Sólo basta con mirar las vidrieras de los cotillones y hacer un recorrido por los sitios de ventas de las redes sociales para notar que el interés por la celebración de Halloween cada año cuenta con más adherentes. Los niños disfrutan del disfrazarse de personajes terroríficos que son famosos en las películas, dibujitos animados y también en los videojuegos, sonríen con la aventura de recibir dulces durante su paseo por los negocios céntricos.
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Sólo basta con mirar las vidrieras de los cotillones y hacer un recorrido por los sitios de ventas de las redes sociales para notar que el interés por la celebración de Halloween cada año cuenta con más adherentes. Los niños disfrutan del disfrazarse de personajes terroríficos que son famosos en las películas, dibujitos animados y también en los videojuegos, sonríen con la aventura de recibir dulces durante su paseo por los negocios céntricos.
Esta jornada de diversión requiere días de preparación, elección del disfraz, que sea creativo, que dé miedo y también que sea cómodo. Por otro lado, está el maquillaje, el peinado y las golosinas para compartir que van en una canasta con forma de calabaza y otra figura alusiva a la fecha.
Estos preparativos activan el movimiento comercial tanto en los cotillones como en los lugares que alquilan disfraces o las pequeñas emprendedoras que cosen a medida los trajes, las maquilladoras y el movimiento en el transporte y la compra en las tiendas de dulces, entre otras actividades.
Las propuestas comerciales en nuestra ciudad contemplan opción para todos los gustos, máscaras que van desde los 300 pesos hasta los 2.500 con luces y otros detalles. Los accesorios como cuchillos de plástico, espadas, guadañas y otros van desde los 500 pesos en adelante. El maquillaje, la pintura blanca para el rostro cuesta 600 pesos y la sangre falsa, 350 pesos.
En cuanto al alquiler de un disfraz, se consiguen diseños desde los 1.500 pesos en adelante, de acuerdo a la calidad, la originalidad y el tamaño. Los disfraces más clásicos como calaveras, calabazas, brujas, momias, Drácula y algunos personajes de películas de terror están exhibidos en la tiendas de disfraces. Otros se consiguen a través de la venta y alquiler en redes sociales.
Se calcula que el gasto promedio de un disfraz está cerca de los 4 mil pesos. Claro, hay algunos mucho más sencillos y otros mucho más costosos.
Los puntos de encuentro de los niños disfrazados suelen ser la peatonal Belgrano, el centro comercial, la plaza Belgrano y en los últimos años el Xibi Xibi. En la peatonal Belgrano suelen formarse largas filas de chicos disfrazados ante las puertas que una heladería que obsequia un dulce a los pequeños. También los quioscos de la ciudad se preparan para responder a los pequeños que ofrecen iniciar el juego con la frase "Dulce o truco". También están surgiendo cada vez más eventos privados, es decir fiesta de disfraces en clubes, casas particulares, salones de fiestas. Y para los adultos, los locales bailables y bares suelen ofrecer descuentos si se lleva disfraz o algún maquillaje de terror.
También hay quienes se oponen a la celebración y buscan generar otros eventos para "contrarrestar" la decisión de niños, adolescentes y familias que deciden divertirse sin ocasionar ningún malestar al resto de las personas y pasar un momento fuera de lo común compartiendo el gusto por esta celebración que cada año aumenta sus seguidores.
El origen de esta fiesta se remonta al antiguo continente, y recordaba en las tierras celtas el fin de la temporada de cosecha. Con los años la tradición llegó a América y se fue haciendo famosa, sobre todo en los más chicos.
La fiesta de Halloween, o la noche de brujas como se la conoce en Estados Unidos, tiene que ver con una tradición de origen celta para celebrar el fin del verano y las cosechas irlandesas.
Actualmente es una festividad que se celebra principalmente en el mundo anglosajón (Reino Unido y Estados Unidos) y en otros países como Canadá y Australia. Sin embargo, es cada vez más popular en el mundo entero por lo que su influencia también ha llegado a Argentina y en particular a nuestra provincia. Esta festividad no solo suma seguidores niños sino también a los adultos que ahora no temen disfrazarse y acompañar a sus hijos o amigos.