ya había hecho hasta mayo de 2019 cuando declinó esa candidatura y postuló por Twitter al actual mandatario.

Hubo mensajes muy evidentes hacia el interior del Frente de Todos: destacó dos veces el trabajo de Sergio Massa, evitó mencionar a Alberto Fernández, nombró varias veces al peronismo, reclamó una suma fija para los trabajadores y se diferenció al extremo del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. ¿Qué quiso instalar Cristina? Varias cosas, entre ellas que si el Gobierno otorga un bono a los empleados lo hará por la presión de ella y que los males de la economía actual derivan del pago de la deuda externa que ella y su hijo rechazaron. Algo así como un extraño juego de oficialismo y oposición.

"Ninguno de nosotros sabemos si Cristina va a ser candidata a presidenta o no, lo que no tenemos dudas es que será ella la gran electora del año que viene, haya Paso o no las haya", afirmó ayer a El Tribuno de Jujuy un importante referente del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires que pidió reserva de su identidad. Y agregó: "Obviamente que Cristina quiere volver a ser Presidenta, pero tampoco se va a tirar a una pileta sin agua si las encuestas no le dan alguna mínima certeza de triunfo. Lo importante es que ella ratifique su liderazgo hacia adentro y que transmita a la militancia que ella no se va a borrar, sea candidata o no".

La fuente hace referencia a los últimos sondeos que se difundieron durante la semana, en los que la imagen negativa de la vicepresidenta promedia casi el 65 por ciento pero su intención de voto podría alcanzar al 33 por ciento. Esos porcentajes arrojan dos conclusiones muy claras: la primera es que si Cristina se presenta tiene muchas chances de entrar en un balotaje, ya que difícilmente Juntos por el Cambio llegue al 45 por ciento para imponerse en primera vuelta; pero la otra –no menor- es que la exmandataria tendría muy pocas posibilidades de ganar un mano a mano contra cualquier candidato opositor. ¿Tiene sentido exponer a Cristina a una derrota? Si fuese por la militancia sí, lo que no queda claro es qué piensa ella.

El acercamiento entre Cristina Kirchner y Sergio Massa no es una alianza programática ni mucho menos una conjunción de ideas entre ambos. No es ninguna novedad que el pensamiento económico de la vicepresidenta se encuentra en las antípodas del que tiene el ministro de Economía, pero hay algo mucho más fuerte que los mantiene unidos de cara a 2023: el rechazo a una posible candidatura de Alberto Fernández a la reelección.

Por ahora, la estrategia es presionar para eliminar las Paso y, de esa forma, dejar fuera de carrera al actual mandatario, que pese a ser el titular del PJ nacional tiene muy poca injerencia entre los intendentes y gobernadores del peronismo, quienes ya se han manifestado a favor de la iniciativa kirchnerista. En el Instituto Patria están convencidos de que con esta situación económica no hay gobierno que logre atraer a la mayoría de los votantes, pero consideran que hay postulantes oficialistas que podrían recibir más apoyos que Alberto, mejorando así el posicionamiento legislativo para ser oposición de un eventual gobierno de Juntos por el Cambio.

¿Sergio Massa – "Wado" de Pedro? ¿Jorge Capitanich – "Wado" de Pedro? ¿"Wado" de Pedro – Martín Insaurralde? Esas fórmulas sonaron con fuerza esta semana en el entorno de Cristina, aunque la primera de ellas sería la más complicada por la reticencia del tigrense a encabezar una boleta con pocas chances reales de triunfo. "Sergio tiene una tarea gigante en el ministerio de Economía y la está cumpliendo muy bien. Ser candidato requeriría que abandone su cargo antes de mitad de año para hacer campaña, lo que es un tiempo demasiado corto para exhibir resultados en su cartera que lo posicionen con posibilidades reales de acceder a la presidencia", aseguró ayer a El Tribuno de Jujuy uno de los asesores políticos más cercanos a Massa en un estricto off the récord. En las encuestas de opinión el expresidente de la Cámara de Diputados mantiene una imagen negativa tan alta como la de Alberto Fernández, pero una pequeña mejora en la actividad económica podría darle mucho más potencial del que podría aportar el jefe de Estado, tras su pálida gestión en el sillón de Rivadavia.

La ofensiva para eliminar las Paso parece hoy más una bomba de humo que una intención real que vaya a concretarse. Ocurre que para realizar esa modificación a sólo seis meses del inicio de la campaña se necesitan mayorías especiales en el Congreso que el kirchnerismo no posee y que le serán muy difíciles de alcanzar. El caso de Javier Milei y los libertarios o un ejemplo muy claro de ello: el economista se opone a las Paso por su elevado gasto pero ya avisó que votará en contra de la eliminación. ¿Contradicción discursiva? Es probable, pero más costoso para Milei es quedar asociado al kirchnerismo como el diputado que le dio los votos para el cambio de reglas de juego en medio del partido.

Ayer, sólo 24 horas después del discurso de su madre, Máximo Kirchner se ocupó de pegarle duro tanto a Mauricio Macri como al libertario, además de destacar todos los logros que hubo entre 2003 y 2015 en la Argentina. Los ataques contra el expresidente tienen que ver con la necesidad de extremar la polarización y las críticas a Milei buscan recuperar parte de los votos que el economista le sacó al Frente de Todos. Las encuestas de opinión reflejan que los apoyos de Milei surgen en porcentajes casi iguales de votantes que en 2019 eligieron a Alberto Fernández y a Macri.

Lejos de aprovechar la tensión en el oficialismo, la principal coalición opositora navega por su momento más crítico en los últimos siete años. La división entre los halcones y las palomas está provocando alineamientos inesperados que ponen en jaque la real unión del espacio. Horacio Rodríguez Larreta sabe que no contará con la venia de Macri para pelear por la presidencia y por eso busca una alianza táctica con un sector importante del radicalismo. La UCR, se sabe, tiene una estructura territorial muy importante para poner al servicio de cualquier candidato, pero el precio no será para nada barato. Larreta no obstaculizaría la postulación de Martín Lousteau a la jefatura de Gobierno, entregaría la vicepresidencia a Gerardo Morales –que sigue recorriendo el país para ser jefe de Estado- la vicegobernación bonaerense a Maximiliano Abab y varios ministerios en un eventual Gobierno nacional.

Su principal contrincante interna, Patricia Bullrich, continúa afianzando su perfil de dirigente dura buscando captar los votos de Macri pero también del peronismo de derecha. La exministra de Seguridad también está tejiendo alianzas importantes: recibiría el apoyo de Milei en un eventual balotaje contra el kirchnerismo y además está alineando detrás suyo también al Peronismo Republicano de Miguel Pichetto, que aún no bajó su candidatura testimonial al sillón de Rivadavia.

El lanzamiento del libro de Mauricio Macri reabrió el debate sobre si el expresidente finalmente disputará la postulación el año próximo. Fuentes muy ligadas a él afirman que "Macri seguramente no será candidato, a excepción de que en febrero su intención de voto haya levantado demasiado".