¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

25°
19 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Peronismo y kirchnerismo van por su rescate

Lunes, 21 de noviembre de 2022 01:00

El país entró en "modo mundialista". Muchos que jamás embanderaron sus casas ni vistieron los colores argentinos para celebrar las fechas patrias, ni para honrar a Belgrano, a San Martín o al general PM Manuel Álvarez Prado, en un súbito "ataque de patria", se envuelven con la Enseña Nacional, cantan el Himno a los gritos, pintan sus caras, sus casas, sus autos y balcones de azul y blanco, detrás del sueño del campeonato de fútbol. Bienvenido sea el fervor y ojalá que nuestra selección gane todo y se corone como la mejor del mundo. Y ojalá también que las satisfacciones del deporte cubran en parte el enorme vacío de alegrías, esperanzas y especialmente de reencuentros que nos está faltando cada día más. Ojalá que el soñado día del campeonato, en todas las plazas, se abracen peronistas con kirchneristas, con radicales, con militantes de la izquierda y del PRO, con seguidores de la Coalición Cívica y de los libertarios y con los que no adscriben a ninguno, y festejen sin preguntarse a cuál de las muchas tribus en que se divide el país pertenecen. Ojalá ocurra. Porque a pesar de que se especulaba con que durante el Mundial, viviríamos tregua en la crisis sempiterna del país, todo indica que la misma es tan profunda que el fútbol no la ocultará del todo. Las pruebas al canto.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El país entró en "modo mundialista". Muchos que jamás embanderaron sus casas ni vistieron los colores argentinos para celebrar las fechas patrias, ni para honrar a Belgrano, a San Martín o al general PM Manuel Álvarez Prado, en un súbito "ataque de patria", se envuelven con la Enseña Nacional, cantan el Himno a los gritos, pintan sus caras, sus casas, sus autos y balcones de azul y blanco, detrás del sueño del campeonato de fútbol. Bienvenido sea el fervor y ojalá que nuestra selección gane todo y se corone como la mejor del mundo. Y ojalá también que las satisfacciones del deporte cubran en parte el enorme vacío de alegrías, esperanzas y especialmente de reencuentros que nos está faltando cada día más. Ojalá que el soñado día del campeonato, en todas las plazas, se abracen peronistas con kirchneristas, con radicales, con militantes de la izquierda y del PRO, con seguidores de la Coalición Cívica y de los libertarios y con los que no adscriben a ninguno, y festejen sin preguntarse a cuál de las muchas tribus en que se divide el país pertenecen. Ojalá ocurra. Porque a pesar de que se especulaba con que durante el Mundial, viviríamos tregua en la crisis sempiterna del país, todo indica que la misma es tan profunda que el fútbol no la ocultará del todo. Las pruebas al canto.

Es sobresaliente el esfuerzo que el cristicamporismo está realizando para regenerar una identificación plena y un reencuentro real con el peronismo, al que muchas veces denigró y hasta intentó hacer desaparecer. Pero las encuestas, el escenario y el futuro, ordenan unificar criterios, detrás de la máxima borgeana de que nunca los unirá el amor, pero el espanto es más fuerte. La presidenta de la Nación Cristina Elisabet Fernández de Kirchner (en ejercicio del PEN) realizó un ardoroso reconocimiento de sus orígenes peronistas, durante el acto del Día de la Militancia. Reubicó al cristicamporismo detrás de un Juan Perón de derecha, al confesar que ella, su máxima líder, permaneció estoicamente en la Plaza de Mayo, el día en que el ya viejo y cansado "león herbívoro" echó a los montoneros. Luego respondió con sonrisas y sonoros silencios al grito de "Cristina Presidenta" de miles de enardecidos "pibes para la liberación" siempre listos a marchar. La presidenta en ejercicio ese día usó la extrema habilidad de su oratoria para dedicar una monumental ninguneada a su propio gobierno (que instaló con Alberto Fernández en Casa Rosada), parándose afuera de la cancha, ora en un rabioso "paravalancha" de la tribuna, ora castigando desde un privilegiado palco de la oposición, a la vaciada gestión de AAF, quien volaba averiado desde Bali, quizá imaginando lo que encontraría al llegar. Los ecos de ese acto, recién comienzan. Los peronistas dudan (y temen) del convite: con ella sola no alcanza, pero sin ella no se puede... ¿todo se repite?

La presidenta en ejercicio, a pesar de venir de mal en peor con la Justicia (quizás por eso), actuó en modo candidata, en su estilo: llamó a dejar de pelear y buscar consensos, pero desbarató a la oposición creyéndola detrás del atentado contra su vida, y arrasó al Poder Judicial, desconociendo su autoridad, reduciéndolo a la "rémora monárquica" de un oscuro partido judicial: mostró la ideología que regiría su tercer gobierno. Y entre amagues y mohines encendió una mecha, y paralizó las incipientes fórmulas que asomaban como alternativas: Massa/"Wado" de Pedro; Manzur/Magario; Manzur/Tolosa Paz.

La gira de AAF fue importante, pero naif. El presidente Xi Jinping autorizó el uso de US$ 5 mil millones de su swap en yuanes, pero no de libre disponibilidad, sino sólo para tratos comerciales con China, previo acuerdo de condiciones que su Gobierno apruebe. De un breve encuentro con Georgieva trajo un consejo de hierro: "Sigan con el ajuste", y un guiño a Massa, ante la falta de algo más prometedor. Sabe que el ministro es un buen vendedor de humo y que no siempre dice toda la verdad, pero otra debacle argentina podría arrastrar a la cúpula del fondo con la mismísima Kristalina a la cabeza. Lo más serio es la salud del Presidente que mostró una antigua fragilidad agudizada seguramente por los enormes sinsabores que atraviesa. La presidencia intentó minimizar la dolencia que luego, se supo, es más seria de lo que dijeron. Deberá bajar un cambio. ¿Y si pide licencia?

El parche de precios justos no arranca y está cerca de una frustración. La idea de que se verán obligados a devaluar antes que el mercado se los lleve puestos es cada día más seria, como las diferencias entre Massa y Gabriel Rubinstein. Sergio lo maltrató por teléfono y no se sabe hasta cuándo el viceministro aguantará una situación para la que fue casi forzado a asumir. Ahora, y con desesperación, preparan la segunda parte de la saga "dólar soja" sabiendo que el Instituto Patria y La Cámpora odiarán volver a arrodillarse ante el campo.

En Juntos por el Cambio, dichos de Mauricio Macri encendieron alarmas: "Si yo me presento, ganamos" y "El ciclo mío no terminó, íeso seguro!". Pero ninguno queda esperando: Gerardo Morales, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Facundo Manes y Lilita Carrió velan las armas para el combate de las Paso. El GM es el más claro: vio a CEFK lanzada como candidata, envalentonada por el triunfo de Lula y dispuesta a romper todo, "Viene por la alegría de los argentinos" (de la que se siente dueña), "y está cumpliendo un estratégico plan electoral", definió. También adelantó que lanzará su precandidatura presidencial, porque la UCR "está muy fortalecida".

En Jujuy asomó una novedosa experiencia: sin rótulos y sin estructuras especiales, una nueva coalición se alinea detrás de "un gobernador del interior". Los intendentes de Libertador, Oscar Jayat; de Fraile Pintado, Iván Poncio; de Yuto, Alfredo Valdiviezo; de Calilegua, Elsa Flores; de La Mendieta, Ricardo Farfán; de Pampa Blanca, Bruno Monzón; de Puesto Viejo, Marcelo López; de Aguas Calientes, Gregorio Mamaní; de El Piquete, Ariel Ortiz; de Rosario del Río Grande, Zunilda Romero; de Rodeíto, Eduardo Orellana, y el presidente del Concejo Deliberante de Yala, Juan Cabezas, compartieron un almuerzo político, que terminó en un respaldo al jefe comunal de San Pedro de Jujuy, Julio Bravo, el primero (y único hasta hoy) que expresó sin rebusques tribuneros su voluntad de ir por la gobernación. No se trata ni de rebeliones ni de internas, sino de un alineamiento detrás de un intendente que reúne las voluntades de sus pares de diferentes colores políticos en una experiencia notable y de real integración superadora. Los jefes partidarios aún no opinaron. Sorprendidos, o no tienen opinión, o prefieren no tenerla.

Temas de la nota