Un viaje de aventura en moto se convirtió en una caricia para el alma de Fernando Alfaro, un comerciante de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, que aprovechando la oportunidad de venir a conocer el norte de Jujuy buscó la manera de hacer solidaria su visita.
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Un viaje de aventura en moto se convirtió en una caricia para el alma de Fernando Alfaro, un comerciante de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, que aprovechando la oportunidad de venir a conocer el norte de Jujuy buscó la manera de hacer solidaria su visita.
Todo empezó en el año 2017 cuando, junto a su hijo Joaquín, llegaron a Purmamarca con diez pelotas de fútbol que fueron generosamente donadas por su gran amigo Facundo, dueño de una librería reconocida en su ciudad.
Visitaron dos escuelas, la Nº 21 "Pedro Goyena" de Purmamarca y la Nº 308 "Provincia de San Juan" de Tunalito. "Fue muy emotivo llegar y ver a todos los niños izando la Bandera y cuando entregamos las pelotas fue muy fuerte ese abrazo contenedor que nos dieron y lo más gratificante fue haber podido jugar a la pelota con los chicos", contó.
Durante esa visita, además de los directivos, conoció a Juan Domingo Salazar, profesor de Educación Física de la Escuela Nº 21, con quien durante su despedida se fundieron en un abrazo y en medio de lágrimas y Fernando Alfaro le aseguró que volvería.
Y fue así que entre cuestiones de salud, compromisos laborales y la pandemia de por medio recién pudo regresar este año. Es que como ya se lo habían dicho en varias ocasiones "a Jujuy siempre se vuelve".
"Podría haber elegido una escuelita más cercana, tal vez de Córdoba, pero la gente de Jujuy no solo me abrió las puertas de su casa sino también las de su corazón como lo es el caso de Andrés Tinte a quien aprecio mucho", contó el viajero.
Con una moto un poco más grande, una Dominar 400, Alfaro pudo regresar este año a la provincia el 15 de octubre y aprovechando que tenía más espacio pudo traer algunas cosas más para los chicos de las escuelas que volvió a visitar.
"Siento que llegué a Jujuy con apenas un alfiler y me vuelvo cargado de oro", dijo como conclusión de este segundo viaje en el que nuevamente recibió el cariño de los estudiantes. Destacó la dedicación de los profesores y el cálido recibimiento que le brindaron las directoras Ana, de la Escuela Nº 21, y Margarita, de Tunalito quien lo invitó a volver el año que viene y a quedarse en su casa. Tal como el profesor Salazar lo acogió en este viaje.
"La idea es volver y traer más cosas. Sé que lo mío es sólo una aguja en el pajar pero es un pequeño aporte y si lo puedo convertir en el comienzo de algo lindo para el futuro, íojalá!", concluyó en su visita a El Tribuno de Jujuy.