¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
3 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Reinventando labores

Mujeres buscan alternativas para poder alimentar a sus familias.
Viernes, 24 de julio de 2020 01:03

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

ORGULLOSA / EMPRENDEDORA MUESTRA LOS BORDADOS DE LOS BARBIJOS.

Los bordados de flores en rebozos y alforjas están entre las artesanías locales que más se aprecian por su belleza.

Su colorido, el contraste de sus lanas contra el fondo de la tela. Verlos sobre la superficie de un barbijo nos llamó la atención, y por ello nos acercamos a Asunción Alancay, con lo que terminamos conociendo una historia de reinvención laboral que puede servir de ejemplo en los tiempos que corren.

Así le escuchamos decirnos que "hago tejidos pero, con esta pandemia, no se puede vender".

"Proveía a gente de las plazas de Tilcara y Purmamarca, y a gente de Jujuy también. Vendía todo lo que es tulmas, pompones, decoración, todo lo que es artesanía. Almohadones, llaveros. Ahora somos cuatro mujeres".

"Una de mis hermanas es chef, otra tiene un local de artesanías y mi hija, que tiene su bebé, es moza y se estaba por recibir de técnica en museología, pero se le suspendieron las mesas así que está esperando".

Reinventarse

Nos cuenta que "con esta pandemia nos dedicamos a hacer barbijos, ahora con bordados, que es lo que yo hago".

Lo dice y se le quiebra la voz, agrega que "estamos agradecidas que nos permitan salir a vender porque el alquiler, los impuestos, todo sigue y hay que comer. Por suerte recién ahora me salió el IFE, aunque todavía no cobré. Gracias a Dios algo se vende, porque nosotras vivimos de lo que hacemos".

Agrega que "estamos reinventándonos con los barbijos bordados, y por suerte la gente de acá nos está colaborando.

Tratamos de hacer otros diseños en barbijos y gorros, pensando en venderlos a precios que la gente pueda pagar. También hicimos barbijos con pompones de fieltro, siempre tratando de atraer al cliente.

Antes formábamos un grupo de ocho mujeres, les dábamos trabajo a dos chicas que proveían el hilo, hilaban, y otras dos que me ayudaban a tejer, a bordar, pero se quedaron sin trabajo porque yo tampoco tengo. Sólo esperamos que nos salga una venta para volver a trabajar todas juntas", concluye la entrevista con nuestro diario.