Por LIGIA DIONE MIRALLES.
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Por LIGIA DIONE MIRALLES.
Primero veamos qué es el apego emocional.
Es el tipo de lazo emocional y afectivo que surge entre dos individuos y que genera la voluntad de permanecer en la cercanía o en contacto con el otro, con preferencia por lo general por la cercanía física.
Este concepto es fundamental en las relaciones cercanas y la capacidad para sentirlo está presente durante toda la vida.
Se trata de la dependencia que se crea entre dos personas y que hace que no podamos ser independientes.
Nuestra felicidad no depende, entonces, de nosotros mismos sino que estará supeditada a la relación que mantengamos con esa otra persona.
Puede ser un arma de doble filo, sobre todo, si hablamos de un entorno de pareja ya que, si la relación llega a su fin, podemos sentirnos vacíos y deprimidos.
Además, se puede sentir apego, no solo por las personas, sino también por las cosas.
De hecho, podemos sentirlo por nuestra casa, por nuestra ciudad, por el trabajo, por la ropa... una emoción que puede impedirnos continuar para adelante y quedarnos estancados en nuestra zona de confort.
El apego emocional viene dado por la falta de autoestima y por aquellas inseguridades personales que alimentan nuestra desconfianza, miedos e incertidumbre. Debido a todo ello, la necesidad de encontrar seguridad y control aumenta de forma exponencial y se manifiesta buscando la aprobación de los demás.
El apego corrompe y es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad.
Muchas veces se pierde la dignidad, el respeto y los valores más esenciales; así como la libertad, y no podemos decidir cómo nos vamos a mover.
Perdemos tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseamos y finalmente, perdemos también la alegría. Nuestra mente está tan metida en invertir recursos que perdemos la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, nos absorbe.
Está bueno cambiar el rumbo de esta situación, sino nuestro destino y felicidad serán mucho más vulnerables. Hay algunas cosas que podemos hacer al respecto como por ejemplo, aumentar nuestra autoestima, la seguridad y nuestro amor propio tiene que nacer de nuestro interior, no puede estar relacionado con algo o alguien externo a nosotros; aprender a estar solos, tenemos que aprender a ser felices sin más compañía que la de nosotros mismos para estar a gusto y en paz; tener objetivos propios, está bien que tengamos proyectos en común con otros, pero también, debemos tener proyectos por separado, nuestros sueños y metas nunca deben borrarse de nuestra mente; y por último es importante que nos atrevamos a ser quienes somos.
No tengamos miedo a decir lo que pensamos, siempre y cuando lo hagamos de forma asertiva, en el momento, lugar y con las personas adecuadas. Para trabajar en nuestro vínculo de apego debemos basarnos en obtener y poner en práctica herramientas para poder relacionarnos de una forma más sana y segura con los demás. Namasté. Mariposa Luna Mágica.