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24 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Jubilarse en tiempos de pandemia

Carla Gerónimo se fue en silencio dejando escritas importantes páginas en el libro de la historia de la escuela N° 95.
Lunes, 09 de noviembre de 2020 01:03

Con las aulas vacías y los patios sin las risas y travesuras de los niños por los que se entregaron décadas de fecunda labor, llegó el comunicado de la Anses, anunciando el final de su labor y por ende su jubilación y si bien, el corazón del docente está preparado para esta instancia, nunca se imaginó vivir este tiempo de pandemia, y tener que despedirse en el más absoluto silencio.

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Con las aulas vacías y los patios sin las risas y travesuras de los niños por los que se entregaron décadas de fecunda labor, llegó el comunicado de la Anses, anunciando el final de su labor y por ende su jubilación y si bien, el corazón del docente está preparado para esta instancia, nunca se imaginó vivir este tiempo de pandemia, y tener que despedirse en el más absoluto silencio.

Carla Gerónimo recibió este comunicado en esta realidad en la que nos puso la pandemia. En otras circunstancias de lo que conocimos por normalidad, otro hubiera sido el impacto de esta noticia para la escuela primaria N° 95 "Almirante Guillermo Brown", en la que Gerónimo entregó muchos años a su labor, primero como secretaria docente y luego como vicedirectora, su último cargo en la carrera, sumando un total de casi 40 años de entrega. Seguramente, los abrazos, los besos y aplausos incontables de colegas, amigos, familias y por sobre todo de los niños, en el más puro gesto de amor y gratitud, hubieran coronado este anuncio. Pero la noticia le llegó en tiempo de pandemia, en el que apenas unas cuantas personas que trabajan en la escuela intentaron entre lágrimas de emoción, transmitirle en nombre de todos los que no están, este gracias!, por su ofrenda de tantos años.

"Con la escuela en las casas de los niños, duele escuchar el silencio en el que se encuentra mi escuela. Luego de 24 años como vicedirectora de esta institución, me duele recibir esta noticia y no poder compartirla con los niños y mis colegas. Vi pasar muchos cambios en la educación, muchas situaciones difíciles, pero como esto, nunca, es algo que nos golpeó duramente a todos, desde las más altas autoridades, hasta el más humilde trabajador de la educación", dijo la docente en un clima de profunda emotividad, agregando que se lleva los más gratos recuerdos y vivencias transcurridos por largos años. "Me llevo las sonrisas y los abrazos de los muchos niños que vi pasar por esta escuela y aunque tengo el corazón, como dice una canción, hecho agujeritos, me siento fortalecida por Dios ante esta prueba, y con la certeza de que entregué lo mejor de mis esfuerzos en mi labor", expresó la docente.

CARLA GERÓNIMO / LE QUEDÓ PENDIENTE UN SUEÑO DE VOLVER A ABRAZAR A SUS NIÑOS.

Con su pelo ya cano, pero su paso firme, recorrió con su uniforme cada rincón de la escuela, como tratando de seguir grabando en su corazón y en su memoria, cada espacio que a diario solía recorrer, visitando las aulas, observando que todo esté en orden, poniendo escucha a todos y cada uno. "Hoy estoy triste, pero feliz porque pronto los niños podrán volver seguramente a transitar estos patios, ya con aprendizajes muy valiosos que nos dejó este tiempo que vivimos como humanidad", auguró. La etapa del jubileo es sin dudas, ese tiempo para salir de pronto de ese vertiginoso mundo de la actividad y poner la mirada en los recuerdos, "me vienen al presente tantos momentos vividos, etapas muy duras y bravas y otras muy felices y de grandes satisfacciones que nos apuntalaron para continuar en la senda de enseñar. Ahora comienzo un nuevo camino que dedicaré a mi familia en tiempo completo siempre bajo el designio que Dios tenga para mí", apuntó muy emocionada.

Su trayectoria

Hay una anécdota que marca este afecto por la escuela Almirante Brown. "Cuando inicié mi trámite jubilatorio, descubrí que mi primer recibo de sueldo como maestra, fue de esta escuela y la vida quiso que también cerrara aquí mi trayectoria", dijo tras acotar que fue alumna de primero a séptimo en esta escuela, donde tuvo la gracia de realizar sus prácticas de residencia. "Siento la felicidad de haber cumplido un ciclo completo y perfecto, porque de aquí partí hacia el mundo y en este mismo lugar, culmino mi actividad en la docencia y lo vivo como un regalo de Dios", expresó.

Pero otras instituciones educativas también forman parte de sus afectos y por las que pasó enseñando con gran amor y responsabilidad, entre ellas, las escuelas "Fray Mamerto Esquiú" de la localidad de Rodeíto, "San Francisco de Asís", la escuela de Ocloyas, la escuela "Aeronáutica Argentina" donde comenzó su trayectoria como vicedirectora en el año 1987, para luego pasar en el año 1996 a la escuela Almirante Brown, asumiendo el mismo cargo. En otro párrafo de la entrevista, Carla Gerónimo destacó el constante acompañamiento a la gestión como parte del equipo directivo, brindado por los medios de comunicación, destacando a El Tribuno de Jujuy entre otros. Del mismo modo, hizo extensivo el agradecimiento a los muchos benefactores y personalidades de la comunidad que fueron o no alumnos de la escuela N° 95, a aquellos ex alumnos que ya padres y abuelos, regresan para recordar el maravilloso tiempo vivido y los que estando lejos, a través de las redes sociales, permanecen en contacto, unidos por el recuerdo y las anécdotas como alumnos.

También puso en énfasis, el compromiso constante de los vecinos siempre atentos y custodios del establecimiento. "Si hay algo que hace especial a esta escuela, es la gran entrega de su personal, he visto pasar a muchos docentes, porteros y equipos directivos, todos caracterizados por su entrega constante", señaló recordando a sus colegas. "Siempre soñé este momento con la escuela colmada de niños, porque es allí donde palpita el verdadero sentimiento ya que, dada la inmensidad del sistema educativo, estos hechos pasan casi desapercibidos. Espero todo esto pase pronto y pueda compartir el acto que tradicionalmente las escuelas realizan para el personal jubilado y reencontrarme con los colegas y los niños, poder abrazarlos y despedirme como siempre soñé", expresó destacando el especial hecho de que en su último día en la escuela como personal activo, compartió el recibimiento de la imagen peregrina de la Virgen de Río Blanco que visitó el establecimiento.

Emotivos mensajes para la comunidad educativa

Carla Gerónimo se refirió al gran compromiso que significa la tarea docente. “Quienes abracen esta profesión, sepan que han elegido uno de los más grandes caminos para ayudar en la construcción de un futuro mejor, nuestros niños están ávidos de saber, pero sobre todo de amor; en muchas ocasiones, los docentes somos los únicos refugios de tantos niños que sufren la falta de amor, sentimiento con el que los aprendizajes, las letras, los números, llegan mejor, esa debe ser la premisa principal; la caricia, el oído presto a la escucha, la mirada que ve más allá, deben ser las herramientas de cada maestro.

Hay que abrazar la docencia con amor, no hay otra forma. Esta pandemia nos puso frente a nuevos desafíos y es deber de cada docente, asumirlos desde el profesionalismo y la entereza, ya que los cambios nos movilizan a buscar nuevas estrategias para resolver las dificultades. Mi mensaje a los padres es que, de esta pandemia, salgan fortalecidos en los valores y en los sentimientos para que tengamos también una escuela mejor; una familia más dispuesta, más colaboradora”, dijo.

También tuvo palabras para los niños de la escuela, “nuestros niños son los héroes de esta pandemia porque aceptaron tantos ‘no‘ y se adaptaron a esta forma de transitar cada día. Seguramente Dios tiene preparado algo mejor para ellos, esa es mi esperanza”. Por su parte, la directora Liliana Mendoza, hizo expresa su gratitud por estos tres años compartidos. “Fue un verdadero privilegio tener a Carla como parte del equipo directivo, una mujer de gran corazón y profunda generosidad en la acción de compartir la responsabilidad de ejercer este servicio en bien de los niños.

Extrañaremos su temple, sus consejos, su experiencia y sabiduría que supo cosechar en la vida y como docente. Hoy deja una huella dorada en las páginas de esta escuela. Con ella quedan las sonrisas de cada niño, el abrazo de cada docente y de cada portero, el recuerdo de cada familia, nuestra gratitud por tanta entrega y nuestro afecto incondicional que perdurará por siempre. Gracias Carla por ser parte de esta historia!”.