Marzo, mes femenino si los hay, por tanto también quiero compartir algunas reflexiones al respecto. Si bien nacemos con un cierto sexo, esta característica biológica de los cuerpos no nos convierte automáticamente en mujeres, también "aprendemos" a serlo. Ser mujer -o ser varón- es una construcción atravesada por procesos culturales y sociales.
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Marzo, mes femenino si los hay, por tanto también quiero compartir algunas reflexiones al respecto. Si bien nacemos con un cierto sexo, esta característica biológica de los cuerpos no nos convierte automáticamente en mujeres, también "aprendemos" a serlo. Ser mujer -o ser varón- es una construcción atravesada por procesos culturales y sociales.
En general, de las mujeres todavía se espera que sean delicadas y obedientes, y que durante la adultez se casen, tengan hijos y asuman la mayoría de los quehaceres domésticos, incluidas la crianza de sus hijos y el cuidado de personas mayores o enfermas. También somos creativas y con gran capacidad artística, pero algunas veces no podemos ejercer esto, porque en general la sociedad nos hace restringirnos a los roles tradicionales.
Ese mandato social es tan fuerte que para lograr éxito en otros campos hay que ser, en alguna medida, transgresoras: no casarse, no tener hijos o quebrar modelos y ser mal vistas. Me dirán que esto cambió. Pero no es tan así! No todas lo logran! Especialmente las más jóvenes, las más pobres y excluidas, las migrantes, las mujeres rurales y muchas otras tienen enormes dificultades.
Esto es algo para reflexionar y pedir que sea una realidad para todas. Esto no quiere decir que todas sean iguales y deban elegir estas actividades, pero que las que quieran que puedan hacerlo. Por supuesto, es clave respetar la diversidad de las mujeres. No hay un único modelo de ser mujer. Eso era lo que el rol estereotipado quería, y es lo que se debe eliminar para lograr que todas puedan elegir su destino. Incluso lo puedan cambiar a lo largo de sus vidas. Por eso, el sentirse "mujer" es algo que cambia según las condiciones y el contexto de cada mujer y en los distintos momentos de la vida.
Lo que interesa es que todas podamos elegir qué ser y lo podamos concretar. Sepamos que somos libres para tomar nuestras propias decisiones y para hacer las cosas como deseamos hacerlas. A cada segundo. La vida que vivimos es la que es, es como es, por los pasos que decidimos dar. No por los que otros decidan por nosotras, porque aún en ese caso, tenemos en nuestra mano la elección de permitir que eso sea o no así. Es nuestra vida, son nuestras decisiones. Por lo tanto, es hora de empezar a decidir y elegir por dónde vamos pisando, de qué manera y con qué calzado.
Namasté. Mariposa Luna Mágica