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Un hombre mató a una serpiente a mordiscones luego de que lo atacara

Lunes, 16 de agosto de 2021 17:15

Un campesino de Jaipur, India, fue mordido por una serpiente venenosa cuando regresaba a su vivienda por la noche, luego de una extensa  jornada de trabajo. Pero lejos correr en la búsqueda de auxilio se vengó del reptil y lo atacó a mordiscones hasta que lo mató. 

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Un campesino de Jaipur, India, fue mordido por una serpiente venenosa cuando regresaba a su vivienda por la noche, luego de una extensa  jornada de trabajo. Pero lejos correr en la búsqueda de auxilio se vengó del reptil y lo atacó a mordiscones hasta que lo mató. 

Kishore Badra es un campesino de 45 años que fue atacado por una serpiente venenosa. El hombre estaba trabajando en su campo de arroz, cuando sintió un dolor en la pierna y vio que fue atacado por el reptil. En vez de salir corriendo, como hubiese hecho la mayoría, el ciudadano indio la atacó a mordiscos una y otra vez en señal de venganza.



“Algo me mordió en la pierna mientras regresaba a pie anoche. Encendí mi linterna y descubrí que era una serpiente venenosa krait. Para vengarme, tomé a la serpiente en mis manos y la mordí repetidamente, matándola en el acto”, comentó el hombre al medio NDTV.

Este tipo de víboras, también llamadas búngaros, son un género de serpientes venenosas de la familia Elapidae que se encuentran en la India y el Sudeste asiático. Estas miden usualmente entre 1 y 1,5 m de largo, aunque se han observado especímenes de hasta 2 metros. La mayoría de estos reptiles están cubiertos de suaves y brillantes escamas organizadas alternando áreas con escamas negras y otras de colores claros. Esto les permite tener camuflaje en su hábitat natural, las praderas y los matorrales.

Luego del ataque, Badra regresó a su domicilio y enseñó el cuerpo del animal a su esposa y amigos. En lugar de asistir a un médico, el campesino se dirigió a un curandero tradicional que lo curó del ataque de la serpiente. Afortunadamente, no sufrió ningún problema de salud a causa de la mordedura.

El hombre tuvo mucha suerte ya que las especies del género Bungarus contienen veneno neurotóxico 16 veces más potente que el de una cobra, que es extremadamente potente, e induce parálisis muscular rápidamente. Clínicamente su veneno contiene neurotoxinas presinápticas. Estas afectan la habilidad del terminal nervioso de liberar neurotransmisores al nervio siguiente, interrumpiendo el mensaje. En el envenenamiento con bungarotoxinas, primero se bloquea la liberación de transmisores, llevando a una breve parálisis. Luego viene un período de sobre-excitación, calambres, espasmos y convulsiones, lo que finaliza en una parálisis. No todas las fases ocurren en todas las partes del cuerpo a la vez.