El país se complica cada día más, mientras navega entre "la única verdad" y los relatos que tratan de suavizarla o simplemente de engañar. Para tener clara la visión de lo que sufrimos en Argentina y que por estar hirviendo en ella como la rana en el agua, no nos damos cuenta, sólo bastan dos ejemplos: el primero viene de un amigo del gobierno, Lula. El obrero metalúrgico, sindicalista, progresista y referente central del Partido de los Trabajadores (PT), emblema de la izquierda, quien camina firmemente a consagrarse por segunda vez presidente de Brasil en el balotaje del próximo 30, desecha un giro a la izquierda, sumando al PT aliados de centroderecha y realizando anuncios liberales y conservadores para su próximo mandato. La razón la definió con simpleza: "Evitar que Brasil termine como la tragedia argentina" (Con amigos así).
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El país se complica cada día más, mientras navega entre "la única verdad" y los relatos que tratan de suavizarla o simplemente de engañar. Para tener clara la visión de lo que sufrimos en Argentina y que por estar hirviendo en ella como la rana en el agua, no nos damos cuenta, sólo bastan dos ejemplos: el primero viene de un amigo del gobierno, Lula. El obrero metalúrgico, sindicalista, progresista y referente central del Partido de los Trabajadores (PT), emblema de la izquierda, quien camina firmemente a consagrarse por segunda vez presidente de Brasil en el balotaje del próximo 30, desecha un giro a la izquierda, sumando al PT aliados de centroderecha y realizando anuncios liberales y conservadores para su próximo mandato. La razón la definió con simpleza: "Evitar que Brasil termine como la tragedia argentina" (Con amigos así).
El otro ejemplo llega de allende los mares: la presidenta de la Comunidad de Madrid, la ignota Isabel Díaz Ayuso, cobró notoriedad internacional al hablar ante el pleno de su parlamento atacando al plan de reformas fiscales del presidente Pedro Sánchez: "Me niego a que el peronismo arruine el motor económico de España. Es populismo fiscal, le quita el dinero a la gente para luego crear dependencia del estado y como hacen los peronistas, repartirlo en pagas, ayudas y subsidios". Sin querer, la dirigente española marcó la diferencia entre el poderoso cristicamporismo de hoy, prohijado por el kirchnerismo clásico de ayer, y el peronismo tradicional, que refundó y fortaleció la industria nacional, y armó sus programas de gobierno bajo el lema "Gobernar es dar trabajo".
Mientras está la visión real que ofrecemos al mundo, aquí permanecemos entretenidos con el relato de tener el dólar (blue) más bajo de los últimos tiempos a $276 (¡vaya número para justificar la alegría!) y la "satisfacción" que tras aprobar la gestiones del ya diluido superministro Sergio Massa, el FMI, enviará un desembolso de US$ 4.100 millones, de los cuales, US$ 2.690 millones se usarán para- ¡pagarle al FMI! La inflación de septiembre rondará otra vez el 7%, empujada nada menos que por alimentos e indumentaria. Los gremios, como es lógico, empujarán por lograr aumentos que superen o no se alejen demasiado del 100% para no perder el partido contra la inflación por goleada. Y el Gobierno sigue sin plan económico para la emergencia, y con un presupuesto dibujado para el 2023, que no se cree ni él mismo.
La política tendrá en estas horas otra vuelta de rosca, que evidencia el desconcierto del oficialismo y la pachorra de la oposición. La ministra Elizabeth Victoria Gómez Alcorta renunció a la cartera de las Mujeres, Géneros y Diversidad, en total desacuerdo- ¡con su propio gobierno!, por el desalojo de los violentos grupos autodenominados mapuches que mantenían usurpados terrenos privados y de Parques Nacionales en el sur. Referentes K como el embajador en Chile Rafael Bielsa, Juan Cabandié y Juan Grabois comparten el pensamiento con Gómez Alcorta, quien además fue, o es todavía, abogada defensora del referente mapuche Facundo Jones Huala, condenado en Chile, fugado y presuntamente oculto en cercanías de Bariloche, y de la jefa tupaquera Milagro Amalia Ángela Sala de Noro.
En estas horas, el Presidente de la Nación designaría reemplazante. Se menciona a la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, con lo que Alberto evitaría al menos los diarios inútiles enfrentamientos con la sociedad y especialmente con la prensa. Aprovecharía el momento para el recambio del ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Claudio Moroni (por razones personales), un buen amigo suyo que ya no puede sostener más; y también se retirará "Juanchi" Zabaleta, ministro de Desarrollo Social esmerilado por las agrupaciones sociales y por su deseo de volver a refugiarse en la tranquilidad de la intendencia de Hurlingham (donde se encuentra en uso de una inteligente licencia). ¿Se puede interpretar como otra grieta en el gobierno, o como una consolidación del poder del cristicamporismo? Obviamente, lo segundo.
Siguen los forcejeos por borrar del mapa las Primarias y podrirle el pozo a la oposición. Dicen en el FdT que están a dos o tres votos de lograrlo. Y tienen razón. Dicen en JxC que no les importa porque harían internas en sus propios partidos, y mienten. Sí les importa y les preocupa, porque después de los episodios de choque entre el ascendente "radical outsider" (extraña y nueva categoría en el arco opositor), Facundo Manes, el ninguneo que intentó dedicarle Gerardo Morales, la irritación inocultable de Patricia Bullrich, Lilita Carrió, Horacio Rodríguez Larreta y un Mauricio Macri, que pareciera deleitarse prolongando el suspenso de acerca de su posible candidatura, tienen terror a otro escándalo que no saben si podrán superar airosos. Para colmo, Javier Milei, al acecho, está sentado sumando voluntades.
En Jujuy se sigue zarandeando el sonado tema de la reforma de la Constitución. Después de haber demorado largamente su convocatoria a la reforma, cuya necesidad ya fue aprobada por ley, ahora el GM demora inexplicablemente promulgar esa ley y fijar una fecha para la elección de constituyentes (que él mismo anticipó que sería para el 13 de diciembre). ¿Puede el gobernador frenar el proyecto? Claro que puede, pero sería, ya es, un gigante despropósito, a menos que lo justificara en un "clamor popular" en contra de la reforma. Clamor que, obviamente, no existe. Ni en favor ni en contra. A los jujeños no les entró en el radar la famosa reforma parcial. Y nadie hace algo para que ocurra. Sólo sigue claro, según dichos del propio GM, que el 2023 nos encontrará con otra persona sentada frente al escritorio de José María Fascio.
Rápidamente se acomodan nombres importantes de radicales: Gabriela Burgos, Julio Bravo, Carlitos Sadir, Silvia del Rosario Giacoppo, Mario Fiad y Raúl Jorge, entre otros (les cuesta a los radicales postular mujeres).
Quizá cuando el GM formalice el comienzo de su campaña presidencial, en un monumental acto antes de fin de este mes, se fortalezca alguna versión. En el peronismo, cunde el desconcierto. Días pasados, Rubén Armando Rivarola, presidente del PJ, acompañado por una nutrida delegación de intendentes, comisionados y legisladores, visitó en Buenos Aires al jefe de Gabinete, Juan Manzur. Volvieron exultantes, cargando promesas de obras públicas y padrinazgos políticos. Días después, Juan Manzur recibió al vicegobernador de Jujuy, Carlos Haquim (peronista que dejó el PJ y lo combatió aliado a los radicales), acompañado por intendentes, comisionados y legisladores, con igual cometido y resultado.
¿Haquim vuelve al peronismo? ¿Manzur apadrina "lo que venga" con tal de sumar para su causa personal 2023 y post 2023? O, por encima de todo y de todos, ¿finalmente aparecerá una nueva formación, un nuevo frente, un gran acuerdo provincial que quizá, sólo quizás, pueda atraer a los jujeños de vuelta a la política? Lindo tema para terminar hablándolo en el fin de semana largo.