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1 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Volver a la despensa del barrio para comprar como antes

Los comercios familiares azotados por los grandes mayoristas, recuperaron algo de los clientes que supieron tener.

Sabado, 25 de abril de 2020 01:04

Nacieron como emprendimientos familiares hace décadas, lograron a pesar del tiempo y diversas situaciones económicas, mantener sus puertas abiertas.

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Nacieron como emprendimientos familiares hace décadas, lograron a pesar del tiempo y diversas situaciones económicas, mantener sus puertas abiertas.

 

Las ventas habituales de pan, verduras, fiambres y toda clase de bebidas, se potencian cuando están más surtidos.

 

Cada barrio tiene esa despensa o pequeño comercio, pase lo que pase, siempre siguió atendiendo a los vecinos, las circunstancias actuales hicieron justamente que la gente vuelva a consumir en la cuadra.

Restricciones, temor, prevención entre otros factores, hicieron que el consumidor habituado a las grandes casas comerciales, supermercados y compras online, retorne al lugar donde quizás desde niño hizo su primera compra.

Lo cotidiano muestra que la gente hasta hace fila en los negocios, algo quizás impensado hasta por el propietario, esos lugares a veces olvidados por el consumismo global, aunque sea en este último tiempo recuperaron algo de clientela.

"No es para alegrarnos pero algo vendemos", dijo una comerciante quiaqueña a El Tribuno de Jujuy, adaptarse a nuevos servicios también es un desafío para estos pequeños emprendimientos.

EN LA QUIACA / LOS NEGOCIOS DE BARRIO, ALTERNATIVAS PARA EL HOGAR. 

De las ventas habituales, pan, verduras, fiambres y toda clase de bebidas, una franja etaria pide otras cosas, como por ejemplo las cargas virtuales y fotocopias, entre otros.

Realizando inversiones lograron satisfacer al consumidor diario, también los "nuevos" que no sabían que en su propio barrio tenían al alcance lo necesario para satisfacer sus demandas.

"No hay mal que por bien no venga", reza un viejo refrán popular, entonces puede ser el momento de que estos pequeños espacios de la economía popular puedan afianzarse aún más.

Donde la gente pueda encontrar todo lo necesario de la canasta básica, a precios razonables, evitando gastos como los de transporte hacia los lugares donde se ubican los grandes mayoristas o supermercados.

El dueño del negocio de barrio, sin ser economista, sabe que las ventas fluctúan al ritmo de los vaivenes de la economía nacional, pero ahora crecen de a poco después del bajón importante que sufrieron en la gestión Macri, cuando la situación se pone difícil, el vecino restringe las compras a lo esencial.

El negocio del barrio, siempre será una buena alternativa para la economía hogareña, la confianza, la atención personalizada, los precios accesibles en tiempos complicados económicos y además para poder cumplir con el aislamiento social obligatorio en la vivienda.

 

En tanto que una franja etaria pide otras cosas como por ejemplo las cargas virtuales y fotocopias, entre otros servicios.